164 países se unen a primer Pacto Migratorio Mundial
El debate en torno al Pacto Global sobre Migración, el primero de su tipo, ha resultado ser una prueba crucial para los esfuerzos encabezados por la ONU para detener los desplazamientos peligrosos e ilegales a través de las fronteras, que han hecho del contrabando de personas una próspera industria mundial.
Más temprano, el ministro de Exteriores marroquí, Nasser Bourita, anunció la decisión en su calidad de anfitrión de la conferencia celebrada por Naciones Unidas en Marrakech. No hubo una votación formal.
“La migración no regulada tiene un costo humano terrible: vidas perdidas en peligrosas travesías de desiertos, océanos y ríos; un costo en vidas arruinadas por contrabandistas, empleadores inescrupulosos y otros depredadores”, dijo el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.
“Más de 60 mil migrantes han muerto en los desplazamientos desde el año 2000”, dijo. “Esto es una fuente de vergüenza colectiva”.
En la conferencia de dos días, los líderes de la ONU esperaban hacer cambiar de opinión a los países occidentales que no firmaron: Australia, Austria, República Checa, República Dominicana, Hungría, Letonia, Polonia y Eslovaquia junto con Estados Unidos, que bajo la presidencia de Donald Trump no participó de la elaboración del acuerdo.
En julio, los 193 miembros de la ONU, excepto Estados Unidos, completaron el llamado Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular, que busca mejorar la gestión de la migración.
Desde entonces, el texto ha recibido muchas críticas, sobre todo de políticos europeos derechistas, que dicen podría aumentar la inmigración procedente de países africanos y árabes. Al menos seis miembros de la Unión Europea, en su mayoría en la antigua Europa comunista del Este, han rechazado el acuerdo.
No quedó claro de inmediato cuántos países estaban presentes en Marrakech. La ONU situó la cifra de gobiernos registrados en la noche del domingo en más de 150.
El pacto es un marco para la cooperación y tiene como objetivo reducir la migración ilegal, ayudar a integrar a los migrantes y devolverlos a sus países de origen.
El domingo, Chile fue el último país en retirarse del acuerdo, mientras que el primer ministro de Bélgica, Charles Michel, vio como el principal partido de su coalición de gobierno dimitía en rechazo al pacto.
En noviembre, el gobierno derechista de Austria, que ostenta en la actualidad la presidencia de la UE, anunció también su salida, mientras que Australia dijo el mismo mes que no firmaría el acuerdo porque comprometería su política migratoria de línea dura y pondría en peligro la seguridad nacional.