DURANGO, Durango, 15 de septiembre, (ALEJANDRO LELO DE LARREA / MENSAJE POLÍTICO / CÍRCULO DIGITAL).—Las tres ocasiones en que se mencionó el nombre de Enrique Peña, se desató el abucheo generalizado de los miles de ciudadanos presentes en la ceremonia de toma de protesta de José Rosas Aispuro, como gobernador de esta entidad, celebrada en la Feria Nacional de Durango, un espacio capaz de albergar más de 10 mil almas.
Por el contrario, el ex presidente Felipe Calderón arrancó aplausos y vítores, contrario a la tradición o la lógica popular, porque abuchearon al presidente en turno y aplaudieron al antecesor, cuando la historia nos dice que era a la inversa.
Pero no sólo vilipendiaron Peña Nieto, también al gobernador saliente, Jorge Herrera Caldera, quien según lo programado se retiraría de la sesión solemne de del Congreso Estatal, entre gritos de “fuera, fuera, fuera”, pero el propio gobernador entrante le pidió que se quedara, en una señal clara de que pretende una suave transición.
El acto solemne reunió a los principales líderes políticos del PAN y algunos del PRD, partidos que postularon a Rosas Aispuro a la gubernatura, por segunda ocasión, ya que hace 6 años también fue candidato de esta alianza, y fue derrotado en una polémica contienda.
El propio Rosas Aispuro fue mencionando a sus invitados de honor. En primer lugar, el ex presidente Felipe Calderón, quien arrancó aplausos de los miles de presentes; en segundo lugar su esposa, Margarita Zavala, quien sin ninguna duda fue la que se llevó el triunfo en el aplausómetro, acaso porque es la presidenciable panista con mayor preferencia en las encuestas, al menos hasta hoy.
Priístas: los ausentes y los presentes
El gobernador entrante siguió mencionando nombres de sus invitados, principalmente gobernadores panistas, pues de los priístas sólo acudieron 2, el de Colima, Ignacio Peralta, y el de Hidalgo, Omar Fayad, además del gobernador electo de Sinaloa, Quirino Ordaz Coppel.
Pese a ser estados colindantes con Durango, no asistieron el gobernador de Chihuahua, Horacio Duarte (termina el próximo 3 de octubre su mandato); el de Zacatecas, Alejandro Tello (asumió el cargo el 12 de septiembre), de Coahuila, Rubén Moreira, ni de Nayarit, Roberto Sandoval.
Entre los mandatarios panistas, tarde pero sin sueño, llegó el poblano Rafael Moreno Valle, quien por poco se gana los abucheos; junto con él, el gobernador electo de esa misma entidad, José Antonio Gali Fayad.
También estuvieron los gobernadores electos Francisco García Cabeza de Vaca; Javier Corral Jurado, de Chihuahua; Miguel Ángel Yunes, de Veracruz; Martín Orozco Sandoval, gobernador electo de Aguascalientes; Carlos Joaquín González, de Quintana Roo.
Otro presidenciable blanquiazul que estuvo presente, fue el gobernador de Guanjuato, Enrique Márquez Márquez, que pertenece al ala más conservadora del PAN, el Yunque.
Otros gobernadores panistas que asistieron a la toma de protesta fueron Carlos Mendoza Davis (PAN), del PAN, de Baja California Sur; Francisco Domínguez, de Querétaro, y Jaime Rodríguez Calderón (independiente), El Bronco, de Nuevo León,
Ninguno de los gobernadores perredistas asistió, pero ahí estuvo Jesús Zambrano, ex presidente de la Cámara de Diputados, y el ex líder nacional del partido, Agustín Basave, impulsor de las alianzas PAN-PRD.
Del PAN, también acudió su presidente, Ricardo Anaya, quien en el aplausometro se ubicó en tercer lugar, detrás de Calderón y de Margarita Zavala, quien fue la ganadora.
Cuando los enemigos se encuentran
Esta ceremonia reunió a personajes de la política que enfrentan o han enfrentado fuertes rivalidades, como el caso de Miguel Ángel Yunes y el candidato priísta derrotado en Veracruz, Héctor Yunes;
O los casos del empresario de Sinaloa, Jesús Vizcarra Calderón, quien fuera candidato del PRI en 2010, y el actual mandatario, Mario López Valdez; también Margarita Zavala, y la ex jefa de la oficina presidencial, Patricia Flores Elizondo, quien pese a estar en su tierra, parecía la apestada: casi nadie se acercaba a saludarla.
Otros enemigos que ahí se encontraron son el propio ex presidente Calderón, y el hoy diputado federal, Manuel Espino Barrientos; o el gobernador de Colima, Ignacio Peralta y el senador Jorge Luis Preciado, quien en enero pasado fue vencido en la contienda en aquella entidad, en una muy cuestionada elección.
Otros panistas que andaban por ahí y que van a estar en la palestra en los próximos meses, son Josefina Vázquez Mota, quien se perfila para ser la candidata del PAN a la gubernatura del Estado de México, en una posible alianza con el PRD; también el presidente de la Cámara de Diputados, Javier Bolaños Aguilar.
Los dos grandes ejes en el discurso te toma de posesión de Rosas Aispuro fueron muy claros: que no hará una cacería de brujas contra la administración de Herrera Caldera, pero sí habrá de aplicar la ley en los casos de corrupción que encuentre, lo que fue interpretado como que no va a perseguir a su antecesor.
El otro eje fue el tema del ejercicio de los recursos públicos, del presupuesto, de lo cual dejó en claro que habrá absoluta transparencia e implementará medidas de austeridad, para eliminar gastos innecesarios o suntuarios.
Así, las expectativas sobre la gestión de Rosas Aispuro son vastas, y si en el discurso parece haber empezado bien, no así en los hechos, pues tiene ya un grave déficit de equidad de género, debido a que de los primeros 13 cargos que nombró en el Gabinete, sólo una es mujer.
Lo que también dejó claro la toma de protesta de Rosas Aispuro, es que la tradición o la lógica popular se invirtió, pues abuchearon al presidente en turno y aplaudieron al antecesor, cuando la historia nos dice que ha sido al contrario, aplaudir al mandatario en turno y defenestrar al ex inquilino de Los Pinos.