Percepción política
Por Juan Manuel Magaña
En el PRI están aterrados. Sus cálculos sobre la elección del Estado de México le son demasiado peligrosos. Sólo en un escenario de abstencionismo el PRI conservaría, con la fuerza de su voto duro, la gubernatura. La dirigencia nacional priista sabe que si acude a las urnas más del 40 por ciento del electorado, su candidato Alfredo del Mazo junior estará perdido; de nada le servirán los ríos de dinero ya inyectados para comprar la voluntad de los votantes.
Por todo ello el PRI, y esto es lo más curioso, en vez de meterle más energía a la campaña de su candidato, mejor ha seguido la estrategia de fortalecer al candidato perredista Juan Zepeda en un desesperado intento de quitarle adeptos a la candidata del partido Morena, Delfina Gómez.
En este sentido, el debate de este martes (el segundo y último) entre candidatos reflejó fielmente el ánimo de cada quien en la tensa campaña. Del Mazo no lograrse borrarse la C en la frente de Corrupción. Inusitadamente, una apocada Josefina se quedó casi sin habla al referirse a Delfina, cuando que en el primer debate se le fue directo a la yugular. Y Delfina, indemne en estos intercambios verbales, reiteró la palabra más significativa de su campaña: le está yendo “requetebién”.
De los demás, ni hablar. Y del “debate” mejor ni pensar.
Decíamos que Delfina Gómez ya se había tardado. En el primer debate tenía todo un arsenal de municiones contra sus adversarios Alfredo del Mazo y Josefina Vázquez Mota, y no lo usó: la asquerosa compra de votos que realiza el primero, el primazo; los mil millones de pesos que se embolsó la segunda, disque para apoyar a los migrantes.
Pues ahora se ve que ni siquiera ha habido necesidad de ello.