Análisis a Fondo
Francisco Gómez Maza
· Lo supieron Fox, Calderón y Peña; y qué espera AMLO para llamarlos a cuentas
· Negocio multimillonario para los ladrones de Pemex, del Sindicato y de las pandillas
La fuente se ha secado, las azucenas están marchitas, cantaba Antonio Molina en su poema musical, Camino Verde. O lo que es lo mismo: Se secaron los magueyes del paraíso, como escribió Alfredo Páez al reportar que la venta de gasolina robada fue un negocio redondo para los habitantes del Triángulo Rojo, en donde el huachicoléo dejaba ganancias millonarias.
Con ayuda de un celular de minisúper, Fabián Sánchez intercambiaba claves con otro huachicolero para saber los “puntos” de distribución donde había operativos. El joven llamaba a sus contactos en Palmarito para hacer la misma pregunta: -¿Hay Pulque”? A lo que le respondían. -Se secaron los magueyes, pero en Amozoc sí hay. Tienen fiesta y hasta les sobra, date una vuelta.
Y esto mismo está ocurriendo en casi todo el país en medio de una guerra que es condenada por quienes tienen intereses muy fuertes en el robo de gasolina, por las personas ignorantes que no ven más allá de los intereses inmediatos de su vida de aspirantes a pequeño burgueses y apoyada por la mayoría consciente de que el cierre de ductos es una medida tomada por la empresa Petróleos Mexicanos para detectar los puntos de donde los criminales chupan el combustible que llegó a representar el equivalente a unos 60,000.000,000 de pesos al año sólo para beneficio de los padrinos del huachicoléo que, desde el interior de Pemex y del Sindicato de Romero, con el apoyo de algunos gobernadores y presidentes municipales, y ante la vista gorda del presidente de la república en turno, ordeñaban las tetas de la empresa que surte de las gasolinas que mueven la economía nacional. Fuertes, muy fuertes intereses se mueven en este pérfido negocio, tanto de las bandas de la delincuencia organizada, como de la delincuencia hecha gobierno federal y estatales.
No había otra manera de parar en seco el robo de gasolinas. Pueden decir lo que se les ocurra los enemigos del cambio. Que el asalto contra los huachicoleros estuvo bien pero muy mal pensado porque afectó y sigue afectando a la economía nacional, o que López Obrador está beneficiando a la empresa de camiones cisterna de la familia del secretario de comunicaciones y transportes, o que a chuchita la bolsearon. Lo importante es que, en base a los sondeos que han estado realizando reporteros de la prensa escrita, hay conciencia en muchos consumidores de la gravedad del robo de gasolina y de que deben apoyar a combatir a los criminales. Hay que acabar con el robo constante de gasolina, que eso sí afecta gravemente a la economía nacional. Para empezar, el dólar estadounidense que, en la víspera costaba 19.65, este miércoles amaneció con un precio de 19.55 al menudeo.
Pero detrás de todo este perverso desaguisado, estuvieron como grandes protagonistas, Peña, Calderón y Fox, quienes recibían datos muy detallados sobre el huachicoléo, más precisos que los de robos y homicidios, pero “había algo pactado”, como reveló la mañana del miércoles el presidente López Obrador. Desde los tres sexenios anteriores —al menos— los presidentes recibían información muy detallada, día a día, sobre el robo y tráfico de combustibles o huachicoléo, pero ninguno de ellos hizo nada para pararlo. “Era una especie de tolerancia, algo pactado, porque se daba por hecho, pero de tiempo atrás; estamos hablando de tres sexenios, así”, señaló López Obrador en su rueda de prensa matutina.
Periodistas preguntaron a AMLO si había falta de información sobre el huachicoléo. La respuesta fue que ni los gobernadores ni los presidentes carecían de información sobre el robo de hidrocarburos. “Había información de más en el gobierno; sabían demasiado”, concluyó. [email protected]