San Lázaro: ahora sí ganó el PRI
Crearon las leyes “anticorrupción”
Todos los diputados se declararon en contra de la corrupción. Los del PRI, los del PAN, los del verde, los perredistas, los morenos. Y al final, los priistas verdes aprobaron las leyes “anticorrupción”, en un ejercicio legislativo cargado de “simulación democrática”.
Todo para que se continúe simulando la honestidad. Y la corrupción se barnice de honradez, pero no tanto porque entonces los políticos no podrían sobrevivir, como sobreviven la inmensa mayoría de los dueños del país, a costa de la pobreza y la miseria de la inmensa mayoría de los ciudadanos.
La sesión de este jueves 16 de junio fue horriblemente prolongada – – hubo de cenar para los reporteros — para aprobar el paquete de leyes “anticorrupción”; para que los priistas buscaran reconciliarse con el electorado, cuya mayoría le negó el voto en las elecciones del 5 de junio. Para que los mexicanos vean que ya tenemos leyes e instituciones en contra de la corrupción.
Los diputados del PAN, de Morena y de un PRD tímido presentaron reservas en contra de las minutas, o dictámenes como la Ley 3de3, que, de acuerdo con la iniciativa, habría obligado a los políticos a declarar patrimonio, situación fiscal y conflicto de interés (quedó nada más de interés), pero al final, a la hora de la votación para aprobar o rechazar, se impuso la mayoría del PRI verde. Así es siempre en este México de quinimil reformas constitucionales. Pero uno sueña con que las cosas cambien y los diputados sean libres para hacer leyes que beneficien, no a las clases dominantes, sino a la gente de abajo, a los omegas, los últimos del alfabeto que en este país son millones.
Crearon estos diputados (y también los senadores) de la 63 Legislatura un Sistema Nacional Anticorrupción a modo, para seguir simulando. La política en México es el mejor mercado para todo. Se hacen negocios súpermillonarios y la corrupción no se nota a simple vista. Porque los políticos corruptos, como lo habría declarado mi paisano, el doctor Belisario Domínguez, dirigiéndose al chacal Victoriano Huerta, pueden ser corruptos (rateros, dijo el médico), pero no son pendejos.
Y así, la mayoría PRI-Verde fue ganando las votaciones. Todo a favor de una legislación light, que no pega a los peces gordos del negocio de la política. Gatopardiana, dirían los sudamericanos de los años 70, Reformas para que parezca que hay cambios. Cambios para que nada cambie. Qué tristeza. Que los mexicanos estemos condenados a elegir diputados y senadores a modo del neoliberalismo del Fondo Monetario Internacional y de la Casa Blanca, la residencia presidencial desde donde, por el momento, vive y manda Barack Obama.
Hubo un momento en el que pareció que los diputados de Morena salían sobrando en la sesión. Nadie los escuchaba cuando subían. Presentaban sus reservas, pero al final se imponía la mayoría. Y no siempre la mayoría tiene la verdad o la razón.
Ganó la mayoría. No ganaron los mexicanos. Ganó la clase política.
Y me llamó la atención poderosamente que, antes de que se iniciara la sesión, el presidente de la Cámara, Jesús Zambrano Grijalva, que supuestamente o presuntamente es de izquierda (del PRD), reprobó que profesores de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) sacaran a marchar a sus alumnos, y calificó como oportunista el apoyo que les brinda el dirigente de Morena, Andrés Manuel López Obrador.
“Es una actitud indebida y reprobable”, dijo en declaraciones a la prensa, al referirse a los maestros de primaria y secundaria de Apatzingán, que el pasado martes llevaron a sus alumnos a manifestarse contra la reforma educativa a cambio de puntos extra.
El líder parlamentario también afirmó que el apoyo expresado a la CNTE por parte del presidente nacional de Morena es “vilmente oportunista”, con fines políticos electorales.
Pero bueno. Cosas veredes, Sancho, en un país que se bajó del mundo desde hace tiempo, y que quedó en manos de los políticos formados en las escuelas del Opus Dei y en las universidades elitistas.