Asambleístas exigen erradicar la venta de cervezas en vía pública
CIUDAD DE MÉXICO, 21 de julio, (MENSAJE POLÍTICO / CÍRCULO DIGITAL).- Ante la expansión de las llamadas “chelerías”, la diputada local Beatriz Olivares Pinal exhortó a los 16 jefes delegacionales a elaborar un programa para retirar esos puestos ambulantes que venden cervezas y bebidas alcohólicas en calles de la ciudad.
La presidenta de la Comisión de Juventud y Deporte de la Asamblea Legislativa advirtió que las “chelerías“ se han expandido por casi toda la urbe, sobre todo en las zonas marginadas, y sobre todo tienen entre sus clientes a menores de edad.
También, en un punto de acuerdo que presentó ante la Diputación Permanente, el cual fue aprobado, solicitó acciones más enérgicas a fin de sancionar a todas los establecimientos que sin ser su giro primordial venden cervezas dentro del local, como una actividad exclusiva.
“Si bien es cierto que existe una licencia de impacto zonal que permite la venta de bebidas alcohólicas sin la necesidad de venta de alimentos, también es cierto que en esta ciudad no se ha expedido ninguna desde el 2012 y la proliferación de este tipo de establecimientos es, relativamente nueva”, argumentó.
Por ello, también solicitó a la Secretaría de Desarrollo Social que gire instrucciones para aplicar un programa de orientación, capacitación y de estímulos, para que quienes se dedican la venta ilegal de bebidas alcohólicas modifiquen su actividad y no se afecte su economía.
Asimismo, consideró necesario que el Instituto de Verificación Administrativa de la Ciudad de México (INVEA) lleve a cabo operativos para sancionar a todos los establecimientos mercantiles que se dedique a la venta primordial de cervezas abiertas y no cuenten con el uso de suelo respectivo.
La perredista solicitó a la Dirección General del Servicio Público de Localización Telefónica de la Ciudad de México (LOCATEL) que se instale un nuevo servicio para recibir denuncias, de manera anónima, sobre la venta de cervezas en establecimientos y puestos ambulantes.
Olivares Pinal recalcó que esa actividad comercial se lleva a cabo de forma indiscriminada, sin el mínimo respeto a la normatividad y mucho menos al sano desarrollo psicoemocional de las personas menores de edad.
Los jóvenes corren el riesgo de desarrollar conductas perjudiciales como beber en exceso, que puede provocar la muerte en un accidente automovilístico o problemas en sus relaciones de pareja y familiares; tener relaciones sexuales de alto riesgo, entre otras, advirtió.