Aumenta consumo de inhalantes entre jóvenes de ocho a 17 años
CIUDAD DE MÉXICO, 26 de septiembre, (AGENCIAS / CÍRCULO DIGITAL).- El consumo de inhalantes derivados de solventes se está convirtiendo en un problema de salud pública, que afecta niños y jóvenes entre los ocho y 17 años sin distinción de género y estrato social.
De acuerdo con estimaciones del Fideicomiso para la Investigación Sobre Inhalables (FISI), entre 50 y 60 mil jóvenes que cursan primaria, secundaria y preparatoria en la Ciudad de México, presentan adicción al uso de solventes, situación que es preocupante para esta industria y la sociedad.
En entrevista con Notimex, Javier Maldonado Moctezuma, presidente de ese organismo, detalló que el incremento en el consumo de inhalables se da porque es un producto de fácil adquisición, ya que se pueden comprar prácticamente en cualquier tienda, ferretería o tlapalería.
Sostuvo que se tiene información de que desde hace cinco años a la fecha, el consumo de solventes para drogarse era mayor al de mariguana.
El uso de los inhalables entre los adolescentes tuvo un incremento constante de 2003 a 2009, el cual pasó de 1.3 por ciento a 4.2 por ciento, subrayó Maldonado Moctezuma.
La Encuesta Nacional de Adicciones 2008 indica que el 68.8 por ciento de personas menores de 17 años que son adictos a alguna droga, primero probaron algún inhalante.
Aunque no se tienen datos recientes, consideró que su uso va en aumento.
Detalló que los inhalantes se definen en términos generales como sustancias volátiles que producen vapores químicos que se pueden aspirar para provocar efectos psicoactivos o de alteración mental.
Entre los jóvenes están de moda las llamadas “mamilas”, que son botellas de plástico con solvente, regularmente thinner, limpiador de PVC o tolueno, cuyo fuerte olor se disfraza añadiendo alguna esencia artificial, comentó.
Para darle un aroma agradable al inhalante, normalmente se le adicionan colorantes llamativos y saborizantes artificiales que pueden ser grenetina o agua de sabor; también suele utilizarse alguna fruta o dulce que se introduce directamente en envases parecidos a los de perfumes conocidos como “bodymist”.
“Quienes se dedican a vender estos productos, disfrazan los solventes para que se vean más atractivos, incluso pasar por artículos de cosméticos personales para su portación e ingreso a planteles escolares”, señaló el director del FISI.
“Estas ‘mamilas’ son capaces de suprimir la necesidad de alimentarse de sólidos y líquidos, lo que está permeando particularmente entre mujeres, quienes lo consumen con la finalidad de tener una figura esbelta.
Javier Maldonado comentó que los solventes son químicos tóxicos que cuando se inhalan de manera voluntaria para experimentar efectos parecidos a los de las drogas, el consumidor se provoca graves daños al organismo de manera irreversible.
El uso repetido o crónico provoca daño permanente en el cuerpo, presentándose temblores, falta de coordinación, pérdida del sentido del equilibrio, reducción de la memoria e inteligencia.
Así como estados de depresión o psicosis, infartos cerebrales, trastornos del lenguaje, epilepsia, trastornos en la sensibilidad y movimiento de las extremidades, daño al hígado y riñones, leucemia, bronquitis crónica, ceguera, sordera, daño cerebral permanente y problemas respiratorios.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en 2015 la producción nacional de solventes fue de 74 millones 563 mil litros.
En la Ciudad de México, Iztapalapa, Gustavo A. Madero, Azcapotzalco, Cuajimalpa y Cuauhtémoc son las delegaciones en las que más consumo hay de ese producto.
Ante esa situación, Maldonado Moctezuma informó que el FISI organizará un encuentro denominado “Vinculación entre las nuevas leyes de salud y la comercialización de los solventes”, que se realizará este 27 de septiembre en la capital del país.
En dicha reunión, se llevará a cabo la firma de un convenio entre la Comisión Nacional contra las Adicciones (Conadic), y el fideicomiso.
El FISI está integrado por las asociaciones nacionales de la Industria Química (Aniq), y la de Pinturas y Tintas (Anafapyt).
Así como de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra) y Petróleos Mexicanos (Pemex), que representan el 80 por ciento del manejo del mercado de solventes a nivel nacional, los cuales buscan frenar la venta de estos productos a menores de edad.