Austria podría elegir a su primer presidente de extrema derecha
VIENA, 22 de mayo, (MENSAJE POLÍTICO / CÍRCULO DIGITAL).- Austria podría elegir su primer presidente de extrema derecha si Norbert Hofer, apoyado por el Partido Libertad, gana la segunda vuelta de este domingo, en uno de los comicios más reñidos de la historia de este país europeo.
Las encuestas reportan de un importante número de indecisos, lo que podría inclinar la balanza a favor del independiente Alexander Van der Bellen, antiguo líder de los Verdes.
También los sondeos muestran a ambos candidatos cerca del otro, pero con un gran grupo de votantes aún indecisos; todo indica que consideran muy polarizadores a ambos candidatos.
Esta segunda vuelta electoral se produce a cuatro semanas de que Hofer ganó inesperadamente la primera vuelta con el 35 por ciento de los votos.
El triunfo de Hofer fue vista como un rotundo fracaso de los partidos tradicionales, en particular la manera en que se ha manejado los problemas como el creciente desempleo, los bajos estándares de educación y la crisis de refugiados, entre otros.
El presidente austriaco siempre ha desempeñado un papel en gran parte ceremonial, pero si decide sobre el puesto de canciller, designa el gabinete y es comandante en jefe de las fuerzas armadas.
Las urnas abrieron este domingo a las 07:00 horas locales (05:00 GMT) y cerrarán a las 17:00, con la presentación de los resultados preliminares, reportó el sitio web de diario austriaco editado en inglés The Local.
Sin embargo, las votaciones por correo, que podrían ser cruciales si el resultado es estrecha, solamente serán contadas hasta el lunes.
En una manifestación reciente, alrededor de 500 estudiantes se congregaron en una plaza cerca del palacio de Hofburg, en Viena, donde se encuentra la oficina presidencial, para llamar la atención sobre el mensaje antiinmigrante y de extrema de derecha de Hofer.
Austria acogió a 90 mil solicitantes de asilo el año pasado, más de uno por ciento de su población, muchos de ellos poco después de que la vecina Alemania abriera sus fronteras el pasado otoño a los refugiados.
Desde entonces, el gobierno ha tomado medidas drásticas contra la inmigración y el asilo, pero esa decisión únicamente alimentó su apoyo a la extrema derecha, que ya estaba sacando provecho de la frustración generalizada con los dos partidos tradicionales del país.