Belgas toman las calles para fiesta nacional pese a amenaza terrorista
BRUSELAS, 21 de julio, (RADIO NET / CÍRCULO DIGITAL).- Las calles de Bruselas se llenaron hoy de personas para conmemorar el Día Nacional de Bélgica, pese a la presente amenaza terrorista que obligó a las fuerzas del orden a reforzar los dispositivos de seguridad.
El país, víctima de un doble ataque terrorista que causó la muerte de 32 personas, el 22 de marzo pasado, continúa en nivel tres de alerta por posible atentado.
El ataque en la ciudad francesa de Niza, que causó la muerte de 84 personas hace exactamente una semana, durante la celebración del Día Nacional de Francia, añadió tensión al contexto.
La policía de la capital movilizó a 800 oficiales para garantizar la tranquilidad de la fiesta, 240 más de lo previsto de forma inicial.
A ello se sumaron agentes de la policía federal en civil, cuyo número de efectivos no fue revelado, así como más de mil militares.
Toda la región entre el Palacio de Justicia y el Palacio Real, donde tienen lugar los conciertos, animaciones y desfiles, fue aislado al tráfico en un procedimiento minucioso iniciado el martes.
Los accesos al área fueron bloqueados por vehículos de la policía y camiones militares con el objetivo de evitar un ataque similar al de Niza, en el que el terrorista Mohamed Lahouaiej Bouhlel lanzó un camión pesado contra la multitud reunida para un espectáculo de fuegos artificiales.
“Sí, tenemos un poco de miedo, porque ese tipo de ataque es inevitable. Pero vemos todo el despliegue de la policía y nos sentimos en seguridad. No podemos dejar de vivir”, dijo Mina, una estudiante búlgara de 23 años residente en Bruselas, en entrevista con Notimex.
Para Geert, un jubilado belga de 63 años, era “importante venir” celebrar el Día Nacional “para mostrar apoyo al país en ese momento difícil”.
Además de miles de civiles, las celebraciones en Bruselas reunieron a personalidades políticas de alto nivel, como el primer ministro, Charles Michel, que se paseó entre el público.
El rey Felipe, la reina Matilda y sus cuatro hijos participaron por la mañana del tradicional Te Deum en la catedral de San Michel y Gúdula, en la que también estuvieron presentes los miembros del gobierno federal y las máximas autoridades de la Unión Europea.
Pese la amenaza terrorista, la familia real tomó el tiempo de ir al encuentro de los cerca de 500 civiles que acudieron a la catedral, incluso estrechando las manos de muchas personas.
Por la tarde, el monarca pasará revista a las tropas del Ejército antes del desfile militar, que contará con la participación de mil 176 oficiales belgas y 30 extranjeros.
Las festividades concluirán al caer la noche, con un espectáculo de fuegos artificiales en la Plaza de los Palacios.