Bulle el Congreso
Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
La búsqueda de las presidencias en el Senado y la Cámara de Diputados ha comenzado a calentar al máximo a las diferentes fuerzas, ideologías y personajes dentro del Congreso.
En San Lázaro, el proceso de sucesión ha tomado ya tal giro que el líder del PES, Jorge Argüelles, ha denunciado que el coordinador de los diputados del PT, Reginaldo Sandoval, ofrece hasta 5 millones de pesos a legisladores que se sumen a su bancada y así lograr el tercer lugar que -piensa el petista-, le daría en automático la presidencia de la Cámara de Diputados durante el siguiente año legislativo.
De alcanzar ese porcentaje, dice Sandoval, el PT rebasaría al PRI, partido apuntado hoy a la ansiada presidencia en San Lázaro.
En el Senado las cosas no andan menos calientes. Ahí, el pleito es dentro de la fracción de Morena que coordina Ricardo Monreal. Los intereses en juego son los mismos de hace un año.
Martí Batres, quien perdió la reelección y que no se ha repuesto del descalabro, encabeza a los duros, quizá unos ocho de entre los 60 senadores de Morena, que impulsan ahora el senador Ovidio Salvador Peralta Suárez para ser el sucesor de Mónica Fernández.
En el proceso institucional (o sea, el que conduce con manos suave pero contundente, firme, el zacatecano) están apuntados -en orden de posibilidades, según yo-, el chiapaneco Óscar Eduardo Ramírez, el mexiquense Higinio Martínez y el poblano Alejandro Armenta.
Aquí, el calor llegará hasta dónde lo quiera conducir Martí Batres, quien, casi seguro, volverá a perder.
Los antecedentes
Con el contexto y nombres así, la sucesión de ambos cargos, ocupados hoy por la morenista Mónica Fernández en el Senado y por la panista Laura Rojas en San Lázaro, deberán resolverse antes del lunes 31 de este agosto que ya hierve en medio de fuertes ambiciones de aspirantes y fracciones.
Hace un año, el Senado y la Cámara de Diputados vivieron procesos que casi culminan en rupturas internas dentro de las fracciones mayoritarias de Morena en ambas Cámaras.
En San Lázaro, ese personaje sin par llamado Porfirio Muñoz, buscó la reelección, pero al final perdió al resultar su sucesora la panista Laura Rojas como lo establecía el llamado “acuerdo fundacional” que preveía que un año presidiría la Cámara e partido mayoritario que era Morena, el segundo año legislativo, la fracción siguiente, que era la del PAN, y el tercer y último año, el tercero en porcentaje y número que en ese arranque era el PRI.
En el Senado, donde la mayoría de Morena en porcentaje y número no tiene discusión, está previsto que la presidencia sea ocupada por un legislador de este partido cada uno de los seis años.
Ahí, la pelea la dio Martí Batres por su reelección y perdió ante la morenista tabasqueña Mónica Fernández cuando la mayoría de su fracción decidió que la presidencia debía ser renovada por una mujer para establecer la paridad de género.
En las dos cámaras aquello provocó debates y confrontaciones que incluso llegaron a la presentación de recursos dentro de la Comisión de Honor y Justicia de Morena y ante el Tribunal Electoral.
Como sea, aquellos procesos llegaron a tal nivel que requirieron que cada bancada de Morena, tuvieran que ratificar su respaldo a Mario Delgado en San Lázaro y a Ricardo Monreal en el Senado.
Los pronunciamientos
Jorge Argüelles, coordinador de los diputados del PES, acusó hace un par de días directamente al petista Reginaldo Sandoval de pretender agandallarse de mala manera la presidencia de San Lázaro a través de “cañonazos” de 5 millones de pesos para cada legislador que se sume al PT y así crear un porcentaje ficticio.
La denuncia la hizo el líder legislativo del PES, luego de que un diputado de su bancada fue cooptado por el PT.
“Si se llevan otro, entonces yo le aportaré 15 diputados del PES al PRI para que no les puedan quitar la presidencia de la Cámara”, les advirtió.
El grupo del PRI que comanda el ex gobernador guerrerense René Juárez, indicó que en este contexto todo puede ser posible pero para que el PT se agandalle la presidencia de la Cámara de Diputados durante el tercer año de la legislatura requeriría del apoyo ilegal de Mario Delgado, coordinador de Morena, sólo que eso tendría consecuencias graves.
De entrada, sería una presidencia imputable porque existe un “acuerdo fundacional” firmado al inicio de la legislatura por todos los coordinadores donde se establece que el primer año correspondería presidir al grupo mayoritario que es el de Morena, el segundo al PAN y el tercero al PRI.
Así, durante el primer año de la LXIV Legislatura el presidente de San Lázaro fue Porfirio Muñoz Ledo, quien en su primer acto recibió de Enrique Peña Nieto la banda presidencial que luego entregaría a Andrés Manuel López Obrador .
El segundo año, que concluye este fin de agosto, fue para la panista Laura Rojas y, si Morena y el PT no continúan con su intención de dar el golpe, le tocará ser presidenta a la ex gobernadora de Yucatán, la priísta Dulce María Sauri.
En un comunicado, el PRI hizo un reconocimiento a los diputados del Partido Encuentro Social por denunciar prácticas corruptas y competencia desleal echadas a andar en este proceso de sucesión en San Lázaro.
“El país requiere construir sobre la base de la pluralidad y la vida democrática, en la conciliación y poner freno a la confrontación y a visiones autoritarias”, indico el PRI.
El grupo del PRD pidió respetar el “acuerdo fundacional” que establece la rotación en la presidencia de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados y pidió a la Junta de Coordinación Política, al Comité de Ética y a la Contraloría de la Cámara de Diputados investigar las acusaciones del coordinador del PES, Jorge Argüelles, en contra del PT, por supuestamente comprar diputadas y diputados por 5 millones de pesos para que se sumen a su bancada.
“Reconocemos que, en tanto no se encuentre prohibido de manera explícita en el marco jurídico que nos rige, es derecho de las y los diputados cambiar de grupo parlamentario conforme a sus afinidades políticas.
“Sin embargo, ahora nos encontramos de frente a presuntos actos de corrupción que pretenden desconocer los acuerdos fundacionales que fueron tomados por todas las fuerzas políticas, al inicio de esta LXIV Legislatura, con relación a la presidencia de la Mesa Directiva que, en el año legislativo por comenzar, correspondería al grupo parlamentario del PRI.
“La construcción de mayorías artificiales no sólo constituye un acto contrario a la ética parlamentaria, a la justicia y, probablemente, a la ley, sino que establece un precedente peligroso en contra de la civilidad y la vida democrática del Congreso de la Unión, por lo cual convocamos a todas las fuerzas políticas a respetar los acuerdos alcanzados para garantizar la pluralidad y la gobernabilidad en este órgano legislativo.
“Hacemos un llamado urgente e inaplazable a todas las fuerzas políticas para rechazar cualquier acción que tenga como objetivo final generar desconfianza, ingobernabilidad, avasallamiento y desconocimiento de los acuerdos consensuados, pretendiendo lesionar, a través de la impunidad que otorgan las mayorías artificiales, al Congreso de la Unión”, indicó.
Y apenas comienza agosto. En este mes no sólo deberán tramitarse las presidencias de ambas cámaras, sino las agendas legislativas del período que inicia en septiembre y concluye en diciembre, y que, entre sus decisiones más importantes, se encuentra la aprobación del llamado Paquete Económico integrado por la Miscelánea Fiscal -o presupuesto de ingresos-, y el Presupuesto de Egresos que se supone sumará los casi 7 billones de pesos para ser aplicados por AMLO en 2021.
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