25 de November de 2024
Candidato canalla
Opinión Principal

Candidato canalla

Nov 2, 2016

Por la Espiral

*Claudia Luna Palencia

Exactamente dentro de una semana sabremos el resultado de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, veremos quién de los dos candidatos levanta el puño de la victoria y quién se resiste a reconocer la derrota.

Si la precampaña y campaña electoral estadounidense nos han colado un enorme ruido en los mercados cambiarios, salpicado de incertidumbre y volatilidad las bolsas y hasta actuado como pivote para que China y Japón vendan deuda norteamericana temerosos de un gobierno a lo Trump; el día después, el día D, al conteo electoral puede resultar todavía más desastroso.

Vivimos tiempos revueltos. Si bien estos días de santos y difuntos nos han proporcionado un cierto respiro concentrándonos en el más allá, el cielo y su eternidad, los días previos a las elecciones que serán el próximo martes 8 de noviembre tendremos mucho movimiento bursátil y cambiario.

La moneda está en el aire, digamos que por alguna razón cada vez el mundo se empeña en elegir a sus peores hombres y mujeres en la delicada tarea de gobernar; no sé si sea una cuestión de karma pero en el camino del éxito y del poder quedan relegados las mejores personas, las más dotadas, preparadas, serias y moralmente responsables.

En la elección presidencial en la que se batieron en las urnas Albert Gore y George W. Bush en 2000 sucedieron todo tipo de controversias y sospechas electorales de mano negra en la nación que presume de ser la más democrática y transparente de todas.

Pero fue Albert Gore quien decidió no inocular el virus de la insidia y la duda en Estados Unidos y al final terminó reconociendo el éxito del republicano. ¡Qué distinto sería el mundo hoy en día si Bush no hubiera llegado entonces a la Casa Blanca!

Él supo perder pero desafortunadamente no está siendo precisamente el signo de los tiempos porque ahora los perdedores y las minorías son las que pretenden asaltar a mano armada el cielo del poder… prácticamente a como dé lugar.

En columnas pasadas decía que la arrogante Europa está pagando en carne propia todo el menosprecio que por décadas aplicó a América Latina y  a otros países del orbe a los que vio  -con una sonrisa de oreja a oreja- quedar exprimidos bajo la rebatinga del populismo.

En la actualidad ya no necesitan ir del otro lado del charco para encontrar a sus propios Chávez, Castro y Morales tienen a los antiimperialistas hablando su propia lengua; hijos de sus hijos, carne de su carne.

Karma o no pero Europa está quedándose cada vez más boquiabierta ante cada elección que acontece en distintos puntos de su geografía, recientemente en España,  el ex candidato y ex secretario general del PSOE de nombre Pedro Sánchez pretendió investirse como presidente con el manto de perdedor de las elecciones (las dos veces dilapidó voto tras voto);  y por poco acarició la posibilidad de hacerlo si se hubiera atrevido abiertamente a dejarse enamorar por los nacionalistas catalanes.

Es decir, que la nueva modalidad para más inri no es jugar a ganador de primera línea porque también como perdedor se puede intentar aunque obre en contra de la democracia (la decisión de las mayorías manifestadas en las urnas).

A  COLACIÓN

            Yo sigo creyendo que hay un exante y un expost a Donald Trump y que personas como él, la forma en cómo hizo ebullición hasta quedarse con la candidatura republicana implica un parteaguas, una especie de magna lección para hacer más férreos los filtros hacia la cúspide del poder. Y es que no es únicamente ser el más rico o el más mediático porque de ser así en 2050 llegará el más famoso de los youtubers.

            Trump todavía no arriba al filtro filoso de las urnas y ya está cantando fraude: trick or treat hinchándose hasta los dientes de una  labia torticera advirtiendo de que el propio sistema se alza en contra de él.

            Empieza a curarse en salud advirtiendo incluso que si ha dado bastante guerra  como tozudo precandidato y voraz candidato lo hará en ciernes al día siguiente del conteo de los votos cuando éstos no le favorezcan.

            Y déjeme decirle amigo lector que provoca tanto daño en la más inmediata toma de decisiones el escenario previo a una elección como la mañana siguiente en que los candidatos no reconocen el triunfo del otro, ni de la derrota de sí mismos.

            Esta especie de “candidato canalla” por desgracia va proliferando como Gremlins creyendo que pueden reinterpretar la voluntad de las masas, la de las mayorías, voltear la tortilla para que sean los perdedores y las minorías los que se queden con el gobierno.  En Estados Unidos, el día clave será la mañana del miércoles 9 de noviembre…

@claudialunapale