18 de November de 2024
CARNE DE MI CARNE… SUEÑOS DE MIS SUEÑOS
Opinión

CARNE DE MI CARNE… SUEÑOS DE MIS SUEÑOS

Ago 22, 2017

 

LUCERITO DEL PILAR MARQUEZ

 

La etapa de la adolescencia es primordialmente un tiempo de cambios; la niña o niño, tienen enormes variaciones físicas y emocionales. En esta etapa del desarrollo se define la personalidad, se construye la interdependencia y se fortalece la autoafirmación; sin embargo, para lograr esto, la o el adolescente todavía necesita apoyo de la familia, la escuela y la sociedad, ya que la mocedad es una fase de aprendizaje.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, OCDE, en su informe de 2016, señaló que México es el país con la más alta tasa de madres adolescentes, entre 15 y 19 años, 64 por cada mil adolescentes.

Este panorama, es preocupante, ¿preocupante?, ¡ocupante, necesario, imperioso y urgente! Realizar acciones integrales, políticas públicas efectivas para que nuestras adolecentes tengan un proyecto de vida sano, productivo y sobre todo humano.

Las consecuencias a corto, mediano y largo plazo son devastadoras en todos los niveles; si no muere la madre adolescente o el bebé, o ambos ¿Cómo educa una niña a otro ser humano? ¿Cómo le da seguridad si ella no la tiene? ¿Cómo transmite un apego sano basado en la confianza, auto aceptación, auto concepto y auto afirmación si ella lo adolece? Si su pequeño cuerpo en pleno desarrollo sale avante ¿Cómo proveerá de lo elemental a ese pequeño ser humano?

La cultura mexicana santifica la maternidad y le otorga un estatus social, ideología introyectada hasta el tuétano, se diga lo que se diga. Sin embargo, es una seudo realización, al menos en una adolescente, cuyo futuro con un hijo o hija es de una incertidumbre extrema. ¿No lo creen? En México el embarazo adolescente es la cuarta causa de deserción escolar.

No sólo es la deserción escolar, es la pérdida de todo un proyecto de vida, porque en mi México lindo y querido el embarazo adolescente es un problema de salud pública que trae problemas familiares, escolares, personales… de vida.

No basta con informar sobre métodos anticonceptivos, no basta con informar sobre genitalidad;  se requiere informar y formar a madres y padres de familia, a profesionales de la educación y de salud. Informar y formar.

Es de proponer la creación de un instituto para la atención de la adolescencia; una instancia que informe, forme, resuelva y no tenga doble moral.

Ya no es tiempo de apapachar prácticas retrogradas, es tiempo de actuar con acciones reales que funcionen en el aquí y ahora de nuestra población adolescente. No es tiempo de disculpas, es tiempo de asumir las consecuencias y responsabilizarse de los actos.

No son los o las adolescentes, SON NUESTRAS Y NUESTROS ADOLESCENTES, son nuestra realidad, nuestro presente… No el futuro. El destino ya nos alcanzó.

¿A quiénes más?