CIUDAD DE MÉXICO, 02 de junio, (AGENCIAS / CÍRCULO DIGITAL).- La decisión de Donald Trump de sacar a Estados Unidos del Acuerdo de París contra el cambio climático perjudicará en mayor medida a ese país, porque en el contexto de su política internacional “viene a reafirmar que no se lleva bien con nadie, y menos con los países que han sido sus aliados históricos”.
Así lo señaló Carlos Gay García, investigador del Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) y coordinador del Programa de Investigación en Cambio Climático (PICC) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Estar o no en el acuerdo es emitir una señal de ser o no ser solidario con el resto del planeta.
“Estados Unidos sale para demostrar que hace lo que quiere, pero esa situación es un indicio más de los desatinos del gobierno de Trump”, puntualizó.
Contrario a lo que se piensa, agregó, el tratado no se debilitará, sino que se verá reforzado por el liderazgo que podrían ejercer en esa materia China y la Unión Europea (UE).
De hecho, subrayó, la UE lleva muchos años actuando de manera convencida en este contexto y en la reducción de emisiones, y su influencia se veía disminuida debido a la aprobación o desaprobación de la Unión Americana.
La decisión le puede venir bien al acuerdo, pues Estados Unidos ha sido un freno constante a medidas más estrictas que en algún momento se trataron de emprender, puntualizó Gay García.
“Creo que esta salida al único que perjudicará es a Estados Unidos, porque en el contexto de su política internacional viene a reafirmar que no se lleva bien con nadie, y menos con los países que han sido sus aliados históricos”, señaló.
El experto subrayó que ahora está en un club diferente, junto con Siria y Nicaragua: el primero ausente del acuerdo porque está en medio de una guerra que debe resolver, y el segundo porque le pareció poco lo que se exigía por país.
Según el investigador, esas razones son diferentes a las que tiene la Unión Americana, que ha doblado las manos ante las exigencias de ciertos sectores de su economía, entre ellos el energético, el carbonífero y los constructores de autos.
De acuerdo con un comunicado de la UNAM, el especialista en cambio climático recordó que la negociación en París resultó ser muy exitosa, porque por primera vez 195 países se pusieron de acuerdo para tratar de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a niveles que, para fin de siglo, estabilizarían las temperaturas del planeta entre 1.5 y dos grados centígrados.
“Son compromisos de carácter voluntario y en este tratado las naciones ofrecen su mejor esfuerzo, sin verse muy comprometidas por reglas de carácter punitivo, en caso de no cumplir”, apuntó.
Este acuerdo representa un triunfo de tipo diplomático por la cantidad de naciones que lo suscriben, remarcó.
“Se ratificó con una rapidez enorme, que demostró que hay voluntad internacional para reducir riesgos y evitar que el planeta se caliente más”, dijo.
Gay García expresó que es preciso reconocer que el Congreso de Estados Unidos nunca ha estado muy de acuerdo en asumir compromisos que le sean impuestos por tratados de carácter internacional.
A ello se suma que Donald Trump, dijo, es “ignorante en cuanto a ciencia y cultura; él sabe hacer negocios, pero no de ciencia, y le da lo mismo porque lo que busca es acumular, y si se calienta el planeta no le importa, por ello inventa argumentos como que el calentamiento global es una trampa inventada por los chinos para debilitar la economía norteamericana”.
Además, apuntó, está apoyado por un grupo conservador dentro del Congreso, al que nunca le fue simpática la idea de cuidar el ambiente, tener reglas y reducir las emisiones.