Con sueldos de dos mil 191 pesos mensuales, millones de trabajadores capitalinos no llegan a la quincena: Ángeles Valencia
CIUDAD DE MÉXICO, 25 de octubre, (ATIZAPÁN HOY/CÍRCULO DIGITAL).— Con sueldos de dos mil 191 pesos mensuales millones de trabajadores no llegan a la quincena porque no alcanzan a cubrir sus necesidades básicas como salud, comida, educación, recreación, entre otras, porque los precios de la canasta básica aumentaron hasta 7.3 por ciento, señaló la diputada Ana Juana Ángeles Valencia.
En ese sentido, la legisladora de Morena urgió al Jefe de Gobierno de la Ciudad de México cumplir su promesa de aumentar los salarios, al menos, de 73.04 a 86.33 pesos, para alcanzar un ingreso de dos mil 589.90 pesos, que en realidad, subrayó, debería elevarse hasta 172. 66 pesos, justamente en este periodo que la inflación llegó al 3 por ciento, que por la fluctuación del dólar, incremento a las gasolinas y tarifas de luz, podría ser superior a esta cifra.
Destacó que dichos aumentos afectaron profundamente la economía de las familias, por tanto, las reformas gubernamentales nunca debieron aprobarse porque ahora se ven los daños que provocan a millones de mexicanos.
Ángeles Valencia pidió al Jefe de Gobierno rectificar su declaración en torno a que “el aumento al salario mínimo pueda hacerse de manera progresiva”, pero, “tiene que estar vinculado con una mayor productividad”, como lo mencionó hace un mes al comprometerse a mejorar el ingreso de los asalariados.
Esa condicionante, dijo, podría ser un factor para que los empresarios no otorguen un aumento salarial porque, efectivamente, no habrá el rendimiento, ni las ganancias esperadas, no sería falta de responsabilidad de éstos, sino por cuestiones externas, por el mal manejo de las finanzas y economía nacional.
Consideró la posibilidad de que sea difícil medir la productividad de una empresa, ya que la mayor parte de sus ingresos se invierte en insumos energéticos y aunque eleven los precios de sus productos para recuperar su inversión, las ventas bajan porque no hay circulante que active la economía.
Por lo tanto, afirmó, los aumentos deben ser otorgados de manera automática porque no es responsabilidad de los trabajadores que la productividad y la rentabilidad de una empresa sea positiva o no, cuando se trata de incorrectas gestiones gubernamentales en materia económica.
Las utilidades, en este caso inflacionario, responden más a condiciones fuera del alcance de los asalariados pese a que realizan su mejor esfuerzo y cumplen con sus jornadas y responsabilidades, afirmó.
Por otro lado, recordó que son necesarias las reducciones de los sueldos de los funcionarios públicos de alto nivel, diputados federales y locales, senadores, magistrados de los Tribunales, embajadores, cónsules y demás trabajadores de cuello blanco, así como la reducción de gastos excesivos de imagen personal.
También pidió sean castigados severamente a todos aquellos funcionarios de alto rango que roben recursos de las arcas públicas como los casos vergonzosos del gobernador con licencia y fuero Javier Duarte de Ochoa y de los ex gobernadores, Guillermo Padrés y Humberto Moreira Valdez, perseguidos por la justicia.
Al respecto, precisó que propondrá una iniciativa de Ley para que los funcionarios y gobernantes ladrones paguen por daños a la nación, les sean decomisadas todas sus propiedades adquiridas de manera ilícita y se destinen para utilidad pública, además de pagar con cárcel por los delitos cometidos.
En cuanto a los recortes presupuestales, comentó que no es la mejor forma de generar ahorro gubernamental porque lo único que genera es más inflación que podría agravarse hasta crear una recesión económica por la falta de circulante y enfatizó que con el incremento fluctuante del dólar existe el riesgo de que tanto el desempleo como los precios de la canasta básica aumenten aún más el próximo año, sobre todo porque muchos insumos y productos provienen del extranjero.
Requerimos, entonces, más empleos y mejor pagados; un sistema alimentario nutritivo y accesible; un sistema educativo incluyente, gratuito, laico; acceso a la salud preventiva, de segundo nivel, correctiva y cuando la urgencia lo amerita, un trato más digno cuando el esfuerzo médico y humano ya no alcanza para mantener la vida, afirmó.