Constituyentes polarizados
TRAS LA PUERTA DEL PODER
*ROBERTO VIZCAÍNO
El jueves pasado, en medios del caos y la protesta lopezobradorista, nació formalmente la Primera Asamblea Constituyente de la Ciudad de México.
Sus 100 diputados –de los cuales sólo acudieron 94-, deberán elaborar y promulgar antes del 30 de enero próximo en la vieja casona del Senado en la calle de Xicotencatl, la primera Constitución de esta nueva entidad –que no estado- para terminar de transformar al antiguo DF en Ciudad de México.
Durante el evento, en el cual el bloque formado en automático por todos los diputados que no son de Morena, unos 78, se eligió al muy viejo priísta (87 años de edad y miles de experiencia política), Augusto Gómez Villanueva, como presidente de la mesa de instalación.
Esta decisión provocó el primer choque entre los 22 diputados de Morena (es decir, de Andrés Manuel López Obrador) con los 78 del resto del grupo.
Los lopezobradoristas buscaron colocar en la presidencia al expanista Bernardo Bátiz y anular la reforma constitucional que dio vida a la propia Asamblea Constituyente de la cual los morenistas forman parte, para que sólo quedaran los 60 diputados electos y se anulara la participación de los 40 designados.
Sin cumplir con los requisitos establecidos, Batiz se quedó solo como vicepresidente y sin cumplir con las atribuciones para modificar la composición de la Asamblea, Gómez Villanueva simplemente ignoró la exigencia de anular a los diputados designados.
Así el priísta conducirá al grupo constituyente hasta que se apruebe el reglamento interno que normará los trabajos y conductas de los asambleístas y se designe, por voto de mayoría, al presidente formal que continuará en la dirección de los trabajos del Constituyente capitalino.
Hasta aquí todo caminó. Pero el desarrollo del inicio –y como origen es destino- todo indica que AMLO jugará su eterno papel de saboteador.
Sus 22 diputados están ahí para obstruir a los 78 que surgen del resto de los partidos (PRI, PAN, PRD, PVE, PES, MC, Panal y PT); de las cámaras de Diputados y Senadores y quienes representan el Gobierno Federal y al capitalino.
Una integración que fue aprobada luego de muchos debates por el Congreso, para guardar los equilibrios de las fuerzas que interactúan en la Ciudad de México.
Es así que en los siguientes días, semanas, meses Usted verá cómo los morenistas toman tribunas, se enredan en debates con temas absurdos, bloquean puertas, y votan siempre por el no porque esa es la esencia de su ¿dueño? El mismísimo López Obrador.
En el fondo es simple y llanamente una confrontación de fuerzas del tabasqueño contra el resto del mundo, contra aquellos a quienes odia y desdeña, a quienes no considera dignos de estar en su mesa de negociación, si es que tiene alguna.
Pero la confrontación estará dirigida esencialmente contra de AMLO y sus huestes ilustradas hacia dos puntos: contra todo lo que signifique algo con respecto a Miguel Ángel Mancera y contra Enrique Peña Nieto.
Y en esas informaciones verá usted alguno de los siguientes nombres:
Irma Sandoval, Bernardo Bátiz, Bertha Luján, Bruno Bichir, Clara Brugada, Carlos Payán, Lilia Rossbach, Jaime Cárdenas, Patricia Ortíz, Mardonio Carballo, Gabriela Rodriguez, Javier Quijano, Margarita Valdés, Héctor Bonilla, Elvira Daniel, Raúl Bautista, Consuelo Sánchez, Fabrizio Mejía, Patricia Ruiz Ancohondo, Damián Alcázar, Mayela Delgadillo y Javier Jiménez Espriú.
Ya Batiz, Quijano, Cárdenas y un grupo esencialmente de mujeres, fueron quienes armaron el sainete del inicio de labores.
Esto ocurrirá más pronto de lo que se imagina, porque mañana está citada la primera sesión formal de los constituyentes a fin de adelantar el método para elaborar el reglamento interno que los regirá.
En un cajón, esperará por mientras el documento base entregado el jueves por el Jefe de Gobierno Miguel Ángel Mancera, del cual surgirá la Constitución a elaborar.
UN POCO DE MÁS DE LO MISMO
Enojado permanente con la vida, Andrés Manuel López Obrador enfureció durante los últimos días contra el diario Excélsior y sus dueños, los Vázquez Raña, por haberle arrebatado la exclusividad como batuta de juzgador moral de los demás, y publicado una serie de reportajes sobre el rancho chiapaneco “La Chingada”, que le heredaron sus padres y que él a su vez ha escriturado a sus hijos pero condicionado a que no lo puedan ocupar sino hasta que él muera, ya que mientras tanto, en los hechos, él es el único que puede hacer y deshacer en ese predio… lo que es lo mismo a ser el dueño de algo no?
Una simulación simple y llana, pues.
El pequeño detalle es que él no reportó esa propiedad en sus declaraciones. Ni en las viejas ni las nuevas.
¿Cuántas más de estas propiedades, o recursos, habrá escondidas bajo su manto de mesías tropical?
Al tabasqueño, quien ya antes ha sido exhibido como mentiroso y corrupto –nomás habría que recordar aquel asunto de su muy oscura fundación “Honestidad Valiente” que no era ni lo uno ni lo otro y que servía para canalizar moches millonarios y dineros tenebrosos a su ya larguísima campaña presidencial de al menos 16 años-, montó en cólera por los reportajes realizados por Andrés Becerril para Excélsior.
Bueno para contra-atacar pero no para dar explicaciones, don peje le tundió de inmediato al diario y sus propietarios actuales con el siguiente twitt:
“Olegario Vázquez Raña e hijo, que encarnan la corrupción, me atacan en su inmundo pasquín por la quinta que heredé de mis padres en Palanque”.
La lógica es simple en el mundo de los pillos: si el que acusa es pillo mayor, entonces las pillerías menores no cuentan.
En el ataque AMLO se autocalifica.
Pero no todo queda ahí. No. AMLO anda verdaderamente enchilado por las publicaciones de Excélsior.
En otro twitt dice:
“Imagínense que ellos presentan la 3de3 y nos dijeran cómo se arreglaron con Fox para recibir concesiones, incluida la “compra” de ese inmundo pasquín”.
La conclusión es la misma: si quien señala es más pillo, entonces no tiene derecho a cuestionar a otro pillo. ¡Vaya auto-defensa!
Ni que decir que en este contexto otros dirigentes partidarios, empresarios, líderes sociales y hasta simpatizantes del dueño de Morena, coincidieron en que AMLO vuelve a mostrarse en esta confrontación como lo que siempre ha sido, es y será, porque eso es estructural: autoritario, intolerante, violento, mentiroso.
Y nos quejamos por los pronunciamientos y actitudes de Donald Trump.
Por lo pronto todo el asunto revivió el reto a un debate público del presidente del PRI, del tecnócrata Enrique Ochoa Reza a López Obrador.
El dirigente tricolor indicó que AMLO viola todas las normas de civilidad y política al atacar como lo hace a dueños de medios y a los propios medios y los expone a reacciones de violencia e insospechadas de la jauría en que se han convertido algunos de sus seguidores.
El tabasqueño rompe, dijo el priísta, con todo límite de apego a la ley y de una convivencia democrática, plural respetuosa.
Recordó que no hace apenas semanas AMLO descalificó en otro twitt al Instituto Tecnológico Autónomo de México, el ITAM, y a sus egresados al calificar a esta escuela como formadora de tecnócratas que se dedican a hacerle mal a México y a los mexicanos.
“… lo suyo es la descalificación constante a quienes piensan distinto a él y a las instituciones cuyo trabajo desprecia sin razón”.
Al Instituto Mexicano de la Competitividad, el IMCO, que recibe y califica las 3de3 lo señaló como un instrumento de “la mafia en el poder”. Al diario Reforma lo acusa de publicar encuestas “copeteadas”, es decir surgidas de la corrupción.
Y así…
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