30 de April de 2024
Corruptio optimi pessima
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Corruptio optimi pessima

Ago 26, 2016

Por la Espiral

*Claudia Luna Palencia

La política española se ha tornado cansina inmersa en una máquina centrifugadora que no sabe más que dar vueltas y regresar al mismo punto de partida sin aportar nada; hoy viernes, España cumple 251 días de incapacidad, el paciente enfermo sigue impedido para formar Gobierno.
Mariano Rajoy dos veces ganador en las elecciones Generales (20 de diciembre  2015 y 26 de junio de 2016) no ha podido reiniciar su segundo periodo de mandato porque le siguen faltando los apoyos camarales para investirse por mayoría absoluta (176 votos de legisladores a favor) y también porque tiene un flanco muy débil para hacerlo por la relativa.
Este verano en España ha sido peculiarmente abotargado sobresaturado de la misma desgastante retórica político-partidista mientras medio país sacia el estío a los pies de sus playas, sus líderes parecen preparar afanosamente el escenario para unas terceras elecciones cuya fecha de celebración ya arrancó muchas suspicacias: 25 de diciembre.
Por lo pronto, como los caballos en un concurso de hípica, habrá primero que fracasar en el próximo salto de la tranca: el martes 30 de agosto, el Congreso de los Diputados se reunirá para arrancar el debate de investidura de Rajoy todavía presidente en funciones.
Para el miércoles 31 de agosto, se sabrá si en las votaciones pertinentes el político del Partido Popular (PP) logra investirse por mayoría absoluta (en estos momentos prácticamente imposible aunque los milagros pueden suceder) y si no tendrá un chance más para intentarlo por mayoría relativa.
Ustedes se preguntarán amigos lectores, cómo es que a casi cuatro meses de cumplirse un año de las elecciones que dieron la victoria a Rajoy, en un país que presume de su democracia, del respeto a los electores y a su sistema electoral,  el que gana no manda.
El panorama está muy enrocado nadie acierta en el desbarajuste actual ni los sondeos de opinión, ni las casas de prognosis política-electoral (el sorpresón de la pérdida de un millón de votos para Podemos no se le veía venir por ningún sitio) ni los analistas que únicamente atienden opiniones cortoplacistas.
Rajoy tiene un largo camino de obstáculos en el que los líderes de los demás partidos políticos le han estrellado en la cara, varias veces su apoyo, aunque el PP se muestre dispuesto al diálogo, a escuchar sus contrapropuestas, realizar sacrificios y modificaciones en su programa de gobierno. Pero si los otros no quieren realmente es harto complicado que Rajoy reasuma el poder con 137 escaños.
Con Ciudadanos, el partido de Albert Rivera, ubicado precisamente en el lindero conservador centrista en vez de encontrar apoyo ha sido estrellarse contra la pared. Una que en los últimos días los equipos negociadores del PP intentan con denuedo derrumbar con intensas negociaciones con sus contrapartes de Ciudadanos a fin de lograr que la cuarta fuerza partidista les apoye sumando sus 32 legisladores.
Pero ya con la cuenta atrás para  la inevitable cita de la próxima semana los equipos negociadores se han atascado en el subliminal debate de qué es o no es corrupción porque hay políticos obcecados en pontificar con exactitud si solamente trincar es un acto de corrupción cuando lo ejecuta un político.
A COLACIÓN
Y ahí están enfrascados en dilucidar si corromperse es únicamente meter la pata o toda la mano dentro de la caja y es que Ciudadanos quiere la tabla de Moisés para el tema de la corrupción en los partidos políticos, los políticos y los funcionarios pero  lo que parecía tener atisbos de avanzada ahora está atascado.
Es penoso ver cómo España dilapida su credibilidad en materia política sumida en una crisis institucional porque eso es lo que tiene precisamente en todos los órdenes y es una falta de respeto enorme para una población castigadísima por ocho años de crisis económica.
La gente ya hizo su tarea soportando férreos recortes en todos los órdenes: alza de impuestos, austeridad como una losa sepulcral, despidos y la pérdida de su Estado Benefactor; y ahora sus políticos les pagan con poco más de ocho meses de desastre político con todo paralizado: 3 mil iniciativas detenidas en el Congreso, varios ministerios sin ministros, incertidumbre al respecto de qué pasará con el empleo, el paro, el retiro, las subvenciones, los emprendedores, la política fiscal, etc.
Rivera, el de Ciudadanos, que pretende erigirse en el moderno Séneca debería atender los razonamientos del filósofo romano nacido en Córdoba acerca de que la corrupción puede estar intrínsecamente ligada con la posición moral del ser humano lo que implicaría salpicar prácticamente todas las esferas de su relación y su ámbito de actuación.
Bajo esa premisa y razonamiento no nada más trincar implica una etiqueta de corrupto también paralizar, obstruir y hasta comportarse como un  político inepto e ineficaz que obra en contra de los intereses de la colectividad… de la mayoría podría, bajo el pensamiento de Séneca, constituirse en una forma de corrupción. ¿Quo vadis Ciudadanos?