Crónica en tres actos: 5a. Generación del Salón del Periodista Deportivo de México
+ A partir de ayer, Jorge Bermejo García se llamará ese recinto, en honor del de decano de la crónica nacional, de 93 años de edad
+El padrino Carlos Slim, emocionado recibió, para su impresión y publicación, los libros Alas de Papel, anecdotario de reporteros de este gremio, y la historia de la Femecrode, fundada hace 30 años
+Fueron dos horas de imborrable y apasionada camaradería en honor de 34 cronistas
+Quizá como en ninguna de las otras cuatro ceremonias
Ciudad de México, 19 Mayo (CDMX MAGACÍN/JESÚS YAÑEZ).-Suave trinar de pájaros desde ancestrales árboles de la Magdalena Mixhuca y el ardiente sol de mediodía –sinfonía que endulzaba los oídos, enceguecedora luz– dieron involuntario brillo a la ceremonia de la quinta generación del Salón del Periodista Deportivo de México. El inmueble del acto fue la sede de la Confederación Deportiva Mexicana, rodeada de un inmarcesible verde.
Fueron dos horas de imborrable y apasionada camaradería.
Quizá como en ninguna de las otras cuatro ceremonias: crónica en tres actos.
Unidos por una historia indeleble de vida personal y profesional que se resume en siete letras: palabra.
Vocablo, espíritu mágico de este oficio desde tiempos inmemoriales.
Reconocimiento de iguales entre iguales.
Fue un inolvidable ejemplo de unidad gremial: sin filias ni fobias.
Histórico parteaguas del periodismo nacional, más allá de la fuente de deportes, en momentos aciagos para la libertad de expresión en México, como nunca antes.
Henchidos de orgullo, pasión e historia, 34 comunicadores –algunos con más de 30 años, otros superan cinco décadas de oficio reporteril– recibieron vítores y salvas de aplausos –que retumbaron las cuatro paredes del auditorio ‘José García Cervantes’ de la Codeme–; reconocimiento de unos 200 asistentes. Entre ellos familiares, invitados especiales, representantes de medios de comunicación y funcionarios.
En total, ya suman 176 integrantes de ese emblemático recinto, fundado en 2014: hombres y mujeres de todo el país, que incluye fotógrafos.
De todos colgaba una sonrisa de gratitud, solidaridad, satisfacción del deber cumplido, atenazados de gozo y goce, como infantes que juegan canicas, trompo, yo-yo…
Conscientes que fueron, son y serán cordón umbilical entre información y sociedad.
Estuvieron presentes, también, entre otros, el director de la Codeme, Francisco Cabezas; Javier Hidalgo, director de Indeporte en esta capital; el Príncipe de Camerún, Jean Louis Bingna; Evencio Flores, presidente de la Federación Mexicana de Cronistas Deportivos (Femecrode), así como representantes de este organismo en el interior de la República.
Hubo tres momentos inolvidables antes, durante y después de la ceremonia que decantaron en entrañable caos: fue la sal del acto.
Pero como decía un reportero:
“Un acto de periodistas que no tenga desorden, es que no es de periodistas”.
Porque, de manera natural, son irreverentes, iconoclastas, irremediablemente rebeldes, sin faltar al respeto.
I
Previo a la ceremonia oficial hubo un simbólico acto que los homenajeados desconocían. Y que, como era la intención, los tomó por sorpresa: la develación de la placa, en el aula –unos 40 metros cuadrados, anexo al auditorio– del museo del Salón del Periodista Deportivo, por Carlos Slim Domit –hijo del empresario más rico del mundo de 2010 a 2013–, con el nombre del presidente de este recinto en letras doradas con fondo negro:
Jorge Bermejo García.
Inconmensurable decano, 93 años de edad. Como ningún otro, de ellos, 77 están dedicados a la crónica, reportajes, entrevistas y notas informativas.
Slim, de más de 1.80 de estatura, rostro impertérrito, escuchó las intensas palabras de agradecimiento de algunos colegas, acorazadas de indescriptible emoción, por apadrinar esta generación, en favor del gremio.
Respondió con la misma calidez. Agradeció la deferencia, con un breve discurso cálido.
Además de Bermejo, también recibieron placa de reconocimiento, con su foto, tres irremplazables pilares de este Salón: José Garduño, Artemio Cano y Juan Manuel Damián.
Los cinco, dieron unos 30 pasos para dirigirse al estrado y encabezar la ceremonia.
Había público expectante.
Bermejo se refirió con sentidas palabras a la histórica vulnerabilidad laboral de los cronistas deportivos durante los 77 años que han sido testigos durante su vida profesional. La mayoría como subdirector del diario La Afición.
Después de referirse a Aristóteles y su filosofía sobre la felicidad, soltó una apasionada defensa del gremio que tenía atada al corazón con un hilo invisible de pasión:
“Siempre he luchado porque se haga justicia –salarial—a los cronistas deportivos. Me muero de tristeza cuando veo que tienen una vejez muy complicada”.
Hay quienes, literalmente, viven en la miseria, después de haber cubierto innumerables juegos centroamericanos, panamericanos, olímpicos, mundiales de futbol…
Descendieron del cielo al infierno.
Slim secundó:
“Quiero destacar la importancia del trabajo que todos ustedes hacen. El deporte es parte de la esencia como sociedad, para nosotros ustedes son parte fundamental de lo que hemos hecho”.
Agradeció la labor informativa de los periodistas presentes.
Porque, puntualizó, “ese trabajo de difusión permite que estos proyectos sigan creciendo. Por ejemplo, permitió que el Gran Premio de la Ciudad de México continuará gracias al trabajo de ustedes”.
Todo esto es posible, añadió, por la cobertura, crónica, crítica, opinión, de los comunicadores.
También, puntualizó, “esto incentiva que cada vez más jóvenes quieran dedicarse al deporte que sus ídolos practican. Ustedes conectan al deporte y deportistas con la sociedad. Me siento muy honrado de ser padrino de la quinta generación. Este reconocimiento es un estímulo para todos”.
Además de él, los anteriores personajes que han apadrinado las generaciones previas, han sido: Jesús Mena Campos, medallista olímpico, el entonces senador Marco Antonio Blázquez Salinas, el ex futbolista Manuel Negrete y el empresario José Abed.
II
En otra emotiva acción, José Santoyo, maestro de ceremonias con Malena Alarcón –nieta de Jorge Sony Alarcón— solicitó, con voz de trueno, que se hiciera entrega a Slim de dos libros que serán parteaguas gremial: Alas de Papel, anecdotario de periodistas deportivos del Salón y la historia de 30 años de la Federación Mexicana de Cronistas Deportivos. Ambos suman más de 500 páginas.
Con esos ejemplares en cada mano –como el padre que presume ufano a sus hijos–, los mostró a la prensa y a los presentes con su rostro de infante travieso.
Mostró sus marmóreos dientes perfectos de actor de Hollywood.
Una intensa lluvia de flashes de celulares y cámaras fotográficas iluminó su cuerpo.
Hubo otra fugaz metralla de aplausos.
III
Inició la entrega de reconocimientos, placa y pluma dorada, símbolo del oficio del cronista.
Hubo un momento, el tercero, que paralizó los corazones y colocó el alma en vilo.
Fue la escena cuando Emilio Fernando Alonso, destacado y entrañable cronista de Tv-Azteca, ahora en TDN de Televisa, escuchó su nombre para recibir su galardón. Por los problemas de salud que sufre hace algunos años, caminaba lento, apoyado en un bastón de metal rumbo al estrado.
Sufre secuelas de un derrame cerebral que lo aquejan hace más de 20 años.
Intentaba acercarse al podio de honor para recibir su reconocimiento, ayudado por varios colegas.
Su cuerpo necio no hacía caso a lo que ordenaba su cerebro. El ambiente se tiñó de un sentimiento desolador.
Cuando lo vio Slim, soltó preocupado, sensible a la escena, levantándose de su asiento:
“¡No, esperen un momento. Bajo y lo entrego allá!”
Descendió los tres pasos de los escalones hacia el pasillo. Ahí abajo realizó la entrega de los demás galardones. A partir de ese momento se rompió la rigidez del protocolo y se relajó el acto.
El mismo Slim entró en una grata laxitud beatífica.
Lo rodeó una nube de reporteros, fotógrafos y camarógrafos. Los maestros de ceremonias –Malena Alarcón, nieta de Jorge ´Sony´ Alarcón y José Santoyo– los conminaron desde el micrófono a volver a su lugar para que pudieran ver los demás presentes.
Todos hicieron caso omiso. Como debía ser.
Epílogo
El resto de la ceremonia se realizó sin contratiempos, en medio de la algarabía que la hizo parecer verbena.
Los nuevos miembros del Salón, son:
Irma del Carmen Cuevas Rivero, Lilia Alejandra Hernández Fierro, Graciela Reséndiz Reséndiz, Mac Reséndiz, Reséndiz, Jorge Aguilar Ponce, Emilio Fernando Alonso Rubí, Ricardo Argudín Ramírez, Guillermo Enrique Ávila Cortés, Sergio Bañuelos de la O, Francisco Barón Torres, Jaime Humberto Barragán Ávila, Enrique Burak Sacristán, Juan Castillo Borja, Alejandro Cota Miranda.
Así como:
Jorge de la Serna Marroquín, Jorge Guzmán Torres, Diego Hernández Tejeda, Felipe Ramón León Romo, Mauricio Meza Moreno, Héctor Navarrete Rodríguez, Gerardo Peña Kegel, Ángel Peña Troncoso, Josafat Ramírez Márquez, Alberto Rico Santacruz, Víctor Rodríguez Ocadiz, Roberto Ruvalcaba Maldonado, Carlos Serrano Bazán, José Luis Simón Rodríguez, Arturo Solano Ortiz, Óscar Soria Noriega, Roberto Sosa Calderón, Javier Trejo García, José Luis Vargas Espinoza y Antonio Zamora Ramírez.
Al final varios integrantes del Salón del Periodista Deportivo de México dijeron, en charlas por separado, a Balón Cuadrado, que Slim se fue con un “gratísimo” sabor de boca por la experiencia vivida y vívida.
Y pidió que lo volvieran a invitar.
Hasta los pájaros, con su orquestal trinar despidieron a Slim. Iba a bordo de una lujosa camioneta negra, al parecer blindada, con su orquestal trinar. Iba seguido de un carro blanco, con tres guardaespaldas.
Eso sí: que siga uniéndonos la palabra.