Análisis a Fondo
*Francisco Gómez Maza
Imparable la carrera alcista del dólar
El matrimonio igualitario, respetable
Emocionado porque vinieron aquí a nuestro escritorio los de morena y nos regalaron un presente de fiestas “patrias”, que no sé por qué, porque no sé qué celebramos en estos días los mexicanos, en tiempos en que casi nadie sabe ni los nombres de los padres de la patria, y los gobernantes buscan nuevos amos del otro lado del río Bravo, me dedique a reflexionar sobre tres asuntos graves, diría que cuatro, porque este 14 de septiembre fue aniversario de la anexión de mi terruño a México. También reflexione en la economía, que se ha vuelto una obsesión de mi mente y de mi cartera, y de la oposición de los creyentes de la extrema derecha al matrimonio igualitario, hecho que los debía de tener sin cuidado porque cada quien su vida y está comprobado que hay un tercer género que merece todo nuestro respeto.
Para empezar esta que debería ser conversación directa con usted, la realidad está desmintiendo a los “genios” de la secretaría de hacienda, que dicen que el año venidero la relación del tipo de cambio estará más menos en 18.02 por ciento, cuando yo estoy seguro de que el dólar va a cerrar 2016 en casi 25 pesos, lo cual va a medio ayudar al sector turístico, pero va a darles en la madre a los manufactureros y a la mayoría de los productores, hecho que va a disparar la inflación, que no es más que el aumento sostenido de los precios de los productos y servicios. Y eso va a tronar con mayor fuerza a una economía que ya es fallida aunque le duela al señor presidente que las noticias negativas sean las únicas que más cuenten. Si un perro muerde a un hombre no es noticia, pero si un ser vivo racional muerde a un perro por supuesto que es nota de ocho columnas en un diario impreso, presidente.
Ayer el dólar estadounidense alcanzó los $19.55 pesos en bancos La divisa estadounidense registró una alza de 15 centavos respecto al cierre. Por la mañana, el dólar alcanzó un precio de 19.55 pesos a la venta, 15 centavos más que el cierre de ayer, de acuerdo con información de Banamex. La divisa estadounidense se compró en bancos de la Ciudad de México en 18.80 pesos. Mientras que el euro cotiza en 21.97 pesos a la compra y en 21.40 a la venta. De acuerdo con el grupo financiero Ve Por Más (Bx+), el Instituto Americano de Petróleo publicó que los inventarios de petróleo aumentaron menos de lo esperado, lo que inicialmente le dio un respiro a la cotización del hidrocarburo. No obstante las mayores preferencias por Donald Trump en Ohio, publicadas por una encuesta de Bloomberg, se sumaron a los factores de debilidad del peso, luego de que dicho estado se ubica como clave en el proceso electoral de Estados Unidos. La institución financiera precisó que la divisa mexicana inició la jornada con una depreciación, ante la falta de claridad sobre el rumbo de política monetaria de la Unión Americana. El Banco de México (Banxico) informó que el tipo de cambio para solventar obligaciones denominadas en moneda extranjera pagaderas en el país se ubico en 19.1520 pesos, lo cual, y esto lo digo yo, va a atizar la alta carrera de la inflación.
Y hay que decir algo importante, real. No fueron los chiapanecos los que votaron por la anexión de Chiapas a México. Como siempre, fueron los poderosos, los de las clases dominantes. Chiapas era una riquísima provincia, muy peleada por la Capitanía General de Guatemala (que pertenecía a la Nueva España) y el llamado Imperio mexicano en proceso de independencia. Pero hay que ser verdaderos y no mentirosos. Los chiapanecos no decidieron anexarse a México. Fueron los señores, los sacerdotes, los caciques, el obispo, los hacendados, los encomenderos, los ricos… la indiada, el pueblo pobre ni se enteró que ya no éramos una provincia independiente, aunque administrativamente respondiera a la tal Capitanía. Exactamente como ahora, amigo. Los últimos que se enteran de las grandes decisiones de las clases dominantes, de los políticos sobre todo, son los trabajadores, los pobres y los pobres de los pobres, los que no cuentan, los que no valen un cacahuate.
Por ello hay un acendrado nacionalismo, e inclusive un sentimiento separatista entre los chiapanecos. Usted encuentra un chiapaneco en Mónaco y le pregunta: ¿Es usted mexicano? La respuesta no se hace esperar: Soy chiapaneco. Y eso no lo ven los poderosos. Menos el virrey de prosapia. El beneficiario de las riquezas nacionales, del erario chiapaneco. Y se va a ir cargado de oro como se han ido todos los encomenderos que el gobierno federal ha mandado a transar a los chiapanecos.
Otro sí: Durante el foro “Matrimonio civil igualitario”, al que convocó la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Senado de la República, Angélica de la Peña Gómez, catedráticos y especialistas cuestionaron el papel de los ministros de culto en torno a este tema, y aseguraron que los obispos (?) que marcharon en contra de esa propuesta violaron la Constitución y mostraron oposición a las instituciones del país. Puede que esto no sea lo más importante, hablando periodísticamente. Lo real, lo verdadero es que en pleno siglo XXI hay gente y mucha que no acepta que un hombre o una mujer pueda ser homosexual, e inclusive hay hombres de ciencia que concluyen que el homosexualismo es un padecimiento curable. Cómo hay gente pendeja en este mundo. Yo he comprobado en mi larga vida de periodista que un ser humano, hombre o mujer, que gusta del sexo contrario es homosexual o lesbiana. Antes les decían muy feo, pero no se vale faltarles el respeto porque son seres humanos. Mi hija que es teóloga me dice que en el cuerpo de un varón homosexual habita una alma femenina, y viceversa, en el cuerpo de una mujer homosexual habita el espíritu de un varón. Así de sencillo. Por lo tanto yo no me opongo en lo más mínimo a que dos personas aparentemente del mismo sexo se casen y hagan vida matrimonial. Hace muchos años yo tenía unos amigos doctores que formaban un matrimonio, cuando era un delito hablar del homoxesualismo. Eran mis vecinos y constantemente me invitaban a la cena que preparaban con dedicación de un chef. Ambos doctores, brillantes médicos eran un verdadero matrimonio. No se diga más. Nos veremos mañana.