Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
Entre uno y otro sismo no hay comparación. Aquí aplica el principio de Ortega y Gasset que indica que todo es de acuerdo a su tiempo y circunstancia.
El del 85 y el del 19 de septiembre de este 2017 fueron simplemente distintos por tiempo y circunstancias.
Una circunstancia esencia entre uno y otro fue la comunicación. En 85 el sismo colapsó las instalaciones de Telmex y el país entero quedó incomunicado.
En el del martes anterior, a pesar de que prácticamente se anuló la telefonía –yo si pude contactar a la familia vía el celular-, hubo un importantísimo canal de comunicación social a través del whatsapp.
Y eso alivió tensiones personales y sociales.
Por lo demás todo prácticamente se repitió. La solidaridad social fue prácticamente la misma en uno y otro evento. Impacta la de hoy por la inmediatez del acontecimiento y por la proliferación de los medios de comunicación.
En esta ocasión no sólo hubo narrativas a través del whats sino por la radio, la TV y las redes sociales.
Podría decirse que hubo incluso saturación de comunicación.
En este contexto no extraña, a mí al menos, el uso negativo de redes. Desde un principio me quedó claro que quienes comenzaron a crear mensajes insidiosos, de “denuncia”, de descalificación, odio, son los mismos de siempre.
Participo en varios chats de amigos y profesionales del periodismo. Y por ahí corrieron toda clase de mensajes que evidentemente buscaban como decía mi abuela, meter aguja para sacar hilo. En la mayoría de los casos, fuera de dos o tres debates en los que al final prevaleció la civilidad, la sensatez y el sentido común, los mensajes no pasaron a nada, porque ese era su destino.
Al final, fuera de estos mensajes, se sobrepuso la acción solidaria de una sociedad, esencialmente joven, igual que en 1985.
¿QUÉ VA A PASAR?
Hay quienes comienzan a preguntarse qué va a pasar con los jóvenes que hoy participaron masiva, decididamente en el rescate y en el alivio de las condiciones en las zonas devastadas.
Pues si nos atenemos a lo que ha ocurrido en otro tiempo en México, y en otras zonas del mundo, se puede decir que nada.
La solidaridad social sin un líder carismático que la conduzca –y en el México de este momento no lo veo por ningún lado-, no deriva en nada.
Queda simplemente como un registro histórico.
El hecho de que los millenials mexicanos hayan salido a remover escombros, a repartir tortas y agua, y a dirigir el tránsito no significa que de repente se intereses en la política ni nacional ni mundial. Nop, por ahí no va.
Los millenials que vayan a participar en el proceso de 2018 es porque así iba a ser con o sin terremoto. Los terremotos no tienen filiación ni partidaria ni política por más que algunos jalen los hechos hacia ese rumbo.
El que los partidos renuncien a multimillonarios presupuestos que les entrega el INE y que tienen su origen en nuestros impuestos, no les va a generar votos.
Al final esos dineros se van a diluir detrás de programas gubernamentales de vivienda, financiamiento y apoyos a negocios perjudicados, en la rehabilitación de carreteras y puentes y a todo eso.
El daño ocasionado por el terremoto del martes y los subsiguientes sismos es inmenso. Suplemente no va a alcanzar ningún presupuesto, donativo o apoyo para enfrentarlo.
En la ciudad de México colapsaron unos 40 edilicios, pero hay daños en mas de 3,500 de los cuales muchos tendrán que ser demolidos.
Miles de familias perdieron sus hogares o negocios, centros de trabajo. Como fue producto de un evento de la naturaleza no hay responsable que deba responder. El gobierno –ya sea delegacional, de la Ciudad o el Federal-, no puede ni debe entrar a actuar como aseguradora social. No le alcanzaría para hacerlo.
Eso ocurrirá en forma institucional, paulatinamente.
PROVOCACIONES
Sumados a los mensajes negativos, de odio, de generación de encono y descalificación social, durante el fin de la semana ocurrieron otros hechos.
Mucho se ha dicho que la Normal Rural de Ayotzinapa ha tenido viejos y profundos lazos con la guerrilla que desde hace décadas opera en Guerrero y Oaxaca.
De igual forma corren hoy versiones oficiales, y no tanto, respecto de que esta comunidad estudiantil ha sido penetrada por carteles del narcotráfico, específicamente productoras y comercializadoras de heroína.
Una línea en los hechos de los 43 desaparecidos de esta normal el 26 y 27 de septiembre del 2014 apunta a que una banda actuó contra otra y que en medio estaban los normalistas sacrificados.
Bueno, el caso es que el sábado hacia las 10 de la mañana, luego de mantener durante 3 horas bloqueada la autopista del Sol, algunos jóvenes embozados que dijeron ser normalistas de Ayotzinapa, encabezados por algunos de los padres de los 43, decidieron “espontáneamente” ir a las instalaciones de la 35 Zona Militar en Iguala.
Como al parecer siempre cargan con potentes cohetones cargados de clavos y tornillos, por aquello de que pues se les atraviese alguna zona militar, los normalistas descargaron los explosivos sobre las instalaciones castrenses junto con piedras y otros objetos.
La orden a los soldados fue no responder. Por ello se replegaron y cerraron las puertas mismas que los encapuchados intentaron derribar para invadir las instalaciones militares.
Así como llegaron, así se fueron, en 9 autobuses secuestrados previamente por ellos.
TODOS A SESIÓN
Todo indica que el Senado como la Cámara de Diputados, cuyas instalaciones han sido revisadas y sin reporte grave, sesionarán normalmente mañana.
En la Cámara Alta su presidente, el senador panista Ernesto Cordero junto con otra decena de su grupo, pretenden presentar una iniciativa para recortar el financiamiento en un 50% de los partidos políticos.
Al parecer este intento chocará con el anuncio hecho por el coordinador de la bancada blanquiazul, el aguascalentense Fernando Herrera, quien por instrucciones de su líder partidario, Ricardo Anaya, promoverá otra iniciativa con el mismo fin.
Cordero pretende además rescatar varias iniciativas que ya prácticamente están debatidas y aprobadas, a fin de que pasen al Pleno y se conviertan en leyes y normas legales.
Este descongelamiento de asuntos legislativos al parecer no cuenta con la aprobación ni visto bueno ni de la coordinación cameral panista y menos de la dirigencia de su partido.
Mientras eso sucede en el Senado, en la Cámara de Diputados su presidente, el priísta Jorge Carlos Ramírez Marín ordeno el retiro del enorme candil que se localizaba en la parte central del salón de Plenos.
Con 20 toneladas de peso, el candil, e integrado por 490 prismas de acrílico, se consideró que podría representar un riesgo en caso de otro sismo.
Ya sin candil, los diputados deberán regresar a sus labores mañana martes.
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