Deporte y racismo: el otro frente de Trump
CIUDAD DE MÉXICO, 19 de septiembre, (CÍRCULO DIGITAL).–Los medios de comunicación en Estados Unidos se han encontrado con un presidente que tolera poco los comentarios que puedan manchar su imagen y, por primera ocasión, tuiteó su molestia en contra de una cadena deportiva. Su comentario fue contra ESPN.
El caso de la conductora del programa de Sports Center, Jemele Hill, quien usó su cuenta personal de Twitter para comentar que “Trump es un supremacista blanco que en gran medida se ha rodeado de otros supremacistas blancos” se añade a la corriente de expresiones en torno al tema del racismo en el medio ambiente deportivo.
Desde antes de su elección como presidente, el basquetbolistas Lebron James y Stephen Curry (por mencionar a algunos) expresaron sus miedos, críticas y posturas contra la ideología de Donald Trump. Posteriormente las políticas sobre migración, los hechos y polémicas que se desataron por los actos recientes enfrentamientos en Virginia, la derogación del DACA y con ello el fin de los dreamers ha provocado que la sociedad se exprese, entre ellos los medios de comunicación y los fans en los estadios.
Hace una semana en el estadio Fenway Park en un partido entre Red Sox y los Athletics, miembros del público desplegaron una manta con la leyenda “el racismo es tan americano como el beisbol” o la acción del exquarterback de San Francisco, Colin Kaepernick, quien se arrodillaba cada vez que en la temporada pasada se entonaba el himno estadounidense, esto como protesta a la violencia contra la población negra en EU.
La Casa Blanca se sintió ofendida
Donald Trump escribió una respuesta que tentó a la empresa de comunicación deportiva: “ESPN de verdad está pagando un precio muy alto por sus políticas (y su mala programación). Un gran número de gente la está dejando. Discúlpense por la falsedad” y, además, a través del departamento de prensa de la Casa Blanca, a cargo de su secretaria, Sarah Huckabee Sanders, llamó a ESPN para notificarles que las declaraciones de la conductora fueron tomadas como una ofensa.
El portal de Fox Sports News, señala que ésta controversia entre ESPN y Trump, surge en un momento en que su negocio está sufriendo de las calificaciones más bajas y costos de programación elevados. Su base de suscriptores ha caído a 87 millones de espectadores desde un máximo de 100 millones en el 2011, basado en datos de Nielsen, que apunta que las pérdidas de suscriptores, se han dado en parte por la creciente competencia de Netflix y otros servicios de streaming de video, que han pesado sobre los ingresos publicitarios, cuando aún la televisora paga grandes sumas de dinero por el derecho a transmitir en vivo la NBA, NFL y MLB.
Bob Iger, CEO de la compañía matriz de ESPN Walt Disney ha mencionado que la televisora percibe ingresos publicitarios más débiles en desproporción a los mayores costos de programación.
Nick Kalm, presidente de Reputation Partners, una firma de comunicaciones estratégicas con sede en Chicago advierte que los programas de opinión de ESPN les puede ocasionar pérdida de suscriptores, además de que no les favorece inmiscuir asuntos políticos.
“El mayor problema en el trabajo que hago en la gestión de crisis es reconocer que tienes un problema, y en ESPN no lo han hecho. La gente sintoniza con las redes deportivas porque quieren oír de deportes, no de la política”, opina Kalm.
La presentadora del canal de deportes, Hill es de raza negra, tiene 42 años y ha pasado su vida en Detroit y Michigan. Su cuenta en Twitter con más de 693,000 seguidores, no oculta sus preferencias políticas, incluso tiene fija una imagen con fotos del 2015 y 2016 en la Casa Blanca con Barack y Michelle Obama, agradeciendo la invitación para celebrar las fiestas navideñas. La revista digital The Root, especializada en publicar comentarios y noticias desde la perspectiva de la raza de color, la entrevistó y ella pidió no sólo hablar sobre deportes.
“¿Debería actuar como si Gregg Popovich no discutiera abiertamente sobre su odio al presidente o actuar como si LeBron James, Carmelo Anthony, Chris Paul y Dwayne Wade no hubieran ganado el premio ESPY?”.
El peso de Trump ha caído sobre el hábitat de ESPN y John Skipper, presidente de la televisora motivó a sus empleados a no vincularse con temas políticos, a la vez que se disculpó por lo comentado por su presentadora.
“Nuestros empleados son ciudadanos y desean participar en la discusión pública(…) y sus comentarios no reflejan la posición de ESPN”..
Trump dio el último golpe en la mesa, cuando la presentadora admitió haberse equivocado en sus tuits.
“Mis comentarios en Twitter expresaron mis creencias personales. Me arrepiento de que mis comentarios y la forma pública que los hice pintar ESPN en una luz injusta”.
Con Información del Economista