CIUDAD DE MÉXICO, 06 de mayo, (VIBRACIONES CAPITAL/CÍRCULO DIGITAL).— El Centro de Estudios para el Adelanto de las Mujeres y la Equidad de Género (CEAMEG), de la Cámara de Diputados, reveló que diez millones de personas en el país padecen depresión, de los cuales 239 mil se localizan en la Ciudad de México.
La segunda causa de muerte entre jóvenes de 15 a 29 años es el suicidio y puede ser atribuida a problemas psiquiátricos, esquizofrenia y depresión. México tiene una mayor prevalencia de enfermos clínicos reportados y la depresión es la primera causa de discapacidad laboral.
A través de la infografía “Hablemos de depresión. No es una moda, es un problema de salud mundial”, el CEAMEG subrayó que la depresión cuesta a México más de 14 billones de dólares en pérdida de productividad.
Indica que la depresión aumenta el riesgo de uso de sustancias, drogas y alcohol; suicidio, así como enfermedades como diabetes y del corazón.
Afecta más a las mujeres que a los hombres y este padecimiento está relacionado con algunos cambios hormonales: pubertad, fase premenstrual, periodo perinatal y menopausia.
Las mujeres pueden tener mayor vulnerabilidad a factores estresantes y a comportamientos que llevan a la depresión, como padecer el alcoholismo de la pareja o la ruptura, así como violencia intrafamiliar.
El CEAMEG puntualiza que la pobreza duplica el riesgo de depresión en el ámbito familiar relacionada con mayor violencia doméstica, problemas de adicción, presencia de ancianos y enfermos crónicos, mayor exposición a las enfermedades, al trabajo arduo y menor apoyo social.
Algunas de las consecuencias de la depresión materna durante el embarazo, se observa en mayor morbilidad de la madre y del feto; cuidado prenatal inadecuado; baja de peso de la hija o hijo al nacer; preeclamsia y abuso de sustancia.
En el posparto, puede generar déficit en la interacción temprana que afecta el funcionamiento cognitivo y el patrón de apego. Aunado a ello, en la etapa de embarazo la depresión es menos conocida y atendida.
De igual modo, la infografía resalta que las mujeres que ocupan puestos de autoridad tienen más síntomas de depresión que los varones; las que cuentan con capacidad de contratar, despedir y decidir salarios, suelen presentar muchos más rasgos depresivos que los hombres.
El Centro de Estudios precisa que las mujeres en posiciones de autoridad tienen que afrontar tensiones interpersonales variadas, por las interacciones sociales negativas, los estereotipos, los prejuicios y el aislamiento.
Este padecimiento en las mujeres adultas mayores es muy frecuente, y los síntomas son tristeza, llanto fácil, aislamiento, falta de concentración, trastornos del sueño, fragilidad emocional e ideas suicidas.