Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
Quizá fue porque El País la publicó el viernes, y la información política muere los fines de semana en México. Quizá fue porque la lista de preguntas del expresidente Carlos Salinas exhibió la pobreza de ideas, argumentos y propuestas de los muy inconsistentes precandidatos presidenciales que tiene hoy esta contienda.
Quizá fue porque hasta hoy estos precandidatos –Andrés Manuel López Obrador, Juan Antonio Meade y Ricardo Anaya– se la han pasado más en el chacoteo y los dicharachos que en una verdadera competencia a fondo por el cargo más importante de este país, una actitud de cada uno de ellos que pareciera una evasión de la realidad mexicana…
O quizá fue que hubo operación desde Los Pinos para bajarlo de las primeras planas y de los espacios principales de los medios, para disminuir la atención al listado de interrogantes de Salinas, pero el caso es que muy pocos retomaron apenas, superficialmente, el texto con el cual el más controvertido expresidente vivo irrumpió en el proceso electoral de 2018.
El único de entre los 3 precandidatos presidenciales que se refirió al asunto, fue AMLO y sólo para trivializar las interrogantes del expresidente, preguntas que en su mayoría van dirigidas justamente a hacer conciencia entre los mexicanos de si el tabasqueño es el adecuado para ser votado por las mayorías ciudadanas como advierten las encuestas.
López Obrador indicó que las preguntas de Salinas únicamente son para mostrar que es “un fanfarrón que quiere protagonismo… siempre le ha gustado eso, es el jefe de la mafia del poder y lo presume, es fanfarrón”, dijo.
Y sentenció:
“¿Para qué voy a estar polemizando con Salinas, con Meade, con Fox, Anaya o Peña?… ya los mexicanos son los que van a decidir, la decisión está en manos de los ciudadanos y van a decidir si quieren más de lo mismo o un cambio verdadero”.
- Entonces, ¿estas preguntas vienen a meterle ruido al proceso electoral?, le reviraron.“Depende, si nos enganchamos es como los publicistas del extranjero, si les contestamos, ellos contentísimos, porque se les toma en cuenta, pero ya dijo eso Salinas y mañana ya se olvidó”.
Este es el juego de López Obrador. No pelar a sus interlocutores y dejar que los cuestionamientos, validos o no, caigan en el olvido de los mexicanos, que de por sí tienen memoria corta.
SALINAS FIJA AGENDA
Sin embargo lo expuesto por el expresidente es ineludible porque marca los territorios de la gran problemática mexicana, que son los que se supone deberán ser solucionados por quien resulte Presidente de la República, pero sobre todo porque el primero que se expone al plantearlos es precisamente Salinas.
Y es que el debate que pretende iniciar el expresidente lo toca de lleno.
Mire, Salinas dice que en “una realidad mexicana tan crispada, reclama un perfil humano que conozca y asuma las grandes transformaciones que los mexicanos han impulsado durante décadas, sin inventar soluciones falsas o simples, y con una sincera capacidad de autocrítica y de identificarse con las sentidas y profundas aspiraciones de los ciudadanos para convertirlas en realidades”.
¿Quién de entre los 3 candidatos de partidos (AMLO, Meade o Anaya) y cual de entre los 3 independientes (Margarita, Ríos Pitder o El Bronco) encuadra en este perfil? Sería interesante que Salinas nos dijera claramente quién piensa él que debería ser el elegido.
El expresidente marca 5 grandes áreas que reclaman respuestas de los precandidatos.
- Soberanía y Justicia; Prosperidad Incluyente; Cambio Tecnológico y Robotización; Democracia Disminuida; y, Intelectuales orgánicos y Equipo.En el primer punto, habla de que se debe aclarar si los precandidatos (específicamente AMLO, aunque no lo menciona directamente) van a continuar en el debate electoral que domina la política desde hace 30 años, es decir desde que él llegó al poder y gobernó, respecto de neoliberalismo o populismo.
Al plantearlo Salinas se coloca en la mira. Porque fue precisamente su postulación la que fracturó al PRI y al Sistema Político primero con la salida de Cuauhtémoc Cárdenas y unos 300 connotados priístas y luego con el lanzamiento del hijo del General como candidato a la Presidencia. Desde ese momento quedó planteado el debate neoliberalismo vs populismo.
En el segundo tema, el de Prosperidad Incluyente, Salinas debe responder por qué durante su gobierno fue cuando precisamente se ató la economía y las finanzas mexicanas, y su aparato de producción y comercialización, al internacional que hoy mantiene al mundo en la inestabilidad y el caos. ¿No previó que esto iba a pasar?
En el tercer punto, el de Cambio Tecnológico y robotización, Salinas pregunta a los precandidatos:
“¿Proponen alguna vía práctica para reducir nuestras desigualdades tan abismales como inaceptables? ¿Continuarán las políticas sociales que sólo promueven la dependencia en la ayuda oficial focalizada o promoverán más clientelismo?”.
El caso es que él, Salinas, fue quien creó la Secretaría de Desarrollo Social precisamente para imponer en México la actual política social que promueve la dependencia de los mexicanos de la ayuda y prerrogativas oficiales que los convierte en clientes electorales.
En el cuarto punto, el de Democracia Disminuida, Salinas debería responder por qué se diseño como se diseño la creación del IFE y el juego democrático que luego ha venido dando tumbos y enredándose de tal manera para hacerlo tan caro e ineficiente como es. Aquí vale la pena rescatar el principio de que origen es destino y fue durante su mandato –y como consecuencia de su ascenso al poder-, que se creó el IFE y el Trife y todo el conglomerado de normas y leyes que hoy forman una maraña siempre bajo la duda de los ciudadanos.
Y el quinto y último punto, el de Intelectuales Orgánicos y Equipo, plantea que los precandidatos digan con quienes piensan gobernar, de si: “¿serán los mejor preparados, honestos, con “una larga experiencia de las cosas actuales y una continua lectura de las antiguas” o solo sus incondicionales?”.
Interesante pues lo planteado por Carlos Salinas. Una exposición que por un lado exhibe a un expresidente que ve y cree y lo dice que los precandidatos andan en la luna, sin hablar realmente de los temas torales del país y su futuro, y por el otro al exponer el listado de interrogantes nos deja ver que los considera por demás inconsistentes, no aptos para Gobernar.
Es obvio que su temario no fue ni consultado ni convenido con el Presidente Enrique Peña Nieto, a quien no le ha de haber gustado para nada lo abordado por Salinas porque al primero que exhibe es a Meade.
Vamos a ver quién lo sigue.
INICIO EL ÉXODO
Durante el fin de semana, inició el éxodo de diputados y senadores del PRI –y de otras áreas- a las listas de aspirantes para el legislativo que viene.
Así a la ya conocida postulación de Miguel Ángel Osorio Chong como candidato al Senado, se sumaron César Camacho –exgobernador del Estado de México, expresidente del PRI y excoordinador de los diputados tricolores-; Jorge Carlos Ramírez Marín, extitular de Sedatu y presidente de la Cámara de Diputados y de la Comisión Permanente; Sylvana Beltrones, diputada federal y José Reyes Baeza, exgobernador de Chihuahua y extitular del Issste entre otros.
Para ir a San Lázaro se apuntaron Beatriz Pages, Nuvia Mayorga y Alejandra del Moral.
No se sabe si a esta lista se van a sumar otros que eran mencionados dentro del gabinete de Enrique Peña Nieto comoGerardo Ruiz Esparza, titular de SCT y Luis Videgaray, secretario de Relaciones Exteriores.
También hay interrogantes respecto a la inclusión en esas listas de Emilio Gamboa, Manlio Fabio Beltrones, Rosario Robles, Beatriz Paredes y José Murat.
Por lo pronto hay una gran duda respecto de quien se quedará a coordinar a la bancada del PRI en San Lázaro si ya se fueron César Camacho, Jorge Carlos Ramírez Marín y Enrique Jackson.
Y sobre cuál es el destino de Emilio Gamboa si no se apunta para ser diputado… ¿la secretaría de Gobernación con Meadeen Los Pinos?
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