Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
Por vez primera en la historia legislativa de México, ayer el pleno de los diputados federales aprobó por unanimidad una reforma Constitucional propuesta por un candidato a la Presidencia de la República, en este caso José Antonio Meade, abanderado del PRI, PVEM y Panal.
Completarla antes de que concluya abril, es decir antes del fin real de esta Legislatura, le toca a los coordinadores del Senado Emilio Gamboa (PRI), Fernando Herrera (PAN), Manuel Bartlett (PT-Morena), Luis Sánchez (PRD) y Carlos Puente (PVEM).
Después tendría que ir a buscar la aprobación de al menos 17 de los 32 congresos estales para que el presidente Enrique Peña Nietopudiera firmarla y ponerla en vigor al publicarla en el Diario Oficial.
Aprobada por todos los anteriores, la reforma Meade-anti fuero retiraría el privilegio de la protección y la impunidad que ha amparado durante casi un siglo las tropelías de todos los funcionarios, iniciando por el Presidente de la República y los secretarios de Estado, gobernadores y sus funcionarios, alcaldes, diputados federales y locales, senadores, el Jefe de Gobierno de la CDMX, los delegados o alcaldes capitalinos y jueces y magistrados.
Nada más.
Un paso esencial para abatir la impunidad exigido desde hace décadas por los ciudadanos, y para el cual se presentaron muchas iniciativas, pero que al final se concretó solo cuando José Antonio Meade se la entregó a los senadores y diputados del PRI, PVEM y Panal.
Ahora vamos a ver si Emilio Gamboa y Carlos Puente, y la mexiquense Ana Lilia Herrera, pueden sacarla adelante si no es por unanimidad, al menos por mayoría en el Senado al igual que lo hizo el mexiquense Carlos Iriarte en San Lázaro.
La tarea para ellos se antoja en chino ya que en el Senado la oposición formada por Manuel Bartlett, Luis Sánchez y Fernando Herrera se ha convertido en un dique insalvable para toda clase de iniciativas impulsadas o por el Gobierno de Peña Nieto, o por elPRI.
Si vemos este contexto senatorial, lo ocurrido ayer en San Lázaro se antoja un milagro.
Y es que sacar adelante una iniciativa, insisto, entregada el viernes 23 de marzo pasado –es decir, hace menos de un mes-, por el candidato de la triada PRI, PVEM y Panal, José Antonio Meade a los coordinadores parlamentarios de los 3 partidos en el Senado y la Cámara de Diputados, para luego ser rápidamente aprobada por todas las bancadas –eso incluye a Morena donde el mandamás es, ya sabe usted quien, el mismísimo Andrés Manuel López Obrador que a todo dice que no – en la Cámara de Diputados, en verdad es algo nunca antes visto.
Aprobada por unanimidad esta propuesta de Meade es en los hechos su primera promesa de campaña cumplida, cumplida con la ayuda de todos sus opositores.
La promesa esa la de retirar el fuero desde al Presidente de la República y hasta el último funcionario municipal, para garantizar así que no haya “ningún privilegio más que el de ser mexicano”.
La reforma Meade-anti fuero fue aprobada por 370 diputados presentes en el Pleno ayer jueves en San Lázaro para luego dedicar –¡¡¡imagínese usted!!!- un largo aplauso.
Y así, por primera vez en la historia de este país, un candidato presidencial en plena contienda electoral, logra una reforma constitucional con el consenso absoluto de los legisladores de la oposición antes de concluir el proceso de elección.
¿Y QUIEN GANÓ EL DEBATE?
Larguísimo fue el debate de los y las aspirantes a la Jefatura de Gobierno de la CDMX.
De entrada hay que señalar que 7 son muchos para un debate que no permitió las interrupciones y las réplicas inmediatas lo cual le quita frescura y la posibilidad de medir la capacidad de respuesta e inteligencia de los participantes.
Pese a todo, este primer debate de candidatos en esta contienda permitió medir algo de ellos.
Bien la trasmisión desde el Canal 11 de Politécnico. No hubo interrupciones ni cortes y la participación de Javier Solórzano le dio su toque. Sus preguntas fueron un reflejo real de los intereses y opiniones de los c<apitalinos y, al menos, hicieron enojar y sacar en dos ocasiones la intolerancia de Claudia Sheinbaum, quien aguantó los embates y dio la pelea.
Fue interesante ver cómo la candidata de Morena, PT y PES dedicó buena parte de sus intervenciones a rebatir a Mikel Arriola y no a Alejandra Barrales, quien las encuestas dicen que es el segundo lugar y que por ello es su contendiente más cercana.
Mikel no dejó ir una y arremetió por igual contra Sheiunbaum y Barrales, a quienes puso en el mismo saco de falta de capacidad de gobierno, de ser parte de la corrupción en la capital y de ser ambas responsables por la inseguridad.
Mikel prometió que de ganar construiría cien kilómetros, establecer un férreo control contra transportes piratas y combatir a fondo la inseguridad, robos y asaltos en autobuses y peseros.
De igual forma prometió acabar con las fugas de agua en las que se pierde el 40% de la distribución del líquido y llevar agua a Iztapalapa, delegación que nunca ha tenido ese servicio en forma regular.
El resto de los candidatos: la independiente Lorena Osornio, la Verde Mariana Boy, Purificación Carpinteyro de Nueva Alianza y el exguerrillero y ex Super Barrio Marco Rascón, de Humanista, no estuvieron mal. Cada uno cumplió con muy buen nivel sus intervenciones, y con el juego del ataque.
Fuerte Carpinteyro quien al despedirse cuestión a Sheinbaum al decir que ella, a diferencia de Claudia, no tenía dueño, en obvia referencia a lo que representa Andrés Manuel López Obrador para Claudia.
EL QUE VIENE EL DOMINGO
A partir de hoy se calentará el ambiente del debate de los 6 candidatos presidenciales.
Sin duda el eje de este encuentro es Andrés Manuel López Obrador, quien llega como puntero absoluto y, creo como mucho, sólo a nadar de a muertito… a hacer como que la virgen le habla.
De mecha muy, muy corta la estrategia de AMLO podría quedar de lado si alguno de sus contendientes –a saber: José Antonio Meade(PRI, PVEM y Panal), Ricardo Anaya (PAN, PRD y MC), Margarita Zavala (independiente) y Jaime Rodríguez, El Bronco(independiente) logra picar la tecla que lo haga brincar y ponerse en el centro del ruedo.
Cosa que no improbable.
Impermeable a todos los ataques, envuelto en una evidentísima actitud de ganador absoluto (él ya piensa y actúa como si la elección del 1 de julio solo fuese apenas la ratificación de lo que para él ya es un hecho inamovible, ineluctable) el tabasqueño cree que puede hacer lo que sea sin afectarlo.
Hay quienes piensan que incluso podría abandonar el debate.
Lo cierto es que lo que ocurra es un misterio. Nadie puede adelantar ningún juicio solo especulaciones, y esto no lleva a nada.
La experiencia del debate del miércoles con los candidatos a la Jefatura de Gobierno de la CDMX es apenas un atisbo de lo que pudiera ocurrir la noche del domingo.
En el entendido de que cumplido este primer debate, vendrán otros dos y que por ello el más importante será el último. Donde realmente se pudieran definir votos.
Así que no hay que esperar que ninguno vaya a resultar noqueado a la primera.
¿O Usted que cree?
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