Economía y empleo
Análisis a Fondo
Francisco Gómez Maza
· Contradictorios números del crecimiento económico
· El empleo puede recuperarse, pero no su calidad
La información que difunden los llamados medios en torno a la marcha de la economía no ayuda mucho a precisar en qué momento sobrevive la mayoría de los trabajadores mexicanos en México y cómo se privilegia al capital de trabajo.
Pareciera que, en “El otro lado” del río Bravo, a los mexicanos documentados e indocumentados no les está yendo tan mal, si se toman en cuenta las remesas que envían a sus familiares, en sus lugares de origen, calculada en 40 mil millones de dólares tan solo para diciembre.
Hoy se informa, por ejemplo, que la actividad productiva está recuperándose, tomando en cuenta información trimestral de su comportamiento; que creció 12 por ciento al tercer trimestre; o sea entre enero y septiembre, y que el empleo está recuperándose. Más adelante nos referiremos a esa mañosa relación entre comportamiento del producto y su impacto en el empleo.
Mirando los datos trimestrales y mensuales, de enero a octubre: tres trimestres, y un mes, octubre, del cuarto trimestre, se concluye que hay una desaceleración de la marcha de la economía. La variación mensual del comportamiento del producto interno bruto (PIB) habría descendido de 1.9% en septiembre a sólo 0.3% en octubre.
Se informa en otro momento, con datos del Inegi, que no hay que cantar victoria, pues en octubre pasado el producto sufrió una caída de 6.2%, en comparación con el crecimiento de octubre de 2019, de acuerdo con el llamado Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE).
Hay quienes aseguran que, medida por una recuperación del nivel de empleos –de acuerdo con los datos del Instituto Mexicano del Seguro Social, se habrían inscrito 211 mil 700 nuevos puestos de trabajo en el mes de octubre-, la economía se mueve.
Es importante señalar, no obstante, que no todos los nuevos y los viejos empleos están inscritos en el Seguro Social. Muchos patrones no los apuntan en el IMSS para ahorrarse el porcentaje que tienen que pagarle al instituto por los servicios médicos y de seguridad social.
Pero hay algo sumamente importante, que casi nadie toma en cuenta: A propósito del empleo, este escribidor siempre ha considerado que el éxito de la economía no debe de medirse por la cantidad de empleos creados; es una falacia, inclusive el llamado pleno empleo. Generalmente, en su gran mayoría, los empleos creados por la economía mexicana son parte de la explotación de la fuerza de trabajo. Muchos empleos, pero muy mal pagados.
Más bien hay que tomar en cuenta la calidad de los empleos; la calidad del poder de compra del salario. Si el salario que paga el empleador, el patrón, es remunerador; si, después de satisfacer las necesidades personales y familiares, al trabajador le queda para ahorrar, es un buen salario.
Generalmente, los salarios, aún con los aumentos que ha decretado la nueva administración gubernamental, son malos. Y en este espacio estamos convencidos de que economía que no crea empleos justamente remunerados es una economía en desgracia. Crea a un capitalista mediocre, conformista y, lo peor, esclavista… Y a un trabajador, esclavo.
El principal objetivo de la economía es crear empleos, justamente remunerados, porque si los trabajadores disponen de capacidad de consumo, de compra, va a privilegiarse el capital; aumentará el consumo, y los detentadores de los medios de producción –chicos, medianos y grandes- aumentarán los márgenes de ganancia.
Si el salario le permite al trabajador gozar de un tranquilo fin de semana con su familia, ya sea en casa o en algún sitio vacacional; Si no le permite darse un buen descanso, el salario es malo, es injusto, y la economía que crece es la de quienes detentan los medios de producci[H1] ón.
En octubre y principios de noviembre se recuperaron 200 mil puestos de trabajo. La caída por el estallido de la crisis económica y la pandemia de coronavirus significó casi un millón de empleos perdidos. Según los criterios oficiales, se hay recuperado alrededor de 400 mil, y si esta tendencia continúa, para finales del primer trimestre del año próximo, habrán registrados en el IMSS unos 20 millones 500 mil empleos, exactamente como estaba antes de que muriera la primera víctima del Covid-19, a mediados de febrero pasado.