Análisis a Fondo
Francisco Gómez Maza
· Entre la honestidad y la transa
· Velasco los chamaqueó a todos
Es un enredo, una mezcolanza nauseabunda, sobre todo porque su carta de presentación fue la seriedad, la responsabilidad, la congruencia, la honestidad, la política como el arte de beneficiar a la gente del pueblo y no a la clase política, y menos a corruptos y corruptitos, como era antes de este nuevo ciclo.
Pareciera que la moral se confunde con la inmoralidad y la amoralidad (yo me declaro amoral). Pero aquí solo hay de las dos primeras. Los líderes de Morena se sienten muy morales, pero de entrada actuaron como los políticos más inmorales, entendiendo como su moral, su declaración de honestos, puros, y jueces y verdugos de negociantes de la política, de los corruptos, de los impunes, de los simuladores y de los cínicos.
Sus críticos, esos que viven de la amargura de la derrota, tienen ahora materia para seguir echando mierda sobre “López”, “el Mesías”, “el ignorante”. Los que se autodenominan anti Peje). ¿Habrá que cuestionar a los cuadros morenistas de inexpertos? dirían unos; otros serían más duros: por pendejos; otros más por mañosos, por perversos, pero lo que son es incongruentes, sofistas, traen en las venas las mañas del PRI, pero ya olvidaron como se usan para que la gente inclusive los aplauda. A Monreal y al Peje, los “chamaqueó” el chamaco Velasco Coello., quien de tonto no tiene un pelo y sabe lo que quiere y lo que busca que es navegar con bandera de pendejo para lograr sus objetivos de enriquecimiento y de llegar hasta donde nadie pueda imaginarse. Acuérdense dentro de unos años.
López Obrador, en su afán de parar el escándalo – no lo pudo parar Monreal, con sus vanas explicaciones leguleyas y, con su negativa de responder a la andanada de cuestionamientos de los reporteros que cubren sus actividades (se le cayó la pelota cuando iba a lanzar un strike, antes de empezar el juego.
La situación para Morena no es agradable. Alguien por ahí, representante del Subcomandante Galeano del EZLN, afirmó que, con este escándalo, se revelaba que la cuarta transformación era una mierda. Qué pena por Morena. su propio líder, Ricardo Monreal Ávila, con sus sofismas inmorales, le echó gasolina al escándalo. Y ya nadie parar esta corriente de nuevos críticos, que se ha decepcionado, antes de que el tabasqueño reciba la banda tricolor de manos de Porfirio Muñoz Ledo, a quien nombró presidente de la Cámara de Diputados, contradiciendo su discurso de que respetaría la autonomía de los “poderes”.
Así, antes de que cantara el gallo, Morena, o mejor dicho su nomenclatura, se colocó en el ojo del huracán, aunque el presidente electo se niegue a dar explicaciones a la prensa, y Ricardo Monreal Ávila suelte una andanada de declaraciones increíbles, en torno al trueque de la licencia de Velasco por los cinco diputados verdes para que Morena hiciera mayoría absoluta en la cámara de diputados.
La adhesión de los diputados del PVEM a Morena, como lo dice por ahí un despacho periodístico, mantiene en el ojo del huracán a Morena. El líder de los diputados del PVEM, Arturo Escobar y Vega, ha informado que sus compañeros cambiaron de bancada, a cambio de que se impulsaran políticas a favor de niños con cáncer (¿Y le cree alguien?), pero entre los legisladores que adoptó Morena está un simulador, Humberto Pedrero Moreno, ex secretario de Hacienda de Velasco. que falseó documentación para acreditar su origen indígena en el pasado proceso electoral y cuya candidatura fue impugnada por el mismo partido que hoy lo arropa.
López Obrador se niega a dar explicaciones. Claro. Tiene la mayoría absoluta en el congreso y le importan un pito tanto sus críticos como sus detractores. «No voy a hablar de eso, corazoncito. Voy a la reunión ahora con los legisladores, corazones, corazoncitos», respondió Andrés Manuel cuando una reportera le pidió, la mañana de este jueves, cuando salía de su casa de transición a una reunión con diputados. Y de esa posición nadie lo sacó.
López Obrador fue abordado por periodistas quienes aprovecharon para preguntarle sobre la forma en que Morena concretó la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados. Pero el presidente electo, como dicen en mi datcha, se hizo pijiji. [email protected]