Análisis a Fondo
Francisco Gómez Maza
· Cuál hilo de la madeja se va a tirar para desenredarla
· Sería peor no hacer nada y seguir violentando al país
Aún no me queda claro cómo el nuevo presidente logrará la pacificación nacional, en momentos en que se han agudizado la violencia, los asesinatos, los feminicidios, las desapariciones, inclusive de niños migrantes, y los graves delitos comunes. No le encuentro cual hilo de la madeja va a jalar Andrés para desenredar esta diabólica madeja. No le encuentro la cuadratura al círculo.
López Obrador y sus colaboradores en materia de seguridad y justicia – los que se encargarán de la aplicación de la ley y el orden – proponen algo muy teórico: Foros de Consulta para trazar una ruta de pacificación nacional. Para explorar todas las alternativas viables para lograr la pacificación y reconciliación nacional. Generar un espacio de diálogo mediante la apertura de Foros Escucha, en los cuales se identifiquen propuestas que respondan a las prioridades de los diferentes sectores de la población y en las diferentes regiones.
Pero los soldados de la delincuencia, tanto la delincuencia de las bandas del narcotráfico como la delincuencia uniformada que no responde a controles del Estado Mayor del Ejército, no entienden el lenguaje propuesto por el nuevo gobierno. La delincuencia sólo sabe de armas, balas, muerte, secuestro, violaciones, desapariciones y todos los crímenes conocidos y por conocer. Ah, y comercio, importaciones y exportaciones, de toda suerte de materiales químicos ilegales.
Lo único que parecería viable sería el diálogo, la negociación con los padrinos. No se ve otro camino. Y ese diálogo ha sido rechazado por los gobiernos que han combatido a la delincuencia y al narcotráfico con balas, provocando miles y miles de muertos. Quizá otro camino sería enviar a los soldados y marinos a sus cuarteles. La presencia de estos enerva a los criminales y es causa de infinidad de crímenes contra inocentes, inclusive familias enteras, que son masacradas “¿por error?” de las fuerzas de seguridad del Estado.
Pero bueno, los organizadores del primer foro de consulta- designados por el presidente electo – “para trazar una ruta de pacificación nacional”, que se inaugura este martes 7 de agosto en Ciudad Juárez, una de las más importantes madrigueras de delincuentes organizados e institucionales, armará un paquete de propuestas que, de acuerdo con la convocatoria – serán insumos para la formulación de políticas públicas para “la pacificación del país y la reconciliación nacional.”
Ciudad Juárez es una de las regiones del país que más ha sufrido los estragos de la violencia. Es fundamental generar un espacio para discutir las expresiones más severas de la violencia. Víctimas jóvenes, mujeres, niños, adolescentes y adultos que están sujetos a factores de riesgo que favorecen la violencia y la delincuencia. Grupos en situación de vulnerabilidad. Es fundamental escuchar e incluir a integrantes de comunidades religiosas, según reza la convocatoria al foro.
Como un ejercicio terapéutico, de recaudación de ideas en torno a la inseguridad y la violencia, los foros de López Obrador pueden tener resultados académicos excelentes. Serán, ni duda cabe, un diagnóstico de esta crudísima realidad que los mexicanos estamos viviendo con la violencia, como vivieron mis hijas y mi nieta la inundación de anoche hundidas en medio metro de agua, porque la delegación Benito Juárez olvidó que las cañerías se tapan. Eso será, para empezar, y es positivo, el foro de Ciudad Juárez. Y los otros que se organicen en otras ciudades.
Pero hasta ahí. Un luchador social de prosapia política, de experiencia en las luchas sociales y políticas y que conoció muy bien Andrés Manuel, me decía hace algunos años, que no hay más que hacer con los narcos. Más que negociar. Y los gobiernos de Calderón y de Peña rechazaron esa alternativa por ilegal. La violencia no se detendrá con las armas. La violencia engendra violencia. El narcotráfico es una actividad comercial ilícita. Pero es como el contrabando de alcohol en aquellos años de Al Capone o Eliot Ness – que por cierto murió de un borrachazo -. Es delito porque las drogas están prohibidas…
Los celulares, de acuerdo con estudios científicos, contienen materiales cancerígenos muy riesgosos, pero andan circulando por millones. No es delito vender, comprar y usar celulares. Es más. Resultan, por los avances de la técnica, y del consumismo neocapitalista, digamos que necesarios (la verdad es que yo me puedo pasar muy tranquilo sin el celular y me comunico o se comunican conmigo, quienes tienen interés de hacerlo, por el teléfono llamado residencial.
Pero si las drogas no estuvieran prohibidas no habría tantas matanzas, tantas desapariciones, tantos secuestros, tantos feminicidios, tanta impunidad de políticos criminales y corruptos. Y si las familias y el gobierno dieran una buena educación, se controlarían las adicciones. El conocimiento genera buen juicio, cordura en las mayorías. Cuando el gobierno estadounidense legalizó el alcohol se acabaron las matazones en las ciudades más importantes del país vecino. Y actualmente se emborracha el pendejo que no tiene ni idea de la vida y de la muerte.
Ya me dirán sabiondos y lirondos que no hay que legalizar las drogas porque hacen daño a los niños. Pero yo digo que el problema de fondo es mala educación. El problema del alcoholismo empieza con mala educación y termina en la tumba por mala educación que lo convierte en enfermedad. El del consumo de drogas es mala educación. Y una tarea harto difícil: acabar con la pobreza porque el hambre impulsa a cientos de jóvenes a adherirse a las bandas criminales. [email protected]
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