El Derecho al Voto; Una Conquista Histórica
OPINIÓN
Por. Juan Martínez Veloz
Próximamente los ciudadanos mexicanos elegiremos presidente de la república, diputados y senadores al Congreso de la Unión. En 9 estados también habrá elecciones de autoridades locales (gobernador y congresos y ayuntamientos).
En cierta medida debemos tomar estas elecciones como una fiesta cívica. El sistema electoral mexicano se ha ido modernizando y adquiriendo cada vez más características democráticas, desprendiéndose de sus rasgos no democráticos (autoritarios) del pasado. Sin dejar de reconocer que aún faltan cosas por diseñarlas mejor.
Si comparamos nuestro sistema electoral mexicano de hoy con las instituciones electorales del pasado podemos darnos cuenta de los avances logrados.
Durante el Siglo XIX y principios del XX, durante el periodo de 1812 a 1911 en la historia nacional estuvo caracterizado por la inestabilidad política, muy pocos gobiernos terminaron su mandato.
De 1821 a 1850 la regla general fue la ingobernabilidad (ausencia de orden y continuidad en el gobierno), se produjeron alrededor de 100 rebeliones y pronunciamientos políticos en contra del orden establecido. Se formaron cincuenta gobiernos (con duración en promedio de 8 meses), casi todos producto de cuartelazos y once de ellos fueron presididos por una persona; el General Antonio López de Santa Ana (cinco veces del bando de los liberales y seis de los conservadores); González, Luis: Historia Mínima de México; El Colegio de México, México 1983, p. 104.
Asimismo de la totalidad de los presidentes de la república que existieron en México en el siglo XIX, desde Guadalupe Victoria en 1829 hasta 1911 con Porfirio Díaz, predominaron siempre los políticos de origen militar (generales) sobre los de extracción civil; Padilla H., Remberto: Historia de la Política Mexicana, EDAMEX, México, 1988.
Emmerich, en un interesante trabajo comparativo establece la forma en la llegaron y se retiraron del poder los 71 gobiernos que México tuvo entre 1823 y 1911; de éstos solo 17 fueron constitucionales, es decir, electos conforme a las normas establecidas, de ello, únicamente 4 o tal vez 5 finalizaron su periodo constitucional, los restantes fueron interrumpidos por derrocamiento, renuncia, licencia o muerte del gobernante respectivo; Emmerich, Gustavo Ernesto: Las Elecciones en México 1808-1911, en Las Elecciones en México (evolución y perspectivas), Siglo XXI, Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, México 1985, p.p. 41-67.[1]
Entre 1821 y 1855 existieron 22 Congresos diferentes, cifra menor que la mitad de los poderes ejecutivos de la época. Éste no es un dato despreciable, ya que muestra una mayor estabilidad en el poder legislativo que en el ejecutivo del período. Los congresos sesionaron permanentemente salvo siete ocasiones: entre diciembre de 1832 y abril de 1833, mayo de 1834 y enero de 1835, septiembre de 1841 y junio de 1842, diciembre de 1845 y junio de 1846, agosto de 1846 y diciembre de 1846, noviembre de 1847 y mayo de 1848, y finalmente abril de 1853 y agosto de 1855; Sordo Cedeño, Reynaldo: “El Congreso y la formación del estado-nación” en La Fundación del Estado Mexicano; Josefina Zoraida Vázquez (Coordinadora), Nueva Imagen, México, 1994, p. 140.
Una de las características de los sistemas electorales empleados en aquélla época (Siglo XIX) es que fueron indirectos (hoy el voto es directo) y por tanto impedían una manifestación directa de la voluntad popular.
Los ciudadanos en asambleas elegían a sus electores primarios; posteriormente, reunidos éstos en las cabeceras de partido, nombrarían a los electores secundarios, y al final, éstos, constituyendo un colegio electoral en la capital de su Estado, debían elegir a todos los diputados que al Estado correspondieran, según el censo electoral.
La Constitución de Cádiz (1812) y las leyes electorales de los gobiernos conservadores y centralistas de 1836 y 1847 establecieron como característica del voto pasivo (derecho a ser electo) y activo (derecho a votar) el carácter censatario, es decir, únicamente se adquiría el derecho si se tenía una determinada renta anual.
OTRO ASPECTO QUE FUE UN GRAN AVANCE DE LA DEMOCRACIA EN MÉXICO FUE LA UNIVERSALIZACIÓN DEL SUFRAGIO, SIN EMBARGO ESTA SERÍA UNA LUCHA LENTA DE MÁS DE UN SIGLO.
El sufragio universal fue instituido en la Constitución Francesa de 1793. La inclusión del sufragio femenino se vino imponiendo en el mundo moderno poco a poco desde finales del siglo XIX.
En México, algunos Estados como Yucatán comenzaron a adoptar el sufragio universal en las elecciones locales a partir de 1920, San Luis Potosí el 13 de julio de 1923, Chiapas en 1925.
EN EL ÁMBITO NACIONAL FUE ESTABLECIDO EL SUFRAGIO UNIVERSAL EN LA CONSTITUCIÓN GENERAL DE LA REPÚBLICA EN 1947 PARA LAS ELECCIONES MUNICIPALES Y EN 1953 PARA TODAS LAS ELECCIONES.
Hay que festejar pues los derechos políticos que hoy ejercemos libremente y acudir a votar en las próximas elecciones.