El mayor reto de varios sexenios
Línea Fifí
Martín de J. Takagui
Es evidente que cualquiera de los programas de gobierno que se hubieran diseñado para México en la administración federal 2018-2024 tendría que haberse modificado como consecuencia de la pandemia del Covid-19 que aqueja a todo el mundo y que en muchos países se da como un año perdido.
Pocas serán las naciones que no registren un crecimiento económico en sus respectivos Productos Internos Brutos, y a nivel global ese PIB seguramente será negativo también como lo será para México.
Hay especialistas como los analistas bancarios que advierten que la caída de la economía en México podría superar el diez por ciento, lo cual se sumaría al cero por ciento alcanzado en el 2019, representa una ampliación de la población nacional que vivirá o que ya vive en la pobreza y la pobreza extrema.
Pero lo importante, lo más importante para el ser humano, es sin duda, la vida, porque sin vida no hay economía, no hay salud, no hay trabajo y mucho menos puede haber bienestar.
Mientras tanto, para una nación y para un gobierno lo importante es generar condiciones de bienestar, desarrollo, educación y fortalezas para la competencia en un mundo globalizado como en el que vivimos.
Cinco meses después de que se declarara una emergencia sanitaria y después la sana distancia, la pandemia y cuando se han registrado más de 50 mil muertes de mexicanos, la autoridad sanitaria nacional ha advertido que esta situación podría prolongarse hasta el mes de marzo próximo, o sea que no vamos ni a la mitad de lo que podría esperarse de esta situación.
Frente a ese panorama, cualquier gobierno, cualquier mandatario, cualquier asesor gubernamental tendría que haber recomendado cambiar, primero el Presupuesto de Egresos de la Federación 2020, después las prioridades de gastos del gobierno, en seguida tendría que estar diseñando una serie de programas tendientes a hacer frente a las demás crisis que acompañan al COIvid-19.
En materia de salud, además de la atención a la emergencia por el Covid-19, tendría que estarse trabajando en la atención a los demás padecimientos, que no son pocos, los que aquejan a los mexicanos, pero una atención especial debe merecer la salud mental, pues el encierro, el confinamiento, el aislamiento y la sana distancia trajeron una serie de problemas de conducta al interior de las familias que también requieren de acciones especiales.
Otro de los problemas graves que debían ser objeto de un programa especial, es la recuperación de la actividad económica y con ella, tendría que implementarse un programa de generación de empleos, a fin de contrarrestar la pérdida de más de dos millones de empleos, formales e informales.
Ello implica, obviamente, la recuperación, reapertura o reactivación de las empresas que se mantienen trabajando a medias, que han cerrado, que han despedido a su personal o que simplemente habrán de cerrar en las próximas semanas o meses.
Una de las crisis que afecta todos los días y directamente a los mexicanos es la crisis de seguridad, lo que ha desatado actos de violencia extrema, que en la mayoría de los casos quedan impunes y es el de la seguridad.
Los asaltos en el transporte público, los intentos de asalto en los caminos, en contra de camiones cargueros, los asaltos en vía pública, los robos a casa habitación, como el caso del ex presidente del Tribunal Superior de Justicia, Luis Miranda Cardozo, quien fue asesinado el martes pasado, o los linchamientos que hemos visto en las noticias, son consecuencia de todas estas crisis.
Sin duda el gobierno del presidente Andrés López Obrador enfrenta el reto más importante que ha enfrentado cualquier gobierno en varios sexenios; la recomendación es que se implementen programas específicos para atender los problemas descritos y otros más que requieren políticas de gobierno y políticas de Estado que atiendan a todos los mexicanos en su conjunto.
Hasta hoy no se observan intenciones encaminadas a atender de manera formal, seria, profesional y contundente ninguno de esos temas que, sin duda tendrán efectos muy importantes en la sociedad mexicana.
Sigamos por la línea Fifí.