23 de November de 2024
El Museo del Palacio de Bellas Artes albergará la exposición Picasso y Rivera: Conversaciones a través del tiempo
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El Museo del Palacio de Bellas Artes albergará la exposición Picasso y Rivera: Conversaciones a través del tiempo

Jun 9, 2017

CIUDAD DE MÉXICO, 09 de junio, (DE VAGOS / CÍRCULO DIGITAL).- Más de 140 piezas de diferentes partes del mundo llegarán al Museo del Palacio de Bellas Artes (MPBA) para evidenciar el diálogo académico, personal y artístico, en el periodo de 1900 a 1940, entre Pablo Picasso y Diego Rivera, dos de los creadores más influyentes del siglo XX.

 

Esto como parte de la exposición Picasso y Rivera: Conversaciones a través del tiempo, que podrá disfrutarse del 9 de junio al 10 de septiembre en tres salas de dicho recinto.

 

Durante un recorrido por la muestra, Lidia Camacho, directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes, dijo que esta exhibición “es fruto de un trabajo compartido muy importante entre Los Angeles County Museum of Art y el Museo del Palacio de Bellas Artes”, y agregó que “está conformada por 147 obras, de las cuales 19 provienen de colecciones internacionales y 27 de colecciones nacionales, incluido el Instituto Nacional de Antropología e Historia”.

 

La funcionaria comentó que se trata un trabajo comparativo histórico visual de dos destacados exponentes del arte en el siglo XX, que nos habla de diversas etapas de estos grandes artistas, su encuentro en París y la importancia del cubismo, donde Rivera se ve influenciado por Picasso y viceversa.

 

En su oportunidad, Miguel Fernández Félix, director del MPBA, se refirió a la importancia de establecer un diálogo interesante entre dos artistas que se conocieron en 1914 en París, además de la importante colaboración que se dio entre las dos instituciones. “Es un proyecto que marca también un derrotero muy importante de  investigación que ha venido trabajando el MPBA”, añadió.

 

Michael Govan, director de Los Angeles County Museum of Art, mencionó que el origen de la exposición parte de la historia de varios encuentros, entre Picasso y Rivera, entre Europa y América en puntos de vista, y entre instituciones. “Es una conversación a través del tiempo, entre la modernidad y la antigüedad, y de la amistad entre dos instituciones”.

 

Destacó además la importancia de que la muestra se presente en la Ciudad de México con una visión diferente y bajo los murales que se exhiben en el Palacio de Bellas Artes. “Siempre quise yuxtaponer a Picasso con sus fuentes antiguas. Para traer a estos dos artistas a una exposición se contó con la colaboración de expertos. Me tomó ocho años lograrlo y estamos muy orgullosos de esta colaboración”.

 

El concepto curatorial de la muestra, a cargo de Juan Coronel Rivera, Diana Magaloni y Michael Govan, ofrece al público una serie de diálogos a través de importantes obras de ambos creadores y piezas antiguas, que dejan al descubierto el acercamiento y entendimiento entre la modernidad y la antigüedad en la visión de Diego Rivera y Pablo Picasso. 

 

La exhibición está dividida en cuatro secciones, a través de las cuales se puede apreciar un paralelismo entre Picasso y Rivera, presentando las diferentes etapas de cada uno de estos artistas, desde sus años como estudiantes, la etapa cubista y la vuelta al clasicismo.

 

El primer núcleo, titulado Las academias, muestra la formación artística de ambos creadores, la cual tuvo como fundamento la estética del arte griego y romano.

 

Se pueden apreciar las divergencias de sus contextos sociales y su manera personal de transformar lo aprendido en la Academia, que los llevó a destacar como niños talentosos.

 

Mientras en la etapa infantil de Rivera evidencia un contexto rural, influido por sus grandes maestros paisajistas; Picasso retrata escenas citadinas en las que manifiesta su posición política anarquista al elegir sujetos de las clases sociales menos afortunadas, hecho que lo perfila como un pintor modernista.

 

En la sección Los años cubistas, el visitante encontrará una serie de obras que muestran los encuentros artísticos entre los destacados pintores, así como sus acuerdos y desacuerdos cuando ambos vivían en París como extranjeros no combatientes durante la Primera Guerra Mundial.

 

En esos años, los artistas exploraron el cubismo, que cuestiona la noción de la representación naturalista instituida por la Academia, y expande las posibilidades al proponer que los objetos pueden ser representados desde múltiples puntos de vista simultáneamente. Mientras Rivera estudió y transformó las propuestas formales y teóricas de Picasso; el pintor español expandió su propio entendimiento al conocer la original forma en la que Rivera ejercía su oficio.   

 

El núcleo temático América y Europa en contraste refleja el momento en el que los artistas toman caminos distintos. Mientras Diego Rivera “cimentó su carrera sobre su identidad mexicana y como orgullo nacionalista”, Pablo Picasso “construyó su carrera a partir de cambios de identidad y de nacionalidad de española a francesa”.

 

Esta sección se dividió en dos subtemas, el primero titulado Diego Rivera, que expone el momento en que el creador guanajuatense regresó a México en 1921 y encontró un país en reconstrucción, con un sentido de urgencia acerca del futuro. Diego es inmediatamente contratado por José Vasconcelos, entonces secretario de Educación Pública, para participar en un programa que tenía como objetivo unificar a la fragmentada nación mexicana luego de la Revolución, involucrando a la pintura mural.

 

El segundo subtema, Pablo Picasso, muestra la etapa en la que el pintor español se acercó al clasicismo, pero no buscó las cualidades clásicas de “simplicidad” y tranquilidad que habían caracterizado sus pinturas a inicios de 1920, por lo que se podrán encontrar piezas como en la Suite Vollard (1930-1937) y sus ilustraciones para Las metamorfosis de Ovidio (1931).

 

En el cuarto núcleo, La vuelta al clasicismo en Europa y América, se expone la etapa en la que Picasso y Rivera adoptaron una revalorización de la tradición clásica. En este periodo los artistas crearon obras con expresión idealizada y retrataron a la gente ordinaria de la sociedad moderna con la grandeza de las culturas antiguas, logrando difuminar las fronteras entre el pasado y el presente, entre la gran tradición y lo autóctono, cada quien desde su perspectiva.

 

Mientras Picasso combinó a la perfección formas arcaicas y clásicas en sus pinturas neoclásicas, Rivera suplantó los valores clásicos basados en el canon estético grecorromano con la gran tradición escultórica de los mexicas.

 

Este impulso de regresar a los valores universales y a la estética tradicional se conoció en Francia como rappel à l’ordre (retorno al orden).

 

Entre las obras más importantes de la exposición se encuentran 16 grabados de la serie Suite Vollard de Picasso, considerada como la obra gráfica más importante del siglo XX y Hombre del cigarrillo de Rivera (Banco de México, Fiduciario en el fideicomiso relativo a los museos Diego Rivera y Frida Kahlo, Ciudad de México), obra que viaja desde Nueva York.

 

También habrá piezas que se exhibirán por vez primera en México, como los cuadros cubistas Farola y guitarra(Gas-jet and Guitar) de Pablo Picasso (Narodni Gallery, Praga) y Composición cubista (naturaleza muerta con una botella de anís y un tintero) de Diego Rivera (Colección Particular, cortesía Fundación Almine y Bernard Ruiz- Picasso para el arte, Bruselas, Bélgica).

 

Cabe señalar que Picasso y Rivera: Conversaciones a través del tiempo contará con un amplio programa de actividades, que incluye charlas, un ciclo de cine, un recorrido virtual, un concierto, la presentación del catálogo y narraciones.

 

Para mayor información se puede consultar el sitio web del recinto: www.museopalaciodebellasartes.gob.mx, así como sus redes sociales: @mbellasartes en Twitter e Instagram, y Museo del Palacio de Bellas Artes en Google Plus y Facebook. 




La directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes, Lidia Camacho, recorrió en el Museo del Palacio de Bellas Artes (MPBA) la exposición Picasso & Rivera: Conversaciones a través del tiempo. La acompañaron, de izquierda a derecha en la imagen, el curador Juan Coronel, el director del MPBA, Miguel Fernández Félix, el director de LACMA, Michael Govan, el director general del Museo Picasso, Erol Ok, y la curadora Diana Magaloni.

  


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