Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
Hace quizá un mes y medio los diarios especializados en finanzas y economía a nivel internacional, The Wall Street y otros entre ellos, dieron pormenores de varios encuentros realizados en Nueva York entre Andrés Manuel López Obrador con grupos de interés de las grandes calificadoras.
Ahí no hay dueños visibles, porque no es importante mencionarlos. Quienes deben saberlo lo saben. Son simplemente los llamados “dueños del gran capital”. Y por ello, pese a sus más profundas reticencias, AMLO tuvo que someterse a un interrogatorio abominable para él, sobre finanzas, porque simplemente ese no es su territorio.
De acuerdo a aquellas informaciones el tabasqueño no sólo no pasó la aduana, sino que los grupos advirtieron que, en el muy improbable caso de ganar, López Obrador llevaría a México a los tiempos del nacionalismo revolucionario de los 50 o 60 del siglo pasado.
Les alarmó sobre todo sus respuestas sobre las reformas Energética y Hacendaria y sobre el futuro del nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México.
En fin. Pasaron las semanas y los acontecimientos derivados de los sismos y otras inercias electorales internas provocaron que, en un pueblo superficial y sin educación democrática como es el mexicano, se olvidaran aquellos encuentros.
Pero la persistencia de las encuestas en colocar a AMLO como puntero, llevaron de nuevo a los medios internacionales a mirar al de Macuspana (“Soy Peje pero no Lagarto”, dice de sí mismo, cómo si eso fuera importante para quien lo califica por sus hechos).
Y así The Economist, la revista quizá más sobresaliente en los negocios y las finanzas hizo su análisis del sobre “el ganador escriturado” y llegó a las mismas conclusiones que todos los demás: es un populista trasnochado que representa a una etapa del PRI ya muerta y sepultada.
En este contexto no podía quedarse fuera El País, con edición mexicana desde hace varios años, y reconocido como el diario de habla hispana más importante en el orbe, hace unos días al menos tuvo el tino de acudir a alguien que conoce a fondo a López Obrador.
Así, en su edición del miércoles anterior, apareció una entrevista con Roger Batra, antropólogo, investigador, exmilitante del Partido Comunista, hijo de exiliados catalanes, formado en París y con la experiencia de haber vivido además en EU, es investigador emérito de la UNAM.
De acuerdo a Jacobo García, su entrevistador, Bartra es a sus 75 años —cumplidos el martes pasado—, “sigue siendo un agudo observador de la realidad mexicana que disecciona en sus libros y columnas”.
Desde esa perspectiva, Bartra ha sido uno de los más persistentes críticos de López Obrador, criticas que por cierto AMLO nunca ha refutado ni comentado.
Bien se dice que quien calla otorga.
Hoy Bartra dice a El País que “López Obrador es el último exponente de una ola populista en América Latina, pero no creo que tenga posibilidad de ganar”.
Extrañado, incrédulo, el entrevistador pregunta al antropólogo cómo es posible que afirme que AMLO no ganará si las encuestas todas lo colocan como el ganador sin remedio en la siguiente elección.
“Están hechas sin candidatos. Sólo él se ha definido hasta el momento, pero compite con sondeos e inventos de los periodistas. Hasta que no haya candidatos definidos, la contienda real no habrá comenzado”, responde.
El periodista pregunta luego sobre el estado anímico del país…
Y Bartra explica:
“Me cuesta caracterizar a un país por unos pocos. Pero hay una clase media que viaja y que se siente tratada como un paria por Trump. A ello se debe sumar la sospecha de ser narcotraficante. Eso contribuye a que la melancolía se extienda entre la población que añora viejos y mejores tiempos. En esa dirección López Obrador representa la melancolía y la nostalgia por el viejo PRI”.
De esta frase El País saca atinadamente el título de su entrevista: “López Obrador representa la nostalgia por el viejo PRI”.
Atinada porque es simple y llanamente lo que representa AMLO.
¿O no?
UN SOLO DISCURSO
Apenas a fines de la semana anterior el coordinador de los senadores del PRI, Emilio Gamboa pedía a los periodistas un tiempo para demostrar que su partido tendría las mejores respuestas a los reclamos de México, con el lanzamiento de los mejores candidatos y programa de Gobierno para ir a las elecciones de julio de 2018.
En esa entrevista Gamboa advertía que a pesar de que no pocos en el PRI y fuera de él daban ya como candidato presidencial amarrado a José Antonio Meade, el secretario de Hacienda bien podría ser propuesto por el presidente Enrique Peña Nieto para sustituir a Agustín Carstens al frente del Banco de México.
Ante la cara de what que pusimos varios, explicó Gamboa que incluso esto lo ha hablado con Meade, quien dice que acatará lo que decida el presidentePeña Nieto.
Es decir…
Gamboa aclaró que cualquiera que sea la decisión en ambos casos –en lo del Banco de México y en lo de la candidatura del PRI a la Presidencia de la República-, el PRI saldrá unido y con un candidato ganador.
En este mismo sentido, como si tuvieran el mismo chip discursivo, lo repetiría el pasado fin de semana el líder nacional del tricolor, el doctor Enrique Ochoa Reza.
“Los priistas construimos sobre lo logrado en el pasado y en el presente, apoyándonos de las mejores mujeres y hombres de toda la República, pero estamos conscientes de que hay asignaturas pendientes por resolver”, indicó.
Y, ante la insistente pregunta de, ¿cuándo tendrá el PRI candidato presidencial?, indicó.
“El calendario electoral que ha establecido el INE y que ha validado el Tribunal Electoral es muy claro: debemos los priistas tener listo nuestro procedimiento interno para que a más tardar el 14 de diciembre quede establecido quién será nuestra candidata o nuestro candidato en la modalidad de precandidata o precandidato a la Presidencia de la República, para que inicien las precampañas del 15 de diciembre en adelante”.
Y recordó que ya en sesión interna del Consejo Político, los tricolores acreditaron ante las autoridades electorales y ante los ciudadanos que el método por el cual se designará “a la mujer o al hombre que será nuestro candidato presidencial, es a través de la Convención de Delegados”.
Para muchos este método solo encubre el ancestral “dedazo”.
Pero para la dirigencia de Ochoa Reza es el mejor mecanismo para evitar rupturas y encontronazos internos.
¿Será Peña Nieto quien elija y los demás avalen la designación?, es la interrogante cargada de suspicacias.
La respuesta sin recovecos es: Peña Nieto es el más importante activo en el PRI. Y tómelo Usted como quiera. ¿Cómo ve?
Ochoa sólo responde: “Nosotros seguiremos puntualmente el cumplimiento del calendario electoral que han establecido el INE y el Tribunal Electoral”.
Lo demás tiene que ver con un Gobierno que, afirma, “ha creado ya, con el sector privado de todo el país, con el sector social de todo el país, 3 millones de empleos nuevos en este sexenio. Es la cifra de creación de empleos nuevos más amplia que ha tenido el país en sexenio alguno y vamos por más”.
¿Será suficiente para hacer triunfar al candidato del PRI? Ya veremos…
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