Balconeando
Francisco Rodríguez
Allá por 1972, hace casi medio siglo, Miguel Ángel Granados Chapa fue mi maestro en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Sociología de la Comunicación y Régimen Legal de la Prensa en México fueron las materias que me impartió el periodista y abogado hidalguense. Más tarde, en 1975, se convirtió en mi mentor, toda vez que, junto con Miguel Ángel Sánchez de Armas, lo asistimos durante algunos meses en la subdirección Editorial de aquel Excélsior que dirigía don Julio Scherer. Puedo decir, entonces, que lo conocí bien. También que lo admiré más.
Y de ese conocimiento que de él tuve puedo decir que hoy se sentiría profundamente avergonzado de uno más de sus pupilos y recomendados, por salir a los medios a decir cosas que de ninguna forma puede sostener. Peor todavía, por las que lo desmienten desde las más altas esferas prácticamente de inmediato.
Le hablo hoy de Arturo Herrera Gutiérrez, subsecretario de Hacienda y Crédito Público, a quien –como le comenté antes en este espacio– el maestro Granados Chapa recomendara con Andrés Manuel López Obrador, a petición de su amigo y paisano Arturo Herrera Cabañas. AMLO lo acepto y, siendo jefe de Gobierno de lo que entonces era DF, lo ocupó del 2000 al 2004 como director general de Gestión Financiera en la Secretaría de Finanzas de la Ciudad de México, y del 2004 al 2006 como secretario de Finanzas.
Desde el 1 de diciembre anterior, Herrera Gutiérrez es el segundo de abordo en Hacienda.
Y desde ahí la ha cajeteado ya por lo menos un par de ocasiones.
La primera, en palabras del columnista y director de este otro Excélsior, Pascal Beltrán del Río, cuando a principios del anterior marzo «viajó a Londres, como antes lo había hecho a Nueva York. En la capital británica, dio una entrevista al diario Financial Times, en el que fue cuestionado sobre la refinería de Dos Bocas, proyecto que genera escepticismo en la comunidad financiera internacional.
«Ésta quisiera ver a Petróleos Mexicanos concentrado en reforzar su actividad más rentable, el upstream –exploración y producción–, y dejar de lado las que le generan pérdidas –principalmente, la refinación–, a fin de que pueda hacer frente a su pesadísimo endeudamiento.
«‘México pospone polémico proyecto de refinería‘, cabeceó el diario la entrevista que le dio Herrera. Y citó al funcionario diciendo lo siguiente: ‘No autorizaremos (la construcción) hasta que tengamos una cifra final (de inversión en la refinería) que no sea muy distinta a los 8 mil millones de dólares originalmente contemplados’. Más aún, Herrera señaló que el dinero presupuestado este año para el proyecto de la refinería ‘podría ser usado en exploración y producción’.
«Sus declaraciones eran música para los oídos de expertos e inversionistas. Pero pasaron pocas horas antes de que el funcionario fuese desmentido por el presidente López Obrador, quien habló del tema en su conferencia mañanera de ayer, así como por la secretaria de Energía, Rocío Nahle. Ambos aseguraron que la refinería va, tal como estaba contemplada.
«¿Qué pasó? ¿Leyó mal Herrera las señales que le enviaba el manager desde el dugout o, efectivamente, lo mandaron a robarse la base? El caso es que al subsecretario de Hacienda lo pusieron out en Londres.
«Después de eso, ¿qué pudieron haberle dicho los inversionistas que habían leído sus declaraciones en el FT y luego supieron de la enmendada de plana que le dieron en México? Quizá algo así como ‘ponte de acuerdo con tu jefe y luego platicamos’.
«Es preocupante que la credibilidad de uno de los funcionarios mexicanos más reconocidos actualmente en el mundo haya recibido semejante machucón.»
Hasta ahí Beltrán del Río.
La segunda cajeteada… y contando
Apenas este lunes Herrera participó en el II Foro con legisladores en materia hacendaria, bajo el lema Reforma de las Haciendas Públicas, realizado en el palacio legislativo de San Lázaro, y volvió a hablar… ¡y volvió a cajetearla!.
Dijo que ante la baja recaudación federal registrada en los últimos años, en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador analizan revivir para 2020 el impuesto de la tenencia vehicular, replantear el esquema de recaudación predial de los municipios e implementar un nuevo modelo de cobro de impuestos al comercio electrónico, lo que según sus cálculos dejaría al fisco de los estados y municipios entre 100 mil y 120 mil millones de pesos anualmente.
¡Nota! ¡De ocho columnas!, claro está. Porque, cuando candidato, el Presidente López Obrador había comprometido su palabra a 1) que no subirían los actuales y muy gravosos impuestos y 2) que no crearía nuevas cargas tributarias a nosotros los contribuyentes.
Y viene Herrera ¡y la cajetea!
Otra vez, en menos de 24 horas fue desmentido por el propio López Obrador en su conferencia de la mañana:
«No hay aumentos de impuestos, ni hay impuestos nuevos, los compromisos se cumplen».
«Digo esto porque ayer se dijo que se va a restablecer el impuesto de la tenencia, eso no es cierto, eso quisieran nuestros adversarios, se van a quedar con las ganas. No hay aumento de impuestos ni impuestos nuevos».
¿Es Herrera uno de los adversarios de AMLO?
¿O simplemente la cajetea?
Cero y van dos… ¿la tercera es la vencida?
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