Empiezan los contrastes entre Brugada y Harfuch
Glorieta de Colón
Tan solo al registrar sus aspiraciones para contender por la candidatura de Morena a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México vino el primer contraste entre los dos principales suspirantes. Por un lado, la alcaldesa de Iztapalapa con licencia, Clara Brugada, acudió personalmente a la sede del partido Morena para la entrega de su solicitud e incluso ahí mismo emitió un mensaje, rodeada de sus principales asesores y equipo de campaña, además de que le acompañaron simpatizantes. En cambio, Omar García Harfuch realizó su registro vía remota, y posterior a éste convocó a medios de comunicación para dar un mensaje –no conferencia, porque no se permitieron preguntas–, en el que informó que ya había realizado su registro. Igual que el anuncio de la semana pasada, el acto se celebró en un hotel del oriente de la CDMX, sobre Viaducto Miguel Alemán, y el inmueble rodeado de un enorme operativo de seguridad. El siguiente contraste podría venir a partir de este miércoles, pues Brugada anunció que ese día comenzará recorridos por las 16 Alcaldías, tocando puertas, para estar cerca de la gente. Habrá que esperar qué hace Harfuch. Lo veremos.
Se olvidan del peatón
Ahora que se modificó el Reglamento de Tránsito para poner mayor control a los motociclistas y supuestamente prevenir accidentes, salvar vidas, se les olvidó un aspecto sumamente importante que pone en riesgo a los peatones sobre las banquetas. Sí, en sus modificaciones no establecieron sanciones ejemplares para quienes a bordo de una motocicleta circulen sobre las banquetas con el motor encendido, lo que ocurre siempre obligando a los peatones a hacerse a un lado, porque les avientan el vehículo. Por cierto, lo mismo ocurre con los ciclistas, y eso que se les han concedido carriles exclusivos, lo que está muy bien, pero deberían respetar a los peatones. Así que, transeúntes –que somos todos alguna vez–, a seguirnos cuidando de no ser atropellados incluso en las banquetas, porque por ahora las autoridades se olvidaron de nosotros.
