La dependencia agregó que la norma NMX-R-025-SCFI-2015, de adopción voluntaria, reconoce a centros de trabajo públicos, privados y sociales de cualquier actividad y tamaño, que cuentan con prácticas en materia de igualdad y no discriminación, para favorecer el desarrollo integral de las y los trabajadores.
La norma entró en vigor el 18 de diciembre de 2015, y surgió luego de la firma del convenio de colaboración entre la STPS, el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) y el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), a efecto de realizar de manera coordinada acciones tendientes a prevenir y eliminar la discriminación.
Actualmente, son seis organismos los registrados ante la Entidad Mexicana de Acreditación (EMA) encargados de certificar a los centros de trabajo en esa norma, la cual busca promover una cultura integral de trabajo donde no sean obstáculo para la inclusión laboral ni el origen étnico o nacional, color de piel, cultura, sexo, género, edad, discapacidades, condición social, económica, de salud o jurídica.
Tampoco la religión, apariencia física, características genéticas, situación migratoria, embarazo, lengua, opiniones, preferencias sexuales, identidad o filiación política, estado civil, situación familiar, responsabilidades familiares, idioma, antecedentes penales o cualquier otro motivo.
La Secretaría del Trabajo refirió que para obtenerla, los centros de trabajo deben recibir una auditoría de tercera parte para verificar que dentro de sus procesos de gestión y de recursos humanos llevan a cabo prácticas para la igualdad laboral y no discriminación.
Destacó que las 14 empresas certificadas a la fecha suman 22 mil 148 personas, de las cuales 10 mil 90 son mujeres y 12 mil 58 hombres. Otros 150 centros laborales cuentan ya con folio de participación.
En un comunicado expuso que entre sus beneficios, la certificación fomenta el respeto a los derechos humanos y laborales, al sensibilizar y aumentar la conciencia social en materia de igualdad laboral y no discriminación, además de promover al centro de trabajo, sus productos y/o servicios ante el mercado nacional e internacional.
También permite atraer, desarrollar, motivar y retener a los mejores talentos de ambos sexos, para dar un mejor servicio e incrementar su productividad; consolidar una cultura empresarial con sensibilidad de género; y fortalecer la pertenencia, lealtad, permanencia y compromiso del personal.
Asimismo, impulsa el intercambio de prácticas exitosas en la materia; y facilita la transparencia y credibilidad del centro de trabajo, lo que impulsa una marca dinámica y competitiva, reconocida a nivel internacional.
En su elaboración también participaron, la Dirección General de Normas de la Secretaría de Economía; y organizaciones como la Confederación de Cámaras Industriales de los Estados Unidos Mexicanos (Concamin); y la Secretaría de Acción Femenil de la Confederación de Trabajadores de México (CTM).
Así como el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo México (PNUD); el Programa Universitario de Estudios de Género de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); y Familias y Sociedad, A.C.