EPN: «Se acabó el tiempo. Todo tiene un límite»
ÍNDICE POLÍTICO
*FRANCISCO RODRÍGUEZ
Las sentencias lapidarias del pachuquita que despacha en Polanco, no en la Secretaría de Gobernación, acerca de que «se acaba el tiempo de la negociación» y «todo tiene un límite» –usted la recuerda, supuestamente iban dirigidas a la CNTE–, son dardos clavados como boomerangs en el corazón de un aparato de ñoños, atrapados en cuerpos de hombres y mujeres adultos.
Nadie se acuerda un período sexenal que haya durado dos meses, como no hay alguien que apueste a que, en los escasos 12 meses que formalmente le quedan al peñato para intentar siquiera voltear a ver los graves problemas nacionales, puedan alcanzarle, pues como dice el sabio refrán: «Lo que no se hace en la mañana, menos en la noche».
Porque el mandato no expira en noviembre del 2018, sino en el segundo semestre del año previo a las elecciones federales, esto es: en 2017, toda vez que para entonces los próceres chichimecas del “primer círculo” estarán enfrascados en una lucha intestina, con pasiones y ambiciones desatadas por la banda tricolor, en donde se darán hasta la cubeta, mientras el aparato funciona en automático.
Por pena, volverán a esconder a Peña
Este panorama, que es absolutamente comprobable en todos los sexenios del poder en México, apunta que, para el mes de septiembre del 2017, a los pretendientes toluco-pachuquitas a «la mano de Doña Leonor», se les estarán quemando las habas por acceder a un trono más magullado que un mango en invierno.
Que mandarán todas las encomiendas a la mierda. Que estarán derrochando, como desde ahora muchos lo hacen, maleta$ repletas de dinero de nuestros impuestos, en pos no de una fantasía, sino de una quimera por participar como abanderados del PRI y lo poco que reste de sus aliados, en una aventura costosísima… e inútil.
Que, más que ahora, se reactualizará el escenario de siempre: un Presidente más confinado, menos apoyado por sus contlapaches, culpable de todo, digno de recluirlo en el armario, y peor que ahora, más solo que un perro de ciego, más atolondrado, distraído y errático que de costumbre. Les dará vergüenza presentarlo como su correligionario.
El panista Meade, ¿candidato del PRI?
A pesar de que, en la lucha callejera, en todos los rincones del país, arreciaran las protestas, la represión, el asesinato, la tortura y la reclusión de los activistas, nadie pondrá un gramo de esfuerzo. Todos los errores tratarán de ser abonados al nuevo programa que ofrecerá a la población el nuevo elegido.
Desde luego, las labores tendrán que estar absolutamente a cargo de los genízaros: policías locales y federales, grupos paramilitares, ejércitos olivo y de la Marina, armados hasta los cascos, dispuestos a seguir obedeciendo los mandatos del ALCA y del Comando Norte gabachos.
Nada ni nadie debe esperar soluciones atemperadas, menos benéficas a sus peticiones. Meade, precandidato imposible, seguirá desde su posición en la SHCP dictando más aumentos de bienes y servicios –las alzas en gasolina y luz son sólo la puntita– y precipitando al vacío la vida nacional. Sólo engordando las alforjas para un retiro obligado,
Peña seguirá, empero, jefaturando, con nuestro dinero, la precampaña del favorito Meade, pues las ilusiones de Oso…rio Chong y El Niño ñoño Nuño ya se fueron por el caño desde hace tiempo. El panista Meade será quien lleve a ningún buen puerto la estafeta tricolor, y con ellos, arrastre la vergüenza eterna de sus militantes que, oootra vez, deberán entregar los bártulos de la infamia.
Pagando con nuestro dinero, otra vez, las menciones, medallas, líneas ágatas, reconocimientos que los pasquines neoyorkinos amarillos y sensacionalistas, estén di$puestos a hacerle, a no tan módicos precios en dólares, para «reforzar» y «acompañar» los tétricos balbuceos y mascullos de su candidato a la Presidencia de la República.
Fueron rebasados por todos lados
La única verdad del peñanietismo fue atrozmente pronunciada por el disléxico de Polanco, que dice que despacha en el Palacio de Covián, del que salió corriendo a la primera mentada de los inconformes en las calles de Bucareli.
En efecto, Oso…rio Chong balbuceó, como siempre involuntariamente, las palabras que quedarán grabadas en el repertorio nefasto de las frases de un gobiernito que no pudo echar a andar una sola obra pública, que derrochó nuestro dinero en burdas estrategias de sus publirrelacionistas estelares del Chilorio Power y del Guamuchil Party, del prescindible David López.
«Todo tiene un límite… el tiempo se nos acabó», debe rezar la conclusión del fallido bimestre peñanietista, traducida al cristiano.
Fueron rebasados por todos lados, en todos los tonos, por todas las voces. Merecen la espalda, hasta de sus protegidos y favoritos, que nunca se han destacado por ser agradecidos con sus valedores. Miles de millones de dólares nuestros, que no tendrán más destino que engordar el caldo del 0.1% de los pavorosamente enriquecidos.
Enormes masas de resentidos, en contra
Dejan saldos inauditos: un país que arrastrará por décadas su hambre y su miseria, el abandono y recorte de todas las políticas sociales, el retiro de salud, educación, vivienda, seguridad y bienestar, en aras de los estipendios de califato de la casta dorada de burócratas ignorantes, mentirosos y violentos.
Reptilianos en toda la línea. Borderlines en los círculos selectos de la administración pública –o al menos así se llama. Mentecatos en la acción. Incapaces en la generación de ideas para el colectivo. Reprobado, desde la primaria, en todas las materias de lo cotidiano.
Mientras, las coaliciones populares de masas continúan. No han perdido el tiempo, revisan a conciencia los aciertos positivos del pasado, los errores del presente y las mejores formas de lucha para arribar a la actualización de sus organizaciones.
Sólo que ahora, apoyadas por otra masa específica de resentidos: desde los Obispos de todas las iglesias, los narcotraficantes de todos calados, los que suponen, con razón, que pronto serán arrasados en sus derechos elementales al trabajo y al salario, los desplazados a fuerza, los familiares de ejecutados sumariamente y encarcelados en las bartolinas de la mendacidad, y muchísimos más que se vayan acumulando. Para eso, el tiempo no se acaba: apenas empieza.
Como el target, el objetivo superior de tolucos y pachuquitas es privatizarlo todo, tienen un país enfrente que requieren acallar, reprimir, desaparecer del mundo y de sus confortables vidas.
¡Así nunca se podrá!
Índice Flamígero: Hace algunos años vivía un rey que era comedido en todo excepto en una cosa: se preocupaba mucho por su imagen. Un día oyó a Los Cuatro Fantásticos decir que podían fabricar la imagen más suave y delicada que pudiera imaginar. Esta imagen, añadieron, tenía la especial capacidad de ser invisible para cualquier estúpido o incapaz para su cargo. Por supuesto, no había buena imagen alguna, sino que los pícaros hacían lucir que trabajaban en ella, pero estos se quedaban con los ricos materiales que solicitaban para tal fin. Sintiéndose algo nervioso acerca de si él mismo sería capaz de ver la buena imagen o no, el emperador envió primero a dos de sus hombres de confianza a verlo. Evidentemente, ninguno de los dos admitió que eran incapaces de percibir la buena imagen y comenzaron a alabar a la misma. Toda la ciudad había oído hablar de la fabulosa imagen y estaba deseando comprobar cuán estúpido era su vecino, en el caso de que no la percibiera. Los estafadores hicieron como que le ayudaban a difundir la inexistente buena imagen y el emperador salió con ella en un desfile, sin admitir que era demasiado inepto o estúpido como para poder verla. Toda la gente del pueblo alabó enfáticamente la buena imagen, temerosos de que sus vecinos se dieran cuenta de que no podían verla, hasta que un niño dijo: “¡Pero si trae menos de 20 por ciento de aprobación!” La gente empezó a cuchichear la frase hasta que toda la multitud gritó que el emperador era repudiado, malquerido. (Parodia del cuento 168 de Hans Christian Andersen). + + + Sobre “Los renglones torcidos de Dios”, comenta hoy don Alfredo Álvarez Barrón: “Es un tema muy delicado, donde se utilizan dos pesas y dos medidas: por un lado el Obispo de Cancún, Pedro Pablo Elizondo, se dice dispuesto a ir a la cárcel por violar el artículo 130 constitucional, que prohíbe a los ministros de culto participar en actos públicos con fines de proselitismo religioso, en este caso la marcha organizada por el Frente Nacional por la Familia, que se opone, terminantemente, a la propuesta presidencial para legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo: ‘Yo estoy dispuesto a defenderme legalmente e ir a la cárcel por defender a la familia. Creo que alguna alma caritativa me iría a visitar, sobre todo en este año de la misericordia’, declaró textualmente. Por otra parte, el Cardenal Norberto Rivera, al referirse a la homosexualidad en la Iglesia Católica puntualizó lo siguiente: ‘Los sacerdotes somos humanos y como tales estamos condicionados por el pecado. Los sacerdotes homosexuales están en plena unión con el mandato de Dios porque han renunciado a la sexualidad. Por servir gratamente a Dios han sido perdonados…’” Y El Poeta del Nopal lo comenta: “Exhibe su discrepancia / pero genera discordia / y clama misericordia / con absoluta arrogancia; / fulmina a larga distancia / a la sufrida Yocasta / mientras las leyes desbasta / para extender sus dominios / (y no protege a los niños / del párroco pederasta).”