Exposición Qhapaq Ñan ofrece un viaje por las culturas que florecieron en los Andes
CIUDAD DE MÉXICO, 30 de junio, (DE VAGOS / CÍRCULO DIGITAL).- Entre las políticas que impulsa la Secretaría de Cultura del gobierno federal, a la que pertenece el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), está fomentar la relación de orden cultural con otros países, resaltó Diego Prieto, director general del INAH, durante la inauguración de la exposición Qhapac Ñan. Un recorrido por los Andes. El Perú prehispánico.
Puntualizó que es precisamente la tarea del Museo Nacional de las Culturas (MNC), sede de la muestra, presentar la infinita y compleja pluralidad de las expresiones materiales e inmateriales de la humanidad, “se trata en este museo, de abrir a México a la diversidad cultural del mundo”.
El titular del INAH manifestó que la exposición permite ofrecer una mirada a América Latina y, al mismo tiempo, mostrar el valor de las piezas de la colección de Perú, que forma parte del rico acervo de este gran recinto de la cultura universal.
“La muestra ofrece un recorrido temporal en retrospectiva, en el que resulta evidente la percepción y el profundo conocimiento que tenían los hombres y mujeres andinas de su flora y fauna, que favoreció la agricultura intensiva, la domesticación de plantas y animales, así como el consiguiente desarrollo de instituciones sociales, políticas y económicas que fundamentaron una de las grandes civilizaciones originarias de la historia de la humanidad”, indicó.
Por su parte, Julio Garro Gálvez, embajador del Perú en México, resaltó que, al igual que México, los pobladores peruanos supieron a través del tiempo adecuarse a las geografías y clima de este continente que se comparte.
“A los países que contamos con sociedades milenarias muchas veces se nos critica idealizar el pasado. Lo que estamos haciendo es conocer a nuestro antepasados, para entender lo que somos y proyectarnos hacia lo que queremos ser”, afirmó.
Esta puesta en valor de nuestro pasado a través de actividades como la exposición, dijo el diplomático, es algo más que nos une (a peruanos) y asemeja a México, además de enriquecer la gama de las áreas de cooperación entre ambos países.
El Qhapaq Ñan o Camino Inca es un sistema de rutas que unía a todo el territorio de ese gran imperio Tawantinsuyo. A través de la exposición, se emprenderá un viaje geográfico e histórico por esa región y las culturas que florecieron en ella.
Organizada por el INAH, la exhibición reúne 155 piezas que ilustran este recorrido por las diferentes etapas culturales, cuyo inicio será el desarrollo cultural de los Andes Centrales: el Horizonte Tardío o Inca (1400-1532 d.C.) y terminará en el periodo Lítico (20000-10000 a. C.), que incluye a la fauna del Pleistoceno.
Luis Felipe Crespo, subdirector de Catalogación y Documentación del MNC, destacó que se trata de piezas de la Colección de Arte Andino, integrada por poco más de 500 objetos, que desde 1970 y hasta la fecha han llegado al recinto museístico, se trata de una de las más completas e importante en México sobre el área andina prehispánica, en términos de su representación histórica
Con la curaduría de la arqueóloga Carmela Esther López Sánchez, la muestra está dividida en siete módulos temáticos y una introducción sobre el Qhapaq Ñan, integrado por dos caminos principales, uno por la costa y otro por la sierra, que unían (el primero) a Quito con Cusco, capital del imperio incaico, y seguían hasta Tucumán (Argentina), uno de los trechos más largos, con seis mil kilómetros.
La otra ruta recorría la parte de la costa desértica, desde Tumbes (Ecuador) y llegaba casi hasta Santiago de Chile. Contaba con ramales que a través de los valles unía a los dos caminos, ambas rutas cubrían 60 mil kilómetros.
Tras una breve explicación sobre estos caminos, que en 2014 fueron reconocidos como Patrimonio Mundial por la UNESCO, se mostrará parte del sincretismo entre las culturas inca y española con la exhibición de dos cuadros anónimos de ángeles arcabuceros, de la escuela de pintura cuzqueña, famosa en el siglo XVI por la fusión creativa de ambas civilizaciones.
En este recorrido destacan etapas como el Horizonte Tardío (1400-1532 d.C.), sucedida durante el imperio inca o Tawantinsuyo, que estaba integrado por cuatro regiones: Antisuyo (este), Chinchaysuyo (norte), Cuntisuyo (sur), y Collasuyo (sureste). Abarcaba desde el río Ancasmayo, en Pasto (Colombia), hasta el sur de la rivera del Maule, en la parte central de Chile, y al noroeste argentino, en el sur de Mendoza.
Se podrá apreciar una momia inca del periodo colonial, fechada hacia el siglo XVI, que reúne elementos andinos y españoles, como un ajuar compuesto por hojas de coca, capullos e hilos de algodón, textiles, dos aríbalos (jarras), un plato, valvas de spondylus, tres collares, entre otros. Para la especialista de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), los atavíos de este personaje denotan su importancia, y pese a la época su entierro se hizo a la usanza prehispánica.
Del periodo Intermedio Temprano (100 a.C.- 700 d.C.), en el que sobresalieron culturas como la moche o mochica, que contó con una compleja organización social, se mostrará cerámica, así como los huaco retratos —piezas escultóricas que representan a personajes con expresiones diversas—. Se abordará el descubrimiento del Señor de Sipán, importante gobernante mochica del siglo III d.C., cuya tumba fue localizada en 1987, además de destacados aspectos de la cultura nazca, famosa por los geoglifos en el desierto que representan a figuras de grandes dimensiones que puede llegar hasta los 300 metros de largo.
En los periodos Arcaico o Precerámico (6000-3000 a.C.) y Lítico (20,000-6,000 a.C.) se originó la agricultura (a partir de 6000 a.C.), así como la domesticación de los camélidos (4000 a.C.). En el Lítico aparecieron los grupos cazadores-recolectores que vivieron en cuevas y abrigos rocosos; se exhibirán piezas líticas de Sudamérica (Argentina), que no necesariamente proviene de los Andes Centrales, pero que son representativas de esa etapa.
En apartado dedicado a la fauna del Pleistoceno, se apreciará un tigre dientes de sable, totalmente restaurado y con una nueva posición, así como los restos de un gliptodonte, que forman parte de los acervos del Laboratorio de Arqueozoología del INAH, si bien no son propios de aquella región, ejemplifican cómo era la fauna de este periodo en América del Sur, donde destacó la paleollama.
En el presídium también estuvieron Aída Castilleja, secretaria técnica del INAH; Marisol Argüelles San Millán, directora de Difusión Cultural Internacional de la Secretaría de Cultura; Gloria Artis, directora del MNC; Carmela López Sánchez, curadora de la exposición, e integrantes del cuerpo diplomático de países como Ecuador y Costa Rica, entre otros.
La exposición permanecerá hasta principios de octubre, en el Museo Nacional de las Culturas, ubicado en Moneda 13, Centro Histórico de la Ciudad de México. Horario: martes a domingo de 10:00 a 17:00 horas. La entrada es libre.