FIFA acalla, “¡eeeh, puuutooo!”, en juegos de Ratones Verdes
+Endurece sanciones contra manifestaciones racistas
+Castigos de hasta 10 juegos de suspensión a los equipos de seguidores indisciplinados
Ciudad de México, 14 de julio (BALÓN CUADRADO.- Será silenciado el grito homofóbico –“¡eeeeeeeeh, puuuuuutooooooo!”—, por parte de seguidores de los Ratones Verdes, porque la FIFA endureció las sanciones por racismo en los estadios, anunció el máximo ente futbolístico mundial, integrado por 211 países.
En el nuevo reglamento se detallan las injurias y comportamientos considerados discriminatorios: los que señalan el color de la piel, el origen étnico, geográfico y social, el sexo, una discapacidad, la orientación sexual, la lengua, la religión, las opiniones políticas, la riqueza, el nacimiento o cualquier otro estatuto.
Se incluye un apartado sobre orientación sexual como un asunto de discriminación, lo que lo coteja con los estatutos de la FIFA aplicables a las 122 federaciones en el mundo.
Por lo que los partidos que se interrumpan por esta razón se declararán perdidos para el equipo de la afición agresora. Incluso se podría sancionar a los indisciplinados con 10 partidos de suspensión. Doble de lo que estaba estipulado.
(Osvaldo Sánchez, también portero de los Ratones Verdes, inspiró el grito homofóbico)
Salvo circunstancias excepcionales, si un partido es interrumpido definitivamente por el árbitro debido a comportamientos racistas y/o discriminatorios, será declarado perdido por vía administrativa, señala el nuevo reglamento disciplinario, anunciado ayer y que entrará en vigor el lunes próximo.
La sanción la recibirá el equipo cuyos seguidores sean responsables de los incidentes y podría aplicarse también en un partido de la Copa del Mundo y las eliminatorias para Qatar 2022.
Después de un primer anuncio por medio del audio del recinto y tras una primera suspensión del partido enviando a los jugadores a los vestuarios, el árbitro tendrá la posibilidad de interrumpirlo definitivamente si los incidentes continúan.
El grito homofóbico se enquistó en el balompié nacional en 2003 y luego en los juegos del Tri. Ocurre cada que el portero rival realiza un despeje de meta. Comenzó en la ciudad de Guadalajara, Jalisco, uno de los estados más conservadores del país.
Fue poco después de que el portero Oswaldo Sánchez, surgido de Atlas, regresó a la ciudad a jugar con las Chivas. Venía de América, su acérrimo.
Los aficionados tapatíos –principalmente de una barra del Atlas–, sintiéndose traicionados, por jugar con El Rebaño Sagrado, se lo quisieron hacer saber cada que cobraba un saque de meta, con la exclamación discriminatoria.
Incluso en el mundial de Rusia, luego de haber impuesto 11 multas a la Federación Mexicana de Futbol, por ese motivo, la FIFA hizo una tibia amenaza de que los Ratones Verdes podrían perder puntos y quedar eliminados.
Ahora, las reglas señalan que por una primera violación, se jugará un partido con un número limitado de espectadores y se impondrá una multa de al menos 20 mil francos suizos (más de 385 mil pesos) a la asociación o el club correspondiente.
(Aficionados del Tri)
Además, se especifica que toda persona que atente contra la dignidad o la integridad de un país, una persona o un colectivo de personas empleando palabras o acciones despectivas o discriminatorias será sancionada con una suspensión que durará al menos 10 partidos o un periodo determinado, o con cualquier otra medida disciplinaria adecuada.
El ente rector del balompié mundial aseguró que no abandonará a las víctimas de abusos racistas que pudieran ser invitadas por el respectivo organismo judicial para hacer una declaración oral o escrita de impacto de víctima.
La FIFA también anunció el lanzamiento de un nuevo sitio de Internet legal.fifa.com que publicará las principales decisiones de sus instancias disciplinarias y los diferentes nombramientos.
Algunos tipos de audiencias, las relacionadas con asuntos de dopaje y manipulación de partidos serán públicas si las partes así lo solicitan y podrán ser seguidas incluso en vivo en Internet.
