Flexibilización de mercado de gasolinas atraerá inversiones: Hacienda
CIUDAD DE MÉXICO, 08 de enero, (ESFERA EMPRESARIAL/CÍRCULO DIGITAL).— Con el nuevo el esquema de flexibilización del mercado de gasolinas se espera que haya más competencia en el mercado, que genere inversiones y traiga incrementos en productividad para hacer a México más competitivo, señaló la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
Expuso que pese al ajuste aplicado a partir del 1 de enero de 2017, los precios máximos en México son competitivos en comparación con los que se observan en otros países.
En el Informe Semanal de su Vocería, la dependencia federal refiere que en otros países, el precio promedio para gasolina Magna es de 23.3 pesos por litro, mientras en México es de 15.99 pesos por litro.
Sostuvo que en la actualidad no existen ya más alternativas para subsidiar el precio de la gasolina y éste debe reflejar hoy su costo verdadero en el mercado, ya que las condiciones han cambiado para México, pues se produce menos petróleo y se consume más gasolina.
En la nota informativa “Datos relevantes de la flexibilización de los precios de gasolina y diésel”, precisa que con este nuevo esquema, México se suma a la mayoría de los países del mundo en los que el precio de los combustibles refleja el costo real de su producción y no se fija de manera arbitraria por cuestiones políticas o tributarias.
Mantener artificialmente bajos los precios de los combustibles durante 2017 hubiera tenido un costo para el país y los mexicanos de alrededor de 200 mil millones de pesos, refiere la Secretaría de Hacienda.
Este gasto implicaría distraer recursos públicos a rubros tan importantes como programas sociales y de vacunación, becas para educación, apoyos para adultos mayores, pago de pensiones, escuelas y hospitales.
La intención, explica, es que el gobierno deje de determinar discrecionalmente los precios de los combustibles y que, de manera gradual y ordenada, éstos se flexibilicen en todas las regiones del país, a fin de que sea el mercado y no la autoridad el que determine los precios.
Precisa que los costos finales de los combustibles reflejarán bajo este nuevo esquema los precios internacionales del petróleo, el principal insumo de las gasolinas y los costos de logística, además de establecerse un impuesto fijo, como sucede en la mayor parte de los países del mundo.
Recuerda que la flexibilización del precio de las gasolinas y diésel es un proceso que comenzó en 2015 cuando en México se estableció un precio fijo a dichos combustibles que se mantuvo todo el año.
En 2016 avanzó con un esquema en el que los costos se movían de acuerdo con las referencias internacionales, dentro de una banda de más/menos 3.0 por ciento.
Menciona que en 2017 se observará la continuación de esta ruta. A partir del 1 de enero, el país se dividió en 90 regiones (siete en frontera y 83 en el resto), en las que diferirán los precios máximos, ya que ahora reflejarán los costos de llevar combustibles a cada una de ellas.
La diferencia en costos obedece a la distancia de cada localidad a las refinerías de Petróleos Mexicanos (Pemex) o a los puntos de importación, así como a los diferentes tipos de infraestructura para el transporte y distribución del combustible.
Aclara que el ajuste en el precio de las gasolinas y el diésel que entró en vigor a partir del 1 de enero de 2017 no se debe a un aumento en impuestos, y tampoco se inscribe en la reforma energética adoptada recientemente bajo esta administración.
Insiste en que el costo final está vinculado esencialmente al alza en el precio del petróleo a nivel mundial y a la cotización del dólar.
En materia del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), la dependencia destaca que el gobierno federal ofreció un estímulo fiscal durante 2017 de 1.12 pesos por litro para que éste bajara de 4.30 pesos por litro de gasolina Magna a 3.18 pesos.
Afirma que dicho el IEPS se mantendrá fijo durante todo el año, de acuerdo con los términos aprobados en la Ley de Ingresos de la Federación (LIF).
La Secretaría de Hacienda advierte que, dado el alto nivel de consumo de las gasolinas y el diésel en el país, mantener los precios artificialmente bajos representaría un esfuerzo considerable.
Expuso que no se trata de un mercado menor, ya que en México se consumen diariamente 190 millones de litros de gasolinas, lo que ubica al país como el cuarto consumidor de combustibles a nivel mundial.
Informa que el subsidio que el gobierno brindó a las gasolinas en los últimos años superó los 900 mil millones de pesos.
Mantener el precio de los combustibles artificialmente bajo representó 5.5 puntos del Producto Interno Bruto (PIB), lo cual fue posible porque el país contaba en ese entonces con excedentes petroleros, pero ahora las condiciones han cambiado, ya que se produce menos petróleo y se consume más gasolina.
La dependencia apunta que en los últimos años, México pasó de la posición nueve como consumidor per cápita de gasolinas al cuarto sitio, y del lugar ocho como productor de crudo en el mundo a la posición 12.
De los 2.6 millones de barriles diarios que producía de crudo, ahora sólo produce 1.9 millones de barriles diarios, “esto corrobora que en la actualidad no existen ya más alternativas para subsidiar el precio de la gasolina y que éste debe reflejar hoy su costo verdadero en el mercado”.
Con el nuevo esquema, insiste, México atraerá nuevas inversiones que generen la infraestructura que se necesita para contar con un mercado de combustibles eficiente que redunde en mejores condiciones para los consumidores, como disminución en costos de distribución y logística.