Gamboa Patrón salva al cínico César Duarte
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*Francisco Rodríguez
Una de las explicaciones más chabacanas y ñoñas de que las que este escribidor tenga registro fue la que dio el llamado Presidente Peña Nieto a Virgilio Andrade –según cuenta él mismo–, para fundar y motivar la petición que le hizo para renunciar a la titularidad de la Secretaría de la Función Pública, unas horas antes de que se hiciera del conocimiento general la defenestración del muchachito, también metido en líos conyugales y de pensión alimentaria al hijo que procreó con una funcionaria de su propia dependencia.
Según sostuvo el «Jefe de las Instituciones Nacionales» –la narración, mutatis mutandi, es del muchacho echado a la calle– su expulsión del club de la tolucopachucracia era indispensable por el anuncio estrambótico que el inquilino de Los Pinos pensaba hacer para limpiarse la cara de tanto estropicio y anunciar con bombo y platillo, previa disculpa ante un grupito de paniaguados, un misil político que seguramente cimbraría al país.
Que la idea de Peña Nieto era sostener y apoyar la presentación de las siete leyes mochas del Sistema Nacional Anticorrupción, exhibiendo como cabeza de turco, la de un rabanito enchinado habilitado como secretario del Despacho Presidencial, que causó agravio y vergüenza ajena, antes que ser un soporte de la batalla contra la corrupción de la claque en el poder.
Y sí, como usted seguramente ha comprobado, la renuncia de Virgilio Andrade no sirvió ni pa’ un barrido ni un trapeado. Pasó de noche y no hizo ni cosquillas. Era natural, no podía esperarse un impacto de un personajito que nació muerto, un tipejo de tres al cuarto, que ni a sombra llega.
Que EPN ya no aguanta la presión por la corrupción
Antes de ello, Peña Nieto juzgó necesario explicarle al muchacho en cuestión, su compadre «de grado», que la decisión había sido difícil de tomar, pero que lo hacía pensando que en el mes de junio lo habían arrasado en las elecciones de las gubernaturas, y que su popularidad iba en constante picada… y, sobre todo, los reproches del extranjero. Algo tenía que hacer, le dijo… de acuerdo a lo que Andrade cuenta a sus amigos.
Que, además, sopesó frente al bodoquito, que debía emprender acciones contra los gobernadores rufianes de su partido que no sólo habían perdido sus entidades, sino se habían pasado de castaño oscuro en el ejercicio de la rapiña, la violencia contra la población y el desgobierno. ¡El burro hablando de orejas!
Que le mencionó al infortunado que se quedaba sin chamba cosas que éste le confió a una de sus personas más cercanas, como por ejemplo que tenía que escoger a cuál Gobernador iba a meter a la cárcel, adelantándose a las exigencias de los «opositores» que les habían vencido –desde luego, con el apoyo del centro político, el de los «leales» del círculo íntimo del peñato.
Los “bisnes” de Gamboa Patrón e hijito en Chihuahua
Los casos de los gobernadores desvergonzados, se limitaban a dos: Javier Duarte de Ochoa, el de Veracruz –cuyos huesitos han pedido hasta los candidatos del PRI–, derrotado por una conspiración en Los Pinos, entre el de la voz y su compadre constructor y benefactor, el compadrito Roberto Alfredo San Román Dunne, como usted y yo lo comentamos hace algunas semanas…
… el otro, respondía, antes de pasar a peor vida, al nombre de Roberto Borge, el de Quintana Roo, ya que había sido derrotado por el candidato peñista camuflado, Carlos Joaquín, postulado aparentemente por la alianza PAN-PRD, pero apoyado siempre por su medio hermano Pedro, el secretario de Energía, y por el mismo Peña Nieto, del que fue subsecretario de Turismo, el que hacía la chamba, pues la sobrina de Carlos Salinas, Claudia Ruiz, no ata ni desata.
Aunque salió a colación el nombre del otro desvergonzado, César Duarte Jacquez, gobernador chihuahuense derrotado, Peña Nieto reculó en su exposición, toda vez que, argumentó, él estaba cubierto por un manto de impunidad, tendido desde las entrañas de las cavernas del Senado.
César Duarte era, desde ese momento, un intocable, debido a la protección que el culi empinado Emilio Gamboa Patrón, coordinador de los senadores obedientes a Humberto Castillejos Cervantes, le había tendido desde el Senado, y como entre culebras no se muerden –y menos entre quienes juegan golf y beben cada semana–, ese compromiso debía ser resguardado a piedra y lodo.
Desde luego, todo Chihuahua sabe que la protección de Gamboa Patrón al felón César Duarte, corresponde a la que éste ha brindado al hijito del senador culi empinado, que en ese estado logra las mayores cuotas por venta de medicinas y aparatos institucionales a los organismos públicos de salud en la entidad norteña.
Cárcel para Javier Duarte o para Roberto Borge
Entonces, la decisión de encarcelar a uno de los dos gobernadores, el de Veracruz o el de Quintana Roo, no tenía alternativa. Tenía que tomarla hasta donde topara, pues cada día crecía en el extranjero el cúmulo de justificados reproches a Peña Nieto por no poder salir del embrollo de la casita blanca de La Gaviota…
…el de la propia de Peña en la esquina de Paseo de la Reforma y Pirineos, la de Malinalco de Videgaray, el de las del Paseo de las Palmas, de Oso…rio Chong… más los desmedidos desbarres de adjudicaciones sin licitación a Juan Armando Hinojosa, el prestanombres que finge al frente de Higa, a OHL… el truene de las reformas estructurales… y todo lo demás.
Que para el ocupante de Los Pinos ya era insoportable el clamor de los grupos financieros internacionales y sus rotativos, que sostenían argumentos demoledores sobre el desmedido crecimiento del riesgo de sus inversiones y la comprobada incapacidad de tolucos y pachuquitas para frenar sus voraces ambiciones presupuestales, su pavoroso desgobierno, y la crisis de legalidad y legitimidad que azota al país.
Andrade cita empresarios en su casa, para caerle$
Por lo demás, le habría expuesto Peña Nieto al desgraciado —Laura de América, dixit– su lealtad hacia el compadre cual invariable. Que se fuera tranquilo a su casa, y esperara confiado, buenas nuevas sobre su próximo destino administrativo.
Y de inmediato, en los restos humeantes de la Secretaría de la Función Pública se empezaron a hacer las cábalas sobre el futuro inmediato del zotaquín Virgilio. No pocos «juraron por ésta», que seguro se dirigía hacia la dirección de la CFE, desocupada por el otro chinito, Ochoa Reza para irse a tripular al PRI.
Que al fin y al cabo, todo lo estaba arreglando desde adentro de la «empresa de clase mundial», el subdirector de Administración, Diego Gutiérrez Morales –primo hermano de Leonardo Curzio Gutiérrez, un comunicador de talla planetaria como todo mundo sabe en Los Pinos, la residencia de las estrellas.
Entonces, Virgilio se fue a su casa ese mismo día, estrenando su impunidad ofrecida, con el nuevo cargo de coyote de los empresarios a quienes había cubierto de impunidad en la Secretaría de la Función Pública, cobrándoselas en efectivo, antes de irse a sentar a otro despacho, más importante y e$peranzador. Mientras, que se «cayeran con el taco». Sucede esto, desde hace una semana, en la residencia de Andrade, por los rumbos de Huixquilucan.
Y el protegido Duarte, ¿también merece perdón como EPN?
Envalentonado por las noticias llegadas desde «el Centro», el cínico gobernador de Chihuahua, César Duarte Jacquez, ha estado dándole vueltas al magín, y concediendo entrevistas «exclusivas» a medios de comunicación «de circulación nacional» (ejem, ejem) en las que ha resultado ser un gran «salidor».
Con aires de triunfo declaró apenas al diario Reforma que «ni es banquero- político, ni teme ser enjuiciado o encarcelado por algún ilícito, porque ha actuado dentro del marco legal durante su administración», apegado al estado de Derecho, tan vilipendiado por truhanes de la peor estofa.
Se atrevió el descarado a decirle a la reportera del periódico norteño que ha salvado a su entidad del infierno. Que cuando él llegó, la violencia, las extorsiones y los secuestros estaban al orden del día, «pero que hoy está en paz», cuando todo mundo sabe de su alianza con delincuentes y su impasividad ante el estropicio general.
Además, que «el Banco Progreso, no existe. Existe una unión de crédito que así se apellida, en la cual no es socio ni parte de ella… que «ayudó a evitar la quiebra de cien mil ahorradores». Cuando todo el mundo sabe que el Banco Progreso, al frente del cual, junto con su esposa, puso al tesorero estatal, lo ha hecho inmensamente millonario.
¿Cómo ve usted la «audacia» del cínico César Duarte, el gobernador protegido? ¿También merece perdón y olvido, como sus valedores Gamboa Patrón y Peña Nieto?
Índice Flamígero: Usted leyó aquí como fue que a Peña Nieto casi casi le echan de territorio estadounidense a su embajador Miguel Basáñez, por andar armando comités «anti-Trump» entre los paisanos que radican al norte de la frontera. Los republicanos, que lo tenían bien documentado, amenazaron con declararlo persona non grata, si no salía de la Unión Americana, y sin cargo, en un plazo perentorio. Luego del numerito –y del casi seguro reproche de Obama, el viernes anterior–, ahora EPN dice estar dispuesto a dialogar con el ya candidato republicano y la que en estos días lo será, formalmente, de los demócratas. ¡Reculó! + + + Lunes de buena suerte: dos epigramas, dos, de El Poeta del Nopal: El primero, bajo el título “El (ex) Presidente del Empleo” –dedicado a Felipe Calderón por su nueva chamba en la hispana Iberdrola– dice así: “Pasó a la posteridad / como el campeón del empleo / y en tal afán, según veo, / lo obtuvo a perpetuidad; / pero la cruda verdad / es una herencia maldita, / su falsa piedad irrita, / su autocompasión engaña, / mientras el olor a caña / ¡fulmina hasta a Margarita!”. Y el segundo, “Los textoservidores (reloaded)” tiene prólogo de don Alfredo Álvarez Barrón: “Para redondear lo escrito por el señor Miguel Ramírez en el anterior Índice Flamígero va la siguiente décima, y por supuesto le aclaro que no tiene que pedir disculpas a nadie, al contrario, qué bueno que cada vez más gente se atreva a expresar, libremente y sin censura, lo que piensa, lo que siente y lo que cree. Saludos: Lo juraría, por su aspecto, / hombres de bien se vislumbran, / pero que a diario acostumbran / andar el mismo trayecto; / en su viciado proyecto, / como feroz intifada, / se lanzan a la cargada / ante el color del dinero, / periodismo chayotero / con la conciencia castrada.”