Gobierno del PRD en la CDMX se pervirtió entre diezmos y familias: Quintero
- PRD, partido de los «diezmos» y las familias enquistadas en el poder
Ciudad de México a 27 de Febrero (Agencia SIC/Ampryt/La Red Social).- A la vuelta de 22 años, el PRD se convirtió en el partido de los «diezmos», los «moches» y los matrimonios perpetuados en el poder de las delegaciones.
El PRD «se deslavó», se acercó a las políticas neoliberales y a la firma del Pacto por México, que implicó todas las reformas estructurales de Peña Nieto de las que ahora reniega Ricardo Anaya.
PAN y PRD participaron incluso en la entrega del Congreso, con la cooptación de diputados a los que se les entregaban entre 25 y 300 millones de pesos que presuntamente tenían que «bajar» a sus distritos
Así se conocieron los «Moches» y el escándalo que estalló en San Lázaro, precisamente cuando el propio Anaya era coordinador de esa bancada del PAN y estaba perfectamente enterado del tema, al igual que todos los demás coordinadores.
Con la venia o el silencio de Miguel Ángel Mancera, el PRD literalmente «asaltó» los gobiernos locales en las distintas delegaciones y las convirtió en propiedad privada de familias.
Ese es el análisis somero, brutal con el que Armando Quintero, miembro fundador del Partido de la Revolución Democrática (PRD), explica su salida de ese instituto político para irse con López Obrador.
Recuerda que en 1997, cuando él era líder del PRD en el Distrito Federal, Cuauhtémoc Cárdenas pedía a los capitalinos aceptar todas las dádivas que ofrecía el PRI, pero que votaran por el PRD.
“Hoy, 22 años después, la paradoja de la historia es que ahora le decimos a la gente recíbanle al PRD, pero voten por MORENA». Éste proceso, contradictorio y contrastante entre 1997 y el 2018, explica la descomposición que ha sufrido ese partido.
En los últimos años entró en un acelerado proceso de descomposición que lo coloca ante la inminente posibilidad de perder el control absoluto que hasta el momento mantiene en la Ciudad de México.
El PRD fue con optado por una serie de grupos muy pequeños, que sobrepusieron sus intereses y los de sus líderes y familiares, a tal grado que lo transformaron en un partido de familias.
La cúpula, la corriente de “los Chuchos», fueron colocando a sus esposas en los principales puestos de la Cámara de Diputados, del Senado de la República y en las delegaciones políticas.
Ahí están los casos concretos de Jesús Ortega, Jesús Zambrano, Carlos Navarrete, Guadalupe Acosta Naranjo, entre los dirigentes que utilizaron al partido del sol azteca Como trampolín para sus familiares.
“Ocuparon con sus esposas, siempre candidaturas plurinominales y eso fue permeando en el ánimo de todos los militantes “, sintetiza Quintero Martinez, miembro fundador también del Sindicato de Trabajadores y Empleados de la UNAM.
A partir de la actual administración de Miguel Angel Mancera, el PRD tuvo autorización para literalmente asaltar los gobiernos locales en las distintas delegaciones y convertirlas en propiedad privada de las familias que incluso actualmente las gobiernan.
Señaló casos concretos como la delegación Gustavo A. Madero, dónde van por la cuarta elección de un matrimonio:
«El primer electo fue el ingeniero Víctor Hugo Lobo; luego éste le dio la estafeta a su esposa Nora Arias. Ella le devolvió la estafeta a su esposo y ahora Víctor Hugo Lobo vuelve a poner la estafeta a su esposa. En los intervalos, los dos han sido diputados locales».
En el caso de Iztacalco, dijo, hay un caso similar donde Elizabeth Mateos le heredó el cargo a su esposo.
«Ese fue uno de los motivos que no llevaron a declinar de nuestra militancia en el PRD, porque no es aceptable participar en un partido de familias, un partido que concibe el poder público como una empresa privada e incluso de familia», enfatizó.
Esta política es la misma del viejo PRI, que utilizaba los beneficios del gobierno: despensas tinacos, calentadores solares, tenis, dinero en efectivo, pinta de casas; todo a cambio de la credencial de elector y la obligación de votar por el PRD.
«Ésa práctica que parecía que habíamos vencido cuando le ganamos al PRI, revivió 20 años después con el PRD».
Quintero confirma además las versiones de que en el PRD se introdujo la política del “diezmo» como práctica abierta entre funcionarios de gobierno y jefes delegacionales con sus trabajadores.
Se le cobró el «diezmo» a los constructores, a las empresas que les vendían bienes y servicios; todos eran «rasurados», en el mejor de los casos, con el diezmo, aunque posteriormente pedían 20 ó 30%.
Armando Quintero rechaza sin embargo, que dicha práctica se haya realizado en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador en la Ciudad de México:
“Yo fui delegado (Iztacalco) cuando Andrés Manuel era jefe de gobierno y nosotros estuvimos alejados. Ni nos pidieron, ni le pedimos a nadie».
Asegura que fue Elizabeth Mateos quien la introdujo en Iztacalco. “Se hizo famosa porque círculo una grabación y ella fue bautizada como Lady Diezmo”
«Ella les decía a los funcionarios: tienen que dar, esto no es voluntario. El que no dé, pa fuera. Y den gracias que no es Venustiano Carranza o Coyoacán porque ahí es el 30%», dice que amenazaba Mateos.
Incluso señala que Elizabeth Mateos recibía dinero en efectivo. El monto mensual por el diezmo era de 750,000 pesos, que se tomaban directamente del salario de los trabajadores.
No había constancia de que parte de ese dinero fuera para el PRD.
En suma, con el paso del tiempo el PRD se «deslavó», se fue acercando a las políticas neoliberales, que lo llevó a firmar el famoso pacto por México.
Esa firma permitió todas las reformas estructurales de Peña Nieto, de las que ahora reniega Ricardo Anaya. Son las mismas reformas que intentaba el PAN durante los 12 años que gobernó al país.
Éste aval a las reformas neoliberales dan la puntilla al PRD, un partido que había nacido con una visión nacionalista y con un compromiso popular.
Armando Quintero reveló además que con el Pacto por México, PAN y PRB introdujeron en la Cámara de Diputados una práctica que no existía:Los diputados empezaron a recibir un pago adicional por pertenecer a determinadas comisiones y se inventó la prebenda de asignar un presupuesto de 25 millones de pesos anuales a cada uno de ellos.
“Empezaron a entregarles a los diputados 25 millones de pesos anuales para que ellos los bajaran en sus distritos»
Los recursos sí los bajaban, pero vendidos, porque los entregaban bajo condición, o bajo el compromisos o de devolver el famoso «diezmo».
Éste conflicto estalló en el PAN, precisamente cuando el coordinador de los diputados era Ricardo Anaya.
Él fue parte, o dio el aval a la política del diezmo, aunque, en honor a la verdad, no fue sólo el PAN, fueron todos los diputados.
Obviamente los coordinadores parlamentarios en la Cámara de Diputados recibían montos muy superiores que podían llegar incluso a los 300 millones de pesos dependiendo del tamaño de los partidos, relata Quintero.
En este sentido, el ex miembro del Sindicato de la UNAM dijo que es necesario eliminar los privilegios y canonjías que existen en los congresos locales y en particular la Asamblea Legislativa.
Tienen recursos groseros frente a la pobreza y a las necesidades de toda la población.
«A diferencia de cuando yo fui presidente de la Segunda Asamblea legislativa, hoy ese órgano tiene más presupuesto que 10 delegaciones».
«Cuando yo fui presidente, andaba en los 650 millones de presupuesto; actualmente la ALDF tiene más recursos que 10 delegaciones, pero sin la obligación de hacer obras, ni acciones de política social. Tan sólo para este año, la ALDF se asignó 2700 millones de pesos».