Imposible llegar en taxi a sedes olímpicas, hay que caminar
RÍO DE JANEIRO, 10 de agosto, (NOTIMEX / CÍRCULO DIGITAL).- Por Lorenzo Rodríguez Blancas. Amanece en esta ciudad olímpica con una pertinaz lluvia. La gente cambia de su habitual frenesí en el autobús articulado y el paso de los vehículos se hace cada vez más lento sobre la avenida Abelardo Bueno, la que lleva al Parque Olímpico, la que se viste de multicolor.
Mauricio de Silva es un motorista de unos 50 años de edad, un driver, un taxista, alegre como los cariocas. Viste pulcro y toma el volante con las dos manos. No tarda ni dos minutos cuando inicia la charla con un: “Bom dia”. Y sigue el curso a Parque Olímpico, no sin antes hacer un gesto de molestia.
– Vamos allá, es un poco pesado, no dejan pasar, advierte.
Y es que la policía ha acordonado las inmediaciones de la máxima concentración masiva para acudir a los escenarios ubicados en el Parque Olímpico. Un trayecto de un kilómetro en línea se hace en dos minutos en taxi, pero a pie se convierten en 15 minutos o quizá más.
Sin embargo, Mauricio lo toma con tranquilidad y al saber que el pasajero es mexicano comienza el festín de risas, de recuerdos y anécdotas en torno a un emblemático personaje de televisión que cautivó desde 1984 a todo un pueblo del país considerado como el “Gigante de América”.
– Me gusta, Chaves. ¿Sabe quién es Chaves?, cuestiona en portugués. Y comienza a tararear las notas de la canción. Que a la letra dice: “Qué bonita vecindaaaad, qué bonita vecindaaad, es la vecindad del Chavo”.
Suelta la carcajada y es cuando el conductor deja escapar sus anécdotas, el recuerdo de cómo en su juventud creció con esta serie de televisión y que a 32 años de distancia, aún es motivo de reunión familiar para disfrutar los chistes, la identidad de cada uno de los personajes del “Chavo del Ocho” o simplemente “Chaves”.
– Es una serie que aún se transmite, pero por televisión de paga. Los niños conocen bien a los personajes y mi hijo, imita a Seu Madruga (Don Ramón) y le sale bien.
Su relato es simple como la misma serie de televisión mexicana, pero con el acento portugués como lo cuenta lo hace ameno.
– A mi edad, me gusta mucho, lo disfruto. Hay personajes que se quedan y acciones de ellos que son como los que tenemos en casa. El ‘Senhor Barriga’ (Sr. Barriga) o la ‘Chiquinha’ (la Chilindrina), tenemos gente como ellos.
Mientras, afuera la lluvia sigue su curso, cada vez se hace intensa y el tráfico igual. A menos de dos kilómetros se ve la intensa fila de automóviles que esperan pasar para llegar al Parque Olímpico.
Mauricio interrumpe su charla y ahora se torna el cierre de calles, el obstáculo que representa llegar en taxi.
– Esto es todos los días, y eso que apenas van cuatro; nos complican nuestro trabajo y a los turistas los hacen caminar mucho, mucho.
Tras su ventanilla arremete contra la policía, se molesta y dice que no puede llegar más allá de lo permitido porque es multa segura. Se enfada y sólo atina a decir:
– Fue sin querer queriendo.
– Eso, eso, eso.
Y al final risas. Entonces a caminar 15 minutos en medio de la pertinaz lluvia y con la sensación de haber recordado al “Chavo del 8”.