Indígenas, las más violentadas y discriminadas en la capital
CIUDAD DE MÉXICO, 25 de noviembre, (AGENCIAS / CÍRCULO DIGITAL).- Por Jacqueline Rico Dueñas. El avance que registra la ciudad de México en el reconocimiento de derechos de todos los sectores de la población, no se ha reflejado en las mujeres indígenas y rurales capitalinas, quienes siguen siendo las más discriminadas y violentas, reconoció la secretaria de Desarrollo rural y Equidad para las Comunidades, Rosa Icela Rodríguez.
En el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Violencia hacia las mujeres y niñas, e inicio de los 16 Días de Activismo para crear conciencia contra esta problemática, destacó que las encuestas señalan que dos terceras partes de las indígenas y rurales sufren algún tipo de maltrato.
Sin embargo, resaltó que hay cifras negras sobre esa situación por la falta de denuncias, ya que las indígenas y rurales, como muchos casos de mujeres maltratadas, ven natural el ser violentas en sus comunidades, familias, trabajos con triples jornadas y con sus parejas, principalmente por el machismo.
“La zona rural es una de las áreas más lastimadas por la violencia, debido a que prevalece el machismo. Las mujeres trabajan desde muy tempranas horas en sus parcelas y granjas familiares, labor que muchas veces no es reconocida y mucho menos remunerada, su trabajo es invisibilizado, lo cual también es violencia hacia ellas”, dijo la funcionaria local.
Subrayó que por parte de la Secretaría a su cargo se han implementado programas y acciones para concientizar a esas comunidades, que por usos y costumbres violan los derechos de las mujeres.
Agregó que el maltrato que enfrentan es físico, sexual, psicológico, económico, patrimonial, “pero el más graves es la violencia del silencio”, porque todos se quedan callados, comunidades, instituciones y la propia sociedad, a pesar de que pueda llegar incluso a aumentar la cifra de feminicidios.
En ese sentido, Rodríguez consideró que hay una buena oportunidad de apoyar a este sector y está en manos de la Asamblea Constituyente, “para reconocer sus derechos y por lo tanto, las instituciones y la sociedad tendrán que ver con otros ojos a la población de las mujeres indígenas de la ciudad; sí hay una alternativa y tenemos confianza”, aunque llevará tiempo.
“Hay un viso de solución que se ve en el Constituyente, tenemos muchas esperanzas y en los pueblos indígenas también, de que pueda haber un reconocimiento de sujeto de derechos para estas mujeres”, indicó, al subrayar que faltan programas de apoyo contra esta problemática, que se agrava más en quienes no hablan español.
La servidora pública resaltó que las indígenas tienen que ser tratadas igual que otros grupos, para estar acorde con los avances que registra la ciudad de México en términos de reconocimientos de los derechos de las niñas y los niños, de adultos mayores, de las mujeres y de la población lésbico-gay, entre otros.
Pero a pesar de que “se ha avanzado en muchos segmentos poblacionales, todavía quedamos a deber en la parte que corresponde a los pueblos indígenas y en especial a las mujeres indígenas”, insistió.
“El Día Internacional para la Eliminación contra la Violencia hacia las Mujeres y Niñas, que se conmemora este 25 de noviembre, nos debe recordar que hay un sector que está con violencia y discriminado, por desgracia, en la ciudad, que son las mujeres indígenas y rurales”.
Para atender esta situación, informó que este año la Sederec creó el programa social Promoción de la Equidad y el Desarrollo de las Mujeres Rurales de la Ciudad de México, para brindarles capacitación en materia de derechos, a fin de fomentar la equidad, la eliminación de la violencia familiar y de género.
También la ciudad cuenta con leyes que promueven una vida digna para las mujeres, la igualdad sustantiva entre ellas y los hombres, el acceso a una vida libre de violencia y a prevenir y erradicar la discriminación, junto con reformas al Código de procedimientos penales que promueven sanciones severas a agresores.
Aunado a ello, comentó que cada mes le dedican un «día naranja» -color contra la violencia- donde se realizan caminatas, rodadas ciclistas, activación física, así como talleres de capacitación en la zona rural de la ciudad de México, para concientizar a hombres y mujeres sobre la problemática, lo cual a un año de su puesta en operación ya refleja signos positivos, entre los productores que empiezan a defender la causa.
Entre otras acciones, indicó que se realizan talleres dirigidos a las mujeres indígenas, de pueblos y barrios originarios, en los cuales ese reflexiona y analiza los usos, costumbres y los derechos humanos de las mujeres, además de visibilizan las disigualdades existentes.