Industria automotriz, sin grandes cambios el próximo año por T-MEC
Aún con el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), las empresas automotrices instaladas en México continuarán su ritmo de desarrollo porque, a decir del presidente de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), “ese año no va a pasar nada”.
Explicó que si bien el T-MEC fue firmado por los países involucrados y se estableció una nueva regla de origen, que pasó del 62.5 por ciento a 75 por ciento, la regla actual prevalecerá en 2019, incluso si entra en vigor el Tratado a mediados de año.
Y es que el propio tratado establece que la nueva regla de origen, la cual implica incrementar el contenido regional de las piezas que integran los vehículos fabricados en la región, comenzará a aplicar de manera transitoria hasta el 1 de enero del año 2020 o bien, cuando entre en vigor el tratado.
Esto quiere decir que lo más factible es que el tratado entre en vigor hasta mediados de 2019, por la aprobación en los congresos, pero aun así la regla indica que entrará hasta el primero de enero de 2020, por lo que “en 2019 no va a pasar nada”.
Con ello, Solís Sánchez, quien además participó en las negociaciones del nuevo acuerdo en el Cuarto de Junto, reconoció que este tratado impone un reto muy importante para la fabricación de vehículos en los tres países.
“Es un reto de integración” que las automotrices deberán alcanzar un porcentaje de integración mayor en Norteamérica, no solo en el caso del vehículo, sino en componentes esenciales que tendrán que alcanzar un 75 por ciento, por lo que el mayor reto está hacia las armadoras europeas y asiáticas.
Aun así, explicó que si hay alguna empresa que no alcance el contenido regional tendrán un arancel bajo, el cual se ubicará en 2.5 por ciento.
De acuerdo con el T-MEC, la industria automotriz en México deberá cubrir el nuevo contenido regional en 2023, aunque para las armadoras que están por arrancar o que iniciaron operaciones en los últimos años, el plazo es hasta 2025, tal es el caso de BMW, Audi, Mercedes Benz, Toyota y Kia.
Aunado a que la transición será gradual, así que del 62.5 por ciento se pasará al 66 por ciento a la entrada en vigor del tratado; en 2021 aumentará a 69 por ciento, en 2022 a 72 por ciento y en 2023 a 75 por ciento, con los dos años adicionales para empresas de reciente instalación.
Y aunque en 2019 “no pasará nada”, las empresas ya se preparan internamente; en el caso de BMW, que iniciará la producción del Serie 3 en San Luis Potosí hacia el primer trimestre del próximo año, ya estudia sus ajustes de proveeduría.
Después de conocer la exigencia de la integración regional en el T-MEC, la armadora alemana analiza la producción de componentes esenciales en la región, como motores, para cumplir con lo establecido, dijo la presidenta y directora general de BMW México, Maru Escobedo.
Añadió que si bien ya existen proveedores en México, ahora se evalúa el desarrollo de mayor proveeduría, “ya sea en México o en Estados Unidos”, determinación que se tomará poco a poco, para estar listos hacia el 2021.
Mientras que, en el caso de armadoras recientes como la coreana Kia, el director general, Horacio Chávez, señala que el contenido regional hasta hoy es de 58 por ciento y hacen los análisis pertinentes para alcanzar el 75 por ciento propuesto.
Por su parte, el director general de la firma internacional JD Power México, Gerardo Gómez, consideró que aun con los cambios, en México sigue habiendo un gran negocio para la producción de automóviles.
Aseguró que las empresas ya tienen una capacidad instalada y si no logran colocar los vehículos en el mercado de Estados Unidos, seguramente saldrán a hacerlo a otros mercados.
“Nosotros nos seguimos moviendo con las condiciones actuales”, enfatizó, “la industria automotriz no se va a frenar tan rápido y los cambios se darían de manera gradual. Las armadoras son muy ágiles para responder a los retos”.
Agregó que como analistas, hasta hoy no se vislumbra una mayor afectación en la industria, ya que de acuerdo con el dinamismo global, se pronostica la producción mundial de 97 millones de unidades y en México alrededor de cuatro millones.