A Balón Parado
*José Al
Este fin de semana inicia la Copa Confederaciones en Rusia, lo que se supone es un ensayo para el anfitrión del mundial del próximo año. El cuadro anfitrión se medirá a Nueva Zelanda, en un partido que debe terminar con victoria rusa, esto sin el afán de menospreciar a los neozelandeses.
En lo que toca a la selección mexicana de fútbol, el domingo debuta frente al campeón de Europa, Portugal, que viene con Cristiano Ronaldo a la cabeza. El único precedente entre estos dos equipos es el mundial de Alemania 2006, cuando los lusitanos derrotaron a México dos goles por uno en la primera fase, lo que derivó que México terminara en segundo lugar del grupo y enfrentara a Argentina con el resultado que todos conocemos.
Aunque suene curioso, hay dos jugadores en activo todavía de ese entonces. Por Portugal es Cristiano Ronaldo, que en ese lejano 2006 todavía no era la estrella que conocemos y ni siquiera jugó ese partido porque la estrella portuguesa era Luis Figo. Por México estará Rafael Márquez, aunque es poco probable que juegue porque viene saliendo de una lesión y está en el ocaso de su carrera.
Un partido que debe despertar la motivación de los jugadores mexicanos, porque en un torneo siempre marca el rumbo de los equipos el primer partido. En opinión de los expertos, es un juego ganable para México, pero no hay que olvidar que es el campeón europeo al que se tiene enfrente.
Otro aspecto importante a destacar es la determinación de la FIFA por fortalecer su imagen y anunció un protocolo en el que el grito de ¡ehh, pu…! podrá derivar hasta en la suspensión de partidos. Los árbitros tendrán la autoridad para detener un partido y pedir un anuncio al público, para que cese su comportamiento discriminatorio, luego suspender el partido hasta que la actitud ofensiva termine, con otro anuncio de advertencia, y finalmente, si el comportamiento persiste, abandonar el partido.
Ojalá que la afición mexicana comprenda la importancia de guardar las formas en canchas rusas, porque sería una pena pasar a la historia por un hecho tan lamentable como la conducta inapropiada de los aficionados al fútbol.
Hasta la próxima, que la pasen bien.