Índice Político
FRANCISCO RODRÍGUEZ
Custodiados por metralletas de última generación, transportados por helicópteros, aviones y tanques anfibios comprados previo moche a conocidos facilitadores de negocios de la Armada gabacha, seres insufribles, ampulosos, ignorantes y rateros venidos del planeta mexiquita se posesionaron de un poder desgastado y absurdo.
Los extraterrestres mexiquitas se han llevado hasta el perico. Secaron hasta el pasto que pisaron. Y todavía andan en busca de lo que no vieron, de cualquier trebejo que esté mal acomodado. No quieren que algo se quede por su culpa. Son atrevidos y… demasiado nacos.
Llegaron a reinar el valle de las miserias y los olvidados. Se cruzaron ilegítimamente una banda tricolor que ya no es ni la sombra de la que soñaron sus ancestros, demolieron el poder presidencial, avergonzaron a sus reducidos electores y creen que se van campantes, llevándose en sus alforjas al oro y al moro.
Empoderados soberbios, intolerantes y desquiciados con el enriquecimiento bestial sobre las miserias y el abandono maquinado, creen que han cumplido su misión, con pompa y circunstancia. Se atreven a publicitar a precios de oro sustraídos a la educación, a la seguridad y a la justicia, su último Informe dizque de gobierno, que no puede contener más que mentiras, embustes y exabruptos.
VI Informe: pasquín de delirios esquizofrénicos y patrioteros
A juzgar por los mendaces spots publicitarios de Peña Nieto, el último Informe no contendrá los descarados robos presupuestales, ni los asesinatos masivos de lesa humanidad contra indefensos, ni la masacre geográfica del remate petrolero, ni los enfrentamientos contra el pueblo. No pasará de ser un pasquín de delirios esquizofrénicos y patrioteros.
Esa legión de descastados, ese grupillo de inútiles, no son más que carne de bartolinas, pellejos de mazmorra, desprecio del pueblo que votó masivamente por no volverlos a ver al frente de cualquier responsabilidad republicana. Han sido lo peor de nosotros mismos, los únicos culpables de la desgracia nacional.
Son los extraterrestres de la tolucopachucracia. Representantes de un México de gobernantes corruptos e indecentes que avergüenzan a la tierra que los vio nacer, crecer y arrasar. Ya se van. Ojalá nadie regrese, aunque se devanen los ridículos sesos para construir del PRI una nueva pasarela de indolentes.
Se van «los fallutos tangibles y sonrientes forajidos», Benedetti dixit
Son los que no observaron los mínimos de pudor, recato y prudencia que en todo el mundo se observan ante la crisis gigantesca que ha provocado la sobrevaluación del dólar, la moneda que ellos mismos fortalecieron con nuestras exangües reservas. Los que actuaron como si mandaran sobre manadas de adocenados.
Los que nos han puesto a la cola de casi todos los sistemas de gobierno moribundos e impugnados. Los que ubicaron a México en los últimos lugares de productividad, educación, distribución del ingreso, ejecuciones, asesinatos, seguridad y justicia.
Los que emplearon más boato y derroche que las dinastías europeas, que los oligopólicos emiratos petroleros, que los sistemas africanos de cultos personales, que las dinastías asiáticas descendientes de líderes emblemáticos. Los que causaron estupor por sus licencias y por el abuso de la confianza de su pueblo.
Los que nos endeudaron hasta el cogote y la desesperación para cubrir sus cuotas de favores, para agachar la cabeza ante todos los valedores extranjeros, los inverecundos valetudinarios del poder, se van campantes a sacar los fondos de paraísos fiscales para seguir haciendo daño, para seguir queriendo intervenir en un sistema gracioso de concesiones y privilegios.
Se van quienes, diría el inmortal Mario Benedetti en Un Padrenuestro Latinoamericano «… a más tardar mañana / saldremos a cobrar a los fallutos / tangibles y sonrientes forajidos / a los que tienen garras para el arpa / y un panamericano temblor con que se enjugan / la última escupida que cuelga de su rostro…»
Los toluquitas no guardaron un mínimo de decencia con nosotros
Aunque parezca mentira todos los sistemas desgastados del mundo todavía funcionan. El nuestro no. Se lo acabaron. Es preciso dar una vuelta de tuerca dolorosa y precisa, esperanzadora. No es posible que hayan rebasado las escasas posibilidades de supervivencia con su actuar, con esa fiebre de dinero que pusieron en práctica.
Todo el mundo contempla, azorado, el daño que causaron los extraterrestres mexiquitas, menos sus aplaudidores, los que según ellos confían en su regreso. El mundo sabe que aún los viejos órdenes políticos han resistido a su extinción, sabe que funcionan. Avanzan, no se mantienen estáticos, no son igual de regresivos.
Aunque sufren algunos problemas de corrupción no han naufragado ni perdido su rumbo secular, a veces sanguinario, pero nunca en la medida que aquí constatamos con su complicidad comprobada con los carteles del narcotráfico, autorizados y protegidos por ellos mismos, pero más productivos que todos los que se van.
Todos guardan un mínimo de decencia con sus gobernados: las monarquías borbónicas, repudiadas cada vez más por grupos amplios de contestatarios; los emiratos árabes que ofrecen trabajo y nulas cargas fiscales a su población vulnerable; los emergentes africanos apoyados por el capital multinacional; las dinastías asiáticas, soportadas por ejércitos disciplinados y austero. Todos funcionan, menos nosotros.
Masacraron libertades y patrimonios. Sólo se dedicaron a robar
Fuimos atacados por un grupo de enfermos. Dicen que son de Atracomulco, Metepec, Zacazonapan o de Pachuca. Nosotros creemos que de otro planeta. No es posible que en sus despropósitos no se hayan percatado de la atroz miseria que los rodeaba, que arremetieron con todo para hundirnos en el salvajismo de sus apetitos de riqueza incontrolables.
Llevaron siempre de la mano a la estulticia y la impericia. Castigaron sin piedad a los honestos, pues les echaban a perder la fiesta. Desafiaron y exprimieron a las instituciones hasta que las dejaron in artículo mortis. Siguen reinando y saqueando a mansalva. No tienen llenadera, porque de cualquier gancho quieren colgarse… y ya no hay ganchos.
Reprimieron sin piedad a los luchadores sociales, a los que siempre protestaron por la entrega del patrimonio soberano, asesinaron a periodistas que exhibían sus componendas y traiciones populares, a los que reclamaban justicia y dignidad. Masacraron las libertades y los patrimonios.
No somos sus cómplices. No podemos dejarlos ir en limpio
Los grandes hombres de México, en el terreno intelectual, artístico, ideológico, fueron privados de la vida o violentados en grado sumo por los pontífices del sistemita, los que se desgañitaron ofreciendo mejores tiempos que nunca llegaron.
Fueron los que ocultaron defender a un pequeño grupo de privilegiados que se enriquecieron hasta la enésima generación, gracias a las concesiones de un aparato de ignorantes que nunca supieron ni dónde estaban sus narices.
Sólo pedimos que los mexicanos que vendrán no nos reclamen el haberlos dejado ir limpiecitos. Nunca lo perdonarían y automáticamente nos convertirían en cómplices de la etapa más negra de la historia contemporánea.
¿Usted quiere ser recordado así?
Índice Flamígero: Irónica, escribe Bibi Villavicencio: «Se queja usted de las ‘preocupaciones’ sin fin que da Andrés Manuel López Obrador a los opinadores… ¡y cómo no! Imagínese ¿qué vamos a hacer lo mexicanos con un presidente autoritario? ¿Qué vamos a hacer con un Congreso de mayoría del partido del Presidente? ¿Dónde están los contrapesos? Confiar en el pueblo, en su voto, en su sabiduría, No´mbre, tiene sus bemoles… Algo nuevo totalmente ¿Y no se muerden la lengua? No usar aviones dignos de jeques, si el presidente es sagrado para los mexicanos. ¡Gulp! Entonces me ando perdiendo. Un delegado versus 15 ó 20 o hasta 80 delegados federales, ese es un derroche de autoritarismo. Y luego ese escozor contra la corrupción, moches, impunidad… Eso es no entender la cultura. Es anticultural. Y eso que todavía no comienza. ¿O cree usted en las sonrisitas de Claudio Equis? ¿Y qué me dice del chin…chorro de ideas que de pronto inundan al señor Walther de la tal o cual patronal? ¿Cree usted en la declaraciones de amor de los susodichos? Yo tampoco le creo a Madrazo. Por lo anterior me dio tanto gusto el nombramiento de Ignacio Ovalle (de todos mis respetos) para la nueva Diliconsa, porque, anticipando, veo con muy buenos ojos este cambio. En alguna ocasión, una persona me comentó: ‘si Salvador Allende hubiera tenido una Conasupo, no le dan el golpe de estado’. (Remember los cacerolazos). A Luis Echeverría Alvarez le jugaron mucho a las escaseces. Los jóvenes no la vivieron… Yo sí.»
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