Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
Sin ninguna duda, lo goza. Cualquier pretexto es bueno para irse de frente contra esos medios que considera sus enemigos, opositores los llama él. Más vago, inasible, es el gremio fifí, en el que están todos y ningún periodista. Así como menciona a Reforma, a Proceso, sus embates terminan siempre en Pablo Hiriart y Raymundo Riva Palacio. Hasta ahí.
Su irresistible necesidad de confrontarse con la prensa es apenas un rasgo más que lo iguala a Donald Trump, sin duda el principal populista en el poder en el mundo.
Su mañanea de ayer fue por ello de nuevo el escenario perfecto para reiterarse en lo que es en relación con los medios.
Todo comenzó cuando se le pregunto si ya vivía en Palacio.
“Ya estoy… Ya dormí anoche aquí… Voy a estar alternando; la casa de uno es mejor… Sí, la familia, Beatriz y Jesús.
“Por cierto, sacaron un reportaje los del Reforma -no un reportaje, una nota- diciendo que voy a tener todo el Palacio y los salones del Palacio, el Salón Azul, el Salón Rosa, el Salón de Embajadores, el Salón Principal.
“No es así, es una exageración del periódico y, como se dice coloquialmente. ‘eso sí calienta’, porque la verdad que es el departamento que construyó, que adaptó Felipe Calderón y mantuvo Enrique Peña Nieto, es una parte muy limitada.
“Todos los salones, toda la parte histórica, queda libre completamente”, precisó.
Pero no había terminado con su diario favorito:
“Como se llevan fuerte los del Reforma, les diría que no estoy acomplejado. Cuando ellos hicieron su edificio, ¿conocen el edificio de Reforma?, es un palacio, y yo diría -pero esto con todo respeto- de mal gusto, porque también los fifís no tienen tanta sensibilidad para la arquitectura, pero ese otro asunto. He dicho”, arremetió hasta quedar satisfecho.
Luego pasó a presentar un video de sus habitaciones en Palacio Nacional, para evitar las malas interpretaciones, dijo, “como las del Reforma”.
Y de ahí pasó a una disertación incoherente que lo llevó de Zarco a Sin Embargo, el medio digital que publicó que su hijo Jesús fue enviado a un caro campamento de verano en San Luis Potosí al lado de las nietas de Carlos Slim.
“Entonces, por eso todos estos ataques, que se va mi hijo (Jesús) a un campamento a San Luis Potosí. ‘¡Qué barbaridad!, ¡dónde está la austeridad!.
“Pero el medio que saca ese gran reportaje cobraba aquí, son de los que recibían dinero por los servicios que prestaban.
“Entonces, vamos a seguir polemizando y les diría que hasta ahora vamos muy bien, porque hay debate y no ha pasado a mayores”.
Su conclusión al respecto es que todo lo anterior es parte de un debate público necesario, entre quienes lo apoyan o lo critican:
“Porque tiene que haber crítica, tiene que haber cuestionamientos como se está dando y es normalidad, hay normalidad política. No hay problema mayor, pero sí estamos viviendo un cambio”.
Lo único cierto es que es obvio que le sienta mal, muy mal la crítica.
En eso andaba cuando le tocó preguntar a Jude Webber, corresponsal de Financial Times, cosa que aprovechó para decirle:
“Lo relacionado con el Financial Times tiene que ver más que nada con la falta de autocrítica de parte del periódico, porque se impulsó mucho el modelo económico neoliberal, que resultó en fracaso.
“Se hizo propaganda a favor de las llamadas reformas estructurales, en particular de la Reforma Energética y los resultados han sido desastrosos para México y el Financial Times no ha hecho una revisión del asunto; al contrario, recientemente pronosticó que iba a entrar en recesión nuestra economía.
“Respetamos a todos los medios, pero vamos a ejercer nuestro derecho de réplica”, subrayó.
El siguiente en preguntar fue Arturo Rodríguez, de la revista Proceso quien quiso saber si estaba enterado que Ricardo Salinas Pliego, propietario entre otros de TV Azteca y con quien AMLO mantiene amistad y cercanía y forma parte de su Consejo de Asesores Financieros, que este empresario estaba implicado en las operaciones relacionadas con la empresa Fertinal.
López Obrador dijo que todo eso es tema de las autoridades judiciales y pasó a comentar que con su llegada a la Presidencia habían concluido las simulaciones.
“Yo recuerdo periódicos y revistas hablando del instituto anticorrupción y no se dijo nada. Sería bueno hacer la investigación, hay que ir a la hemeroteca, 25 años, si se dijo algo de que la corrupción no era delito grave, sería interesantísimo, porque ¿dónde está el periodismo de investigación?
“Por eso estamos viviendo una etapa nueva, porque ahora sí hay más periodismo de investigación, porque pasó de noche el periodo neoliberal, todo el periodo de saqueo, de pillaje. Ahí están en falta los medios, con todo respeto, guardaron silencio cómplice.
“¿Cuáles fueron los medios?, ¿cuáles fueron los periodistas que actuaron con rectitud en todo el periodo neoliberal?, porque hubo quienes padecieron de persecución, de censura.
“Tengo todavía pendiente, me preocupa y me ocupa el asunto de José Gutiérrez Vivó, que lo desterraron, se tuvo que ir, le dieron un asilo político y ahora vive en una situación, no debería de decirlo por él, pero muy lamentable, víctima de la represión del régimen pasado, no solo del pasado gobierno, más atrás.
“Esto tardó, se impuso durante 36 años, entonces, tenemos que pensar hacia adelante, nada más, no olvidar e ir hacia adelante.
“La revista Proceso, por ejemplo, no se portó bien con nosotros. No es ningún reproche”.
- No es papel de los medios portarse bien, presidente, con alguien, reviró el reportero.
“No, pero estamos buscando la transformación y todos los buenos periodistas de la historia siempre han apostado a las transformaciones”.
- Los periodistas militantes sí, presidente, acotó de nuevo el reportero de Proceso.
“Es una visión distinta, sí, pero Zarco estuvo en las filas del movimiento liberal y los Flores Magón, también”.
- Son 150 años de distancia, presidente, le recordó el periodista.
“Sí, los periodistas mejores que ha habido en la historia de México, los de la República restaurada, todos, tomaron partido. Y es que es muy cómodo decir: ‘Yo soy independiente o el periodismo no tiene por qué tomar partido, o apostar a la transformación’. Entonces, es nada más analizar la realidad, criticar la realidad, pero no transformarla.
- No, es informar, presidente, le aclaró de nuevo el reportero.
“Sí, pero a veces ni eso, es editorializar para afectar las transformaciones”.
- Editorializar es también tomar partido, presidente, le dijo el periodista.
“Sí, pero…”
- O sea, ¿usted pide que editorialicen nada más a favor de usted…?, precisó el reportero.
“Para el conservadurismo…”.
- No corresponde al papel que…, intentó decir.
“… para conservar, no para transformar, o sea, que es lo que se ha hecho en el caso del Proceso, mucho en ese sentido. Por eso lo leo poco ya, desde que falleció don Julio Scherer, al que admiraba mucho, pero ese es otro asunto. Qué bueno que podamos debatir así”, indicó.
- A sus órdenes, respondió el periodista.
Un debate en el que queda claro que López Obrador concibe a los medios de información como instrumentos de apoyo militante, de legitimación de sus decisiones, de critica a sus críticos y opositores, y no libres informadores del acontecer nacional, formadores de opinión y de servicio público.
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