La poeta Aura María Vidales será entrevistada por María Elena Cantú en el marco del ciclo Mujeres de letras
CIUDAD DE MÉXICO, 09 de junio, (DE VAGOS / CÍRCULO DIGITAL).- Como poeta y periodista, Aura María Vidales encontró en la palabra escrita la forma de manifestarse, alzar la voz y ser escuchada. Será entrevistada por María Elena Cantú como parte del ciclo Mujeres de letras el martes 13 de junio a las 19:00 en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.
“En esta realidad me estoy buscando. Es la poesía un camino para la identidad; son los pasos que voy dando, lo que he sido, una aspiración, una búsqueda de lo eterno y un detener el instante. La vida me dio la poesía para defenderme y decir: ‘Estoy aquí’”, compartió Vidales en entrevista con la Coordinación Nacional de Literatura del Instituto Nacional de Bellas Artes.
A la edad de 14 años, Aura María Vidales (Ciudad de México, 1958) decidió escribir poesía. Heredó la sensibilidad de su abuela materna, la poeta María de la Selva (León, Nicaragua, 1905-Ciudad de México, 1959), quien publicó bajo el seudónimo Aura Rostand y con su escritura rompió los estereotipos contra la mujer.
“Mi abuela me dio la poesía. No sé si la tenía en la sangre; no sé si me alimenté de ella leyéndola, leyendo a su hermano Salomón de la Selva (León, 1893-París, Francia, 1959), a su amado Rubén Darío o a sus queridísimos poetas románticos del siglo XIX mexicano”, comentó la poeta y periodista.
Aura María es egresada de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. Comenzó su carrera como reportera de Canal 11, donde llegó a cubrir diferentes fuentes informativas, aunque la que predominó fue cultura, a pesar de que le gustaba mucho hacer crónicas de las marchas. Se considera a sí misma una mujer tímida y aseguró que el periodismo le abrió la puerta a la realidad.
“El periodismo fue como un cobijo para estar en este mundo, porque decían —y me había dado cuenta— que era una niña extremadamente tímida y que con las letras me iba a encerrar más. El periodismo me abrió la puerta de la realidad, a la que he venido con mi poesía para decir: ‘Esta violencia que vivimos se puede combatir desde el corazón, desde el espacio interior’. Construyámonos los seres humanos desde adentro, desde lo que somos, porque algo muy triste es que nos une el dolor”.
Sobre el ciclo Mujeres de letras, la autora manifestó su entusiasmo de que existan espacios dedicados a la literatura femenina más allá de los estereotipos de género: “Tengo la esperanza de que este sea el siglo de la mujer; que conquiste no solo su espacio propio, sino también el común de todas las mujeres, y digamos: ‘Aquí estoy, soy poeta’”.
La obra poética de Aura María Vidales está compuesta por: Ensueño (1979), Estalactitas (1984), Caligrafía de Ariadna (1987), Balada para un viento suave (1987), Ventanas vacías (1989), Cantos para el guerrero (1995), Arcoíris de versos y derechos humanos (1997), Caídas de agua larga (2010) y Celda y señora de canto, Ciudad de México (2014), su libro publicado más reciente, dedicado a la ciudad que, aseveró, la fue cautivando con los años.
“La fui amando y padeciendo como todos. En el camino de Efraín Huerta y de todo poeta que ha vivido en esta capital, empecé a escribirle a sus calles, a retratar momentos, a cantar lo que significa abordar un taxi. Tenía una deuda con la ciudad porque ha sido muy generosa conmigo, también terrible, como en una relación de pareja. Había que entregarle algo, y también le dije sus verdades. Ahora la ciudad nos dice: ‘Por favor habítenme de la mejor manera, por favor no se lastimen en mis calles, no olviden el pasado y construyan sus sueños en mis piedras’”, añadió.