24 de November de 2024
La Presidencia, en bandeja de plata
Opinión Principal

La Presidencia, en bandeja de plata

Jun 20, 2018

Análisis a Fondo

Francisco Gómez Maza

 

· Lo afirma Jon Lee Anderson de New Yorker

· Augura el periodista Una Nueva Revolución

Mientras los candidatos oficialistas del PRI y del PAN, José Antonio Meade y Ricardo Anaya, se hacen pedazos en las barandillas del ministerio público, acusándose mutuamente de corruptos, en un intento por posicionarse del segundo sitio en la carrera hacia la presidencia, y desde ahí atacar al puntero en las encuestas (se les escurren los días para la jornada electoral), Andrés Manuel López Obrador, el morenista satanizado por las clases dominantes y sectores minoritarios de las casi desaparecidas clases medias, pareciera que cabalga en caballo de hacienda rumbo a Palacio Nacional.

Y con López Obrador, viene la “nueva revolución”, calificada así por Jon Lee Anderson, enviado del semanario neoyorkino The New Yorker a cubrir las andanzas políticoelectorales del aspirante tabasqueño hacia la Presidencia de la República. AMLO ha prometido que, con él en la Presidencia de la República, habrá una cuarta transformación. Las otras tres fueron la Independencia de México del imperio español; la Reforma realizada por Benito Juárez que separó al Estado del poder eclesiástico, y la Revolución, que acabó con la dictadura del general Porfirio Díaz y tuvo vigencia, traicionada e interrumpida, unas siete décadas, hasta que llegaron los neoliberales y convirtieron al PRI, producto de aquella revolución, en un partido de “centro” (del siempre inexistente centro), como está escrito en Wikipedia.

Lee Anderson escribe un extenso artículo, fechado este martes 19 de junio en la edición digital de The New Yorker, pero para ser publicado en la edición de esta revista del próximo lunes 25 de junio, en el cual habla de sus experiencias en el camino a la campaña electoral de López Obrador, desde la apertura de la misma en Ciudad Juárez, hasta el más reciente debate presidencial escenificado en la ciudad de Mérida, capital del suroriental estado de Yucatán.

El periodista estadounidense narra asimismo el largo camino recorrido por López Obrador hasta convertirse en “el candidato más popular entre los pobres del país y los electores que buscan un cambio”. El periodista no escatima información en pro o en contra del candidato de Morena. Entrevista tanto a la ex embajadora de Estados Unidos en México, Roberta Jacobson, como al escritor Enrique Krauze, de quien el candidato no es santo de su devoción.

Jacobson le respondió a Anderson que “no sabemos qué esperar de él”, porque cuando lo visitó en su residencia capitalina, “una casa modesta en Tlalpan”, no le contestó muchas de sus preguntas. La diplomática le dijo a Anderson que, como Trump, AMLO siempre se ha posicionado como un ‘outsider’ a las contiendas electorales, viéndolas desde afuera más que desde adentro.

Krauze le comentó que AMLO es una persona que “toca la sensibilidad de la gente. … toca directamente las sensibilidades religiosas de la gente… lo están viendo como un hombre que va a salvar a México de todos sus males. Todavía más importante, él también lo cree”…

Pero de acuerdo con Anderson, la historia política de México le ha puesto a López >Obrador la presidencia en bandeja de plata. Un candidato con un discurso anticorrupción apela a las masas que han sufrido los desvíos de dinero por parte de funcionarios públicos, por décadas. Además de sus promesas de claridad y transparencia, al candidato de Morena le favorece su austeridad, según Anderson.

El periodista narra que, cuando López Obrador fue jefe de gobierno de la Ciudad de México, manejaba un Nissan y redujo su propio salario. No se ha cansado de decir que va a vender el avión presidencial y vuela en clase turista a cada uno de sus mítines.

Otro aspecto que favorece a López Obrador, concluye Anderson, es la elección del presidente Donald Trump. El candidato de Morena no sólo se ha diferenciado de Enrique Peña Nieto con sus actitudes más serias y defensivas en tanto al mandamás americano, sino que una intensificada identidad nacional ha jugado a favor de un candidato cuyo diálogo suele dirigirse a las masas en desventaja.

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