La salud se ve favorecida al obtener un equilibrio emocional
Ciudad de México a 24 de Noviembre (CÍRCULO DIGITAL).-La auténtica compasión es un estado mental en el que utilizas correctamente la empatía. No te unes al sufrimiento de los demás: te unes a ellos. Compartes su dolor, compartes sus vicisitudes, sus problemas, pero no su sufrimiento.
Cuando comprendemos que la única manera de trascender las experiencias de dolor de nuestra familia es volviéndolas a revivir, dejamos de juzgar a las personas que creíamos que nos habían hecho daño y vemos la situación como una oportunidad para transformar nuestra historia.
Se ha demostrado que cuando las emociones negativas se mantienen en el tiempo afectan nuestro sistema inmunológico y lo debilitan. El estrés que nos genera este tipo de emociones —como el rencor o la culpabilidad, por ejemplo— es uno de los factores principales que afectan la salud y el bienestar.
Pero, ¿cómo podemos hacer frente a estas emociones?
Recientemente han aparecido estudios que demuestran que la compasión, el sentimiento que se produce cuando comprendemos el sufrimiento de otras personas y el fundamento de diferentes tradiciones espirituales, se asocia con estados de conciencia elevados que favorecen una mejor respuesta ante el estrés.
Estudios científicos realizados a monjes budistas han llegado a la conclusión que una mente cuando está en estado de compasión alcanza la frecuencia más elevada que puede llegar a tener el cerebro y esto repercute favorablemente en el cuerpo, ya que la mente, los sentimientos y las emociones están interconectados.
Mediante la compasión, muestras tu comprensión hacia las actitudes y los comportamientos de los demás, entendiéndolas como un resultado de la educación, de las experiencias familiares y de la información inconsciente colectiva que recibimos todos y cada uno de nosotros.
La Bioneuroemoción estudia la influencia de la información que reside en nuestro inconsciente individual, familiar y colectivo, con el objetivo de comprender el origen de las actitudes y los comportamientos de uno mismo y de los demás. De este modo, fomentamos la toma de conciencia y desarrollamos la compasión.
La única manera de trascender las experiencias de dolor es eliminando cualquier juicio y afrontando la situación como una oportunidad para transformar nuestra historia. Cuando hacemos esto, la experiencia de dificultad es pura revelación y se convierte en una experiencia liberadora. Es entonces cuando sentimos la compasión: ya no hay nadie a quién culpar, ya no hay nada que perdonar.