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FRANCISCO RODRÍGUEZ
Después de la gran crisis hipotecaria del 2008 que puso al mundo contra las cuerdas –una pelea cuyo ganador todavía no se define– el fanatismo político, social y religioso se ha convertido en la enfermedad mundial del presente siglo. Los estudiosos no alcanzan a definir la patología, pero todos se asoman al estudio de sus orígenes.
¿Qué complicidades unen a los grupos extremistas o a los que preconizan la supremacía de una raza dondequiera que se encuentren en el mundo? ¿Hay alguna relación entre los actos de violencia cometidos contra periodistas y escritores y la discriminación que sufren las etnias y la pobreza?
La intolerancia progresa en todas partes y mata a gran escala. Plantea numerosas cuestiones de índole moral y política. Se considera, cada vez más, una seria amenaza para la democracia, la paz y la seguridad. Porque siempre ha estado presente en la historia humana. Es inherente a nuestra naturaleza.
Ha provocado la mayoría de las persecuciones y confrontaciones ideológicas violentas. Detiene cualquier posibilidad de instaurar un multiculturalismo pacífico: aceptación y aprecio por la diversidad, a la capacidad de vivir y hacer vivir a los demás, al libre arbitrio de tener cada cual sus propias convicciones.
Se ha convertido en un privilegio gozar de los derechos y libertades sin vulnerar los del prójimo, hacer un frente al miedo más de doscientos años después de que Voltaire condujera una batalla filosófica apasionada contra el sectarismo que legitima la intolerancia.
Racismo y fascismo agravados por la distribución inequitativa de la riqueza
En los años que van del presente siglo se ha registrado un recrudecimiento inaceptable de la discriminación y hostilidad de raíz xenofóbica. La intolerancia se expresa en franca violencia contra los migrantes, prácticamente en todas las regiones del mundo.
El racismo y el fascismo se han agravado por la distribución inequitativa de la riqueza, la marginación y la exclusión social. Las nuevas tecnologías de la comunicación, incluidas las redes sociales, se utilizan para difundir propaganda maniquea y discriminatoria contra pobres y migrantes, sin saber que todos vamos en el mismo barco.
Los atentados y magnicidios colectivos perpetrados por jóvenes neonazis y los crímenes de lesa humanidad sin castigo que han erosionado los tejidos políticos se construyen sobre cimientos de tirria. El fanatismo político e ideológico y el odio, son las dos caras de la misma moneda.
Fanáticos más destacados en México: los de derecha y los de izquierda
Trescientos años después de que Denis Diderot, uno de los grandes cerebros de la Enciclopedia Francesa, dijera que «del fanatismo a la barbarie sólo media un paso», se hace realidad lo que hace pocos años advirtiera Ryszard Kapuściński, el periodista polaco que mejor entendió nuestra profesión:
«Si entre las muchas verdades eliges una sola y la persigues ciegamente, ella se convertirá en falsedad, y tú en un fanático «. No es exagerado decir que México se ha polarizado en la actualidad entre los dos tipos de fanáticos más destacados: los de la derecha y los de la izquierda.
Y aunque las posiciones geométricas suenen a flancos demasiado recurridos y a sofismas idiomáticos, cuando en la práctica se utiliza el termómetro, resulta que arrojan resultados que se parecen increíblemente con las medidas que están asolando a todas las realidades, en todas las latitudes del planeta.
Mientras no se desenhebre el peculiar galimatías que se ha formado en las cúpulas del poder, y se defina si la razón asiste a los pragmáticos o a los idealistas, con la correspondiente cuota de poder económico y político, esta cuestión no dejará de presidir todas las reyertas, de zanjar todos los acercamientos posibles.
Unos promueven la defensa de los privilegios… otros luchan contra ellos
Vivimos en un mundo polarizado, definido simplemente porque sólo el dos por ciento de la población planetaria goza de comodidades sin cuento, mientras todos los demás nos debatimos en la insensatez de pagar para poder subsistir. Esta inequidad ha formado una argamasa intragable. Al interior de los países produce la confrontación de los fanáticos.
El fanatismo ha llegado a ser una actividad que se manifiesta con pasión exagerada, desmedida e irracional en defensa de una idea, una teoría, una cultura, un estilo de vida. El fanático es una persona que defiende con tenacidad desmedida sus creencias y opiniones, pues se empeña en preocuparse ciegamente con algo.
Hay fanáticos religiosos, deportivos, antirreligiosos, acérrimos defensores de valores tradicionales contra el cambio. En México existen todos los tipos que puedan describirse. Pero alrededor del conflicto de poder actual se han definido dos: los que promueven la defensa de los privilegios del pasado inmediato…
… y quienes luchan contra ellos, buscando la definición de nuevas reglas y actitudes, de nuevos compromisos con los más pobres, pero desgraciadamente entrampados en el garlito de la transparencia, o en la inacción contra los elementos nocivos que han atentado contra la estabilidad del país.
Obsesiones y compulsiones crónicas. Se habla ya de una neurosis social
Decían las abuelas que no hay más cera que la que arde. Y así es en el seno de la discusión mexicana. Podrán tener razón los que se ubican en favor de los débiles, pero mientras no demuestren que tienen las agallas para liquidar las injusticias, seguirán tropezando con las mismas piedras. De nada servirá el fanatismo. Puede ser vencido por la marrullería.
Nunca podrán demostrar, si no se enfrentan con valor a la realidad, que son distintos a los que se fueron, los fanáticos que no sean apoyados con acciones por los líderes de su poder, por las mayorías que hoy, sólo hoy, conforman las cámaras y las gubernaturas. El paso del tiempo es inclemente y nadie resiste su juicio.
Cuando las obsesiones y las compulsiones de hacen crónicas, se habla de una neurosis social que puede transformar el país en un trastorno invivible, dentro de un fanatismo obsesivo – compulsivo.
Por eso la necesidad de actuar antes de que lo hagan, por ejemplo, los enemigos de Alfredo Jalife, los que hablan de que su ayuda al nuevo régimen sería la del discurso del odio, antes, también, que los cacerolistas del 5 de mayo, que quieren que sólo los chicharrones de los niños bien sean los únicos que truenen.
Gritan en las calles sin saber que están sirviendo a los dueños del dinero
La realidad del país desigual y la necesidad de su rescate social debe imponerse al discurso del odio de los capitostes y de sus amanuenses, de los indiciados políticos y los gritones en la calle que no tienen idea a quién sirven. Desde luego, son siervos de los dueños del dinero.
La verdadera izquierda está secuestrada por sus enemigos infiltrados en las mejores posiciones del gabinete y reduce a cero toda posibilidad de justicia. Son los mismos fanáticos de siempre.
¿No cree usted?
Índice Flamígero: «Gurría Treviño de Ángel de la dependencia a idiota confeso» titula a su mensaje don Rubén Mújica Vélez y agrega: «Gurría Treviño, ¿orate? Porque cínico, ¡siempre! Ángel Gurría, que se ha sostenido por años en la OCDE, llegó por primera vez a diagnosticar el futuro de México con AMLO. Declaró que Pemex esta en un hoyo, en una crisis tal que Pemex es un peligro para México y para su economía. Pero afirmó: ‘De la actual situación de Pemex también soy responsable… de la política fiscal de la Federación con Pemex… le quitábamos hasta el 70 por ciento de todos sus ingresos… le creábamos a Pemex un hoyo artificial, una pérdida artificial, obligábamos a la empresa a que se endeudara, y se llegó 100 mil millones de dólares. Definitivamente creamos ese endeudamiento excesivo‘ Pero a Pemex, además, Peña Nieto –esta sabandija neoliberal– jamás le hizo un diagnostico tan riguroso, tan cínico. Gurría en cualquier otro país merecería cárcel y en Norcorea o en China ¡paredón! Y el menso de Urzúa parecía ganzúa elogiando a este sinvergüenza que fue asesor de Peña bien pagado y a quien hay que mandar ahora a la china Hilaria! + + + La Secretaría de Economía y la Embajada de India en México presentaron este jueves la primera Cámara de Negocios entre ambos países, en donde el embajador de India en México, Muktesh Pardeshi, señaló que entre ambos países existe el compromiso de fortalecer las relaciones comerciales y la necesidad de promover las áreas de negocios, ademas expuso que en 2018 hubo inversiones por 10 mil millones de dólares entre los dos países, detalló que en 10 años los negocios bilaterales han crecido 240 por ciento, y que solamente en los últimos tres años se incrementaron 74 por ciento. Por su parte, la secretaria de Economía, Graciela Márquez, destacó que este organismo será una oportunidad para fortalecer la relación bilateral a través de mecanismos de inversión. También señalo que en territorio mexicano hay 180 empresas de la India con 3 mil millones de dólares de inversión y que generan empleo para 30 mil personas, según datos de la Embajada. Márquez Colín aseveró que ambos países tiene oportunidad de colaborar y crecer en sectores como el automotriz, farmacéutico, tecnológico y aeroespacial.
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