TRAS LA PUERTA DEL PODER
Roberto Vizcaíno
En un encuentro virtual finsemanal con los dirigentes del Consejo Ejecutivo de Empresas Globales, Ricardo Monreal afirmó que las empresas son simplemente imprescindibles en la construcción de un México más equitativo y justo… “parte de nuestro objetivo para disminuir la pobreza y la desigualdad”.
El presidente de la Junta de Coordinación Política y líder de la mayoría de Morena en el Senado vertió así agua clara en los oídos de las mujeres y hombres del dinero ansiosos de encontrar confianza en los primeros círculos de la 4Transformación.
La garantía de un México con un futuro en paz y tranquilidad, más igualitario, menos corrupto y violento, seguro y con bienestar, les dijo el zacatecano, requiere de la suma de esfuerzos de empresarios y capitales nacionales y extranjeros con el Estado.
“… las empresas son imprescindibles en la construcción de un México más equitativo y justo… para abatir la pobreza y la desigualdad, garantía de un México con un futuro en paz y tranquilidad, más igualitario, menos corrupto y violento, y más seguro… con bienestar.
“Alcanzarlo requiere que el empresariado, en una nueva relación con el Estado, contribuya con su amplia capacidad detonadora de inversión, con sentido profundamente social”, les dijo en medio del aplauso y sonrisas de sus interlocutores.
Durante el último mes no ha pasa semana en que Ricardo Monreal no tenga diálogo o encuentro con inversionistas o alguna parte del empresariado nacional y extranjero.
La pandemia del coronavirus, antes que resultar un elemento inhibidor, se ha convertido en un aliado del presidente de la Juntad e Coordinación Política y líder de la mayoría de Morena en el Senado, pues lo ha llevado a realizar vía herramientas digitales, fluidos, productivos y muy prometedores encuentros con las cúpulas de la iniciativa privada.
Sin duda es en este espacio en donde los hombres y mujeres del gran capital, empresa y comercio han encontrado las respuestas y las alternativas de futuro que antes buscaron inútilmente en Palacio Nacional frente a un Andrés Manuel López Obrador que a inicio de mayo pasado terminó por mandarlos al diablo con sus 68 propuestas para salir de la crisis.
Este fracaso estuvo a punto de derribar a Carlos Salazar de la presidencia del Consejo Coordinador Empresarial un organismo que se ha convertido en la punta del resto de los organismos cúpula del sector privado.
Y es que durante los primeros días de mayo el presidente Andrés Manuel López Obrador desechó un documento con 68 medidas económicas propuestas entregadas a él por Salazar a fin de hacer frente a los efectos de la crisis sanitaria y económica considerada la más profunda en la historia de México.
Estas propuestas surgieron de 11 mesas en que participaron 263 panelistas de diferentes sectores en un esfuerzo plural para enfrentar la crisis.
López Obrador aprovechó su mañanera del momento para decirles a los empresarios e inversionistas que no, que lo único que querían con eso era que el Estado rescatara a las grandes empresas como lo hicieron otros presidentes y que eso sólo encubría más corrupción.
La IP nacional y extranjera no solo era rechazada por el Presidente sino señalada como corrupta.
En un encuentro posterior de lideres de los organismos empresariales -CCE, Coparmex, Concamin, Canaco, etc- las críticas de sus pares a Salazar derivaron incluso a peticiones de remoción. Lo causaron de haberse dejado coptar y embabucar por AMLO. De ser un blandengue.
Y Salazar encontró entonces su tabla de salvación en Monreal, quien le organizó un encuentro con los coordinadores parlamentarios del Senado, un encuentro donde hubo coincidencias en la necesidad de que el empresariado, y sus millones de trabajadores, requerían de un apoyo para salir de la crisis.
En ese foro Salazar y la IP si fueron escuchados y sus 68 propuestas aceptadas, para ser base de políticas públicas que busquen disminuir las consecuencias de la crisis.
Desde entonces y en otros encuentros con Monreal y otros senadores, se ha fortalecido una idea:
«Creemos que para poder salir de esta situación y de esta crisis, la única manera es hacerlo unidos (Estado y empresarios). Solo tenemos un enemigo común, que es la crisis sanitaria y las consecuencias económicas que esta crisis nos ha dejado», han dicho en cada encuentro Monreal y Salazar.
Y por lo pronto han acordado abrir las puertas del Senado y sus comisiones a la IP para analizar juntos las iniciativas donde se realizan las reformas a leyes para adecuarlas al T-MEC.
Un día antes, el jueves, Monreal había conversado en los mismos términos con las dirigencias de los organismos industriales integrados a Concamín y bajo la presidencia de Francisco Cervantes y días antes por segunda o tercera vez con Carlos Salazar y sus representados.
El mensaje en todos los casos es de que, con la suma de sus fortalezas y las del Estado, y sin desencuentros, se podrá buscar y obtener lo mismo, potenciar el flujo comercial y el crecimiento económico para el desarrollo y bienestar de los mexicanos.
6 LAS REFORMAS QUE VIENEN
En el encuentro finsemanal con los dirigentes empresariales, Ricardo Monreal habló de las reformas que intentará sacar adelante esta semana.
“¿Cuáles son?, interrogó, para responder:
“La Ley de Protección a la Innovación Industrial; la Ley de la Infraestructura de la Calidad; reformas a la Ley Federal de Derechos de Autor y al Código Penal Federal en materia de grabación no autorizada de obras cinematográficas.
En este contexto legislativo, apuntó las reformas que vienen para el sector aduanero.
“Desde hace muchos años, es necesario actualizar el marco jurídico que regula a las aduanas, para que respondan a prácticas más eficientes, justas y, sobre todo, transparentes.
“La sexta es la reforma a la Ley Federal de Variedades Vegetales. Esta reforma actualiza y robustece el marco jurídico nacional, para fomentar la innovación en el sector de las semillas, busca que existan garantías para combatir la piratería de semillas y que, al mismo tiempo, se incentive la existencia de más variedades vegetales en México.
“Estoy convencido de que con la aprobación de estos instrumentos jurídicos abonaremos a la recuperación de la economía del país y mostraremos y expresaremos seguridad jurídica”.
Por supuesto, indicó, la participación y compromiso de los empresarios en este esfuerzo será fundamental en el proceso de implementación de este T-MEC, de este tratado comercial, pues solamente con la contribución de todos los sectores nuestro país podrá continuar dando pasos firmes hacia la dinamización, hacia el fortalecimiento de la economía nacional y con ello al mejoramiento de la calidad de vida de los mexicanos y las mexicanas.
E insistió: Yo los convoco, sí, perdamos el miedo, sumemos energías, sumemos confianza para potenciar el crecimiento económico, la atracción de inversiones y de mayores flujos comerciales a nuestro país.
“Es el momento en que juntos creamos, creemos bienestar para todos; ustedes tienen mucho que aportar a México, lo digo sin ambages, en este proceso de entrada en vigor del nuevo T-MEC, o del T-MEC, son fundamentales y su experiencia puede también darnos luces, aunque tenemos el TLC y experiencias afortunadas del mismo”.
Palabras que nunca escucharon salir de la boca de Andrés Manuel López Obrador.
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